-Hola,-la salude,- ¿te puedo ayudar en algo?.
-De ti no necesito nada.
-¿Entonces que haces aquí?.
-Sabia que Alex estaría contigo.
-Pues es...
-No hay nada de que hablar Clarisse,- interrumpió Alex,- solo vete, estás molestando a mi novia.
-¿Hasta cuándo durará está mentira?.
-No es ninguna mentira, ¿Crees que yo sería capaz de fingir estar en una relación?.
-Si, y no entiendo ¿Porqué?, ¿Porqué estás haciendo ésto?. Tú y yo estábamos bien.
-No, no estábamos bien, ya es hora de que te olvides de mi, podremos ser amigos como antes.-le propuso Alex.
-Nada volverá a ser como antes, no creas que me he rendido, es obvio que esto es una mentira,- dirigió su mirada hacia mí,- igual va para ti, una vez que termine está farsa Alex y tú no volverán a ser los mismos, y espero que te rompa el corazón por ayudarlo en esto.
Antes de poder contestar se fue, sus palabras fueron como si me arrojarán una cubeta de agua, ¿Y si tenía razón? No, claro que no, solo estaba dolida y uno tiende a decir cosas hirientes cuando está así.
-No le hagas caso,-me saco de mis pensamientos las palabras de Alex,- nada arruinara lo nuestro.
Asentí.
***
Cuando terminaron las clases, me despedí rápido de mis amigas, llegué al estacionamiento, él ya me esperaba, Alex y yo decidimos ir a algún lugar para pasar un rato juntos antes de ir a casa, para muchos se vería como una cita de pareja, pero para nosotros era simplemente una salida amigos, pero era mejor que todo lo que hacíamos se interpretará de forma romántica así pronto Clarisse se rendiría.
Nos adentramos a una cafetería, yo ordene una rebanada de pastel de fresa y un te helado, mientras Alex solo ordenó un café frío.
Mientras traían nuestra orden, le pedí a Alex que me contara un cuento.
-¿En este momento?.
Asentí.
-Bueno, no me molesta, pero es raro que me pidas que te cuente uno en un lugar público, por lo regular los relato cuándo estamos solos.
Me encogí de hombros, solo quería escucharlo, quería olvidar las palabras de Clarisse y pensar que todo estaría bien, no quiero, enserio no quiero perder a Alex, perder lo que tanto nos costó construir, es mi mejor amigo, quiero que esté conmigo siempre, en las buenas y malas, lo necesito conmigo. Por alguna razón me relajan sus cuentos.
-Tengo uno, pero no está terminado del todo, así que improvisare.
Todos los cuentos que Alex primero los plasma en una libreta y después viene a contarme, tiene muchos, pero la mayoría ya me los ha contado
Empiezo a hablar después de que el mesero trae nuestro pedido.
Habia una princesa llamada Mely, él príncipe Martínez y él dragón Antonio.
El príncipe y la princesa se conocieron en un baile, rieron bailaron, y de inmediato de enamoraron, conforme paso el tiempo él le propuso matrimonio, esto fue de gran alegría pues ambas naciones se unirían, pero todo cambio cuando de la nada un dragón atacó la iglesia donde se estaba llevando acabo la boda, secuestro a la princesa Mely.
Ella estaba en un castillo abandonado, encerrada en una habitación bien decorada, que a pesar del mal estado del castillo aquel cuatro se veía como nuevo, ella no entendía porque él dragón no se presentaba ante ella y en cambio un chico misterioso siempre iba a visitarla, le llevaba la comida y ropa nueva todos los días.
-¿Dónde estoy?.-le pregunto al joven misteriosos, tenía el cabello rojizo y piel blanca, vestia siempre elegantes trajes
-En mi hogar.
-¿Y el dragón?.
-Aquí.
Ella no entendía.
-Necesito volver a casa, porfavor ayudame a escapar, te daré lo que me pidas.
-No, no quiero nada.
-Todos quieren algo, dime qué es y te lo daré.
-Lo que yo quiero... Nunca lo podré tener.
Entonces se fue, ella trato de escapar de mil formas, pero siempre era encontrada por aquel joven.
Su último plan era conocer al joven, ser su amiga, tal vez así lograría escapar, hablaban todos los días, daban paseos por el jardín, que de alguna forma estaba bien cuidado.
-¿Me dejaras ir algún día?.
-Aun no, es muy pronto.
-Esto no es correcto, si es por miedo a el dragón, podemos huir juntos, así no correrás riesgo si me voy.
-No es fácil Mely, corres más peligro afuera que aquí.
-Necesito a mi familia, deben estar preocupados.
-Un poco.
Seguía pasando el tiempo, la princesa no sabía si ya eran mesas o semanas las que estaba ahí encerrada. El castillo empezó a cambiar, se veía en mejores condiciones, ella se empezaba a acostumbrar a vivir en ese lugar.
Ella se había olvidad de su plan, le gustaba estar con aquel joven, que aunque se negaba a decirle su nombre en todo ese tiempo, ambos les gustaba pasar él tiempo junto a aquel joven, se estaba enamorando, ¿Cómo era posible?. No tenía idea, pero era feliz a su lado, ya no le importaba volver a casa. Hasta que un día el joven organizo una cena en honor de ella, le dio un vestido hermoso, el cual combinó con joyas, después de la cena bailaron, y ella le confesó su amor, el le dijo que también la amaba, compartieron varios besos y se juraron amor eterno.
Ella despertó en su habitación, en su antigua habitación del castillo de sus padres, aún llevaba puesto el vestido de la noche anterior, podía sentir aún el sabor del vino y de los labios del jovén.
-Hija mía, al fin has despertado.-era la voz de su madre.
-¿Dónde está el?.
-¿Quién?.- preguntó su madre.
-Él joven con el que pase todo este tiempo encerrada, apenas ayer estábamos bailando juntos, ¿Dónde está?.
-No sé de qué hablas, te encontraron en el bosque, sabíamos que volverías. ¿Cómo escapaste?.
-¿Escapar?. Yo no escape madre.
Entonces le contó todo lo que vivió en ese tiempo, sobre el castillo, el jovén misterioso y como se enamoró.
-Necesito cancelar el compromiso con el príncipe Martínez, pues mi corazón ya no le pertenece.
-No es necesario, él no es alguien de nuestro agrado, al poco tiempo de tu secuestro nos enteramos que planeaba acabar contigo y después tomar el control de nuestro reino, pensábamos que su familia también estaba involucrado, pero no, solo era un plan suyo, si aquel dragón no te hubiera llevado lejos, Dios, no quiero ni pensar que hubiera pasado.
Le dolió un poco saber lo que planeaba el príncipe contra ella, pero ahora su atención estaba en que debía encontrar ese castillo, tenía miedo de que el dragón hubiera acabado con la vida de su amado, pues lo más seguro es que el al final la libero en secreto y por esa acción la vida de el estuviera en riesgo.
Todo el reino celebro su regreso, su princesa estaba de vuelta, los padres del príncipe ofrecieron disculpas por tal comportamiento de su hijo, asegurando que él príncipe no gobernaría, pues talez actividades no son dignas para el trono, ahora su hermano menor tomaría ese lugar.
A ella le daba igual todo, no le interesaba si Martínez ahora no tendría una corona, si habrían más fiestas en su honor, si todos los príncipes estuvieran interesados en cortejarla, ella solo quería volver con el ese chico, de cabello rojizo.
Lloraba todas las noches, había pasado más de dos meses y aún no lo encontraba, ella lo extrañaba, sentía que no lo volvería a ver, aún conservaba el vestido que había usado en esa noche tan especial, fue hacia él, veía los detalles de aquél vestido, y fue entonces qué se dio cuenta que tenía un pequeño bolsillo, estaba tan bien escondido, ahí había una nota.
Una vez me preguntaste que era lo que quería, yo quería ser correspondido, quería que me amarás como yo lo hacía desde que era un niño, tal vez no me recuerdes princesa, pero yo sí lo hago, me salvaste de un cruel destino. Te devolví el favor, sabía lo que planeaba el príncipe, mi única solución fue llevarte a mi hogar hasta que se dieran cuenta del quién era en verdad el príncipe Martínez.
Perdóname, nunca pensé que llegarías a amarme, y no sabes lo feliz que fui cuando me confesaste tu amor.
Te amo y siempre te amare.
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NO TE ENAMORES DE TU MEJOR AMIGO.
AléatoireVanessa y Alex son mejores amigos desde los cinco años, siempre han sido molestados con la idea de que terminarán enamorados, pero ellos no se ven de esa forma, todo está a punto de cambiar cuando Alex le pida a Vanessa fingir ser su novia para libr...