Capítulo 24

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Desde que Alex y yo peleamos hemos estado algo distantes, solo hablamos de vez en cuando.

Estaba en el trabajo y mientras atendía a un chico, pude notar como un par de chicas le coqueteaban a Alex.

-Muchas gracias por su compra.- le dije al cliente.

Volví a ver a Alex, ví como aceptó un pequeño papel de color rosa.

-Si sigues así, se darán cuenta de que entre ustedes hay algo.-me dijo Dalia.

-¿Tanto se me nota?.- le pregunté sonrojada.

-¿Qué estás hirviendo de celos?.- mencionó y empezó a reír.- Si y mucho.

-¿Que debo hacer?. Alex está enojado conmigo.

-¿Qué paso?.- pregunto preocupada.

-Piensa que estoy interesada en alguien más.

-Así que está celoso.- dijo ella con picardía.

-No, claro que no, él no siente nada especial por mí, solo está molesto porque le menti.

-Mira, querida, no he vivido tanto para saber muchas cosas, pero por lo poco que me dices, me doy cuenta que esta celoso.

-No.

Ella se acercó y tomó mis manos.

-Vanessa, eres una chica muy bonita, el sería un idiota por dejarte ir.

Bonita... Cuando Dalia dijo eso, recordé a Richard.

-Un amigo mío dice que saldré lastimada.

-Bueno, debe estar preocupado por ti, supongo que le has dicho la verdad para que te dijera eso.

Asentí.

-¿Te quieres quedar con él?. Me refiero a Alex.

Asentí otra vez, pero está vez mis mejillas estaban rojas como un tomate.

-Pues ve, pequeña, y lucha por ese muchacho que te ha robado el corazón.- dijo de forma animada.- Debes luchar, no te quedes con los brazos cruzados, porque alguien te lo va quitar.

Le di las gracias y seguimos trabajando.

De vez en cuando le lanzaba miradas a Alex, el ni siquiera se volteaba a verme.

Estaba algo distraída que no me dí cuenta que un cliente estaba enfrente.

-Quiero unas palomitas y un refresco.-dijo una voz femenina.

En frente de mí, estaba Clarrise, traía puesto un pantalón de mezclilla, con un top rosa, su cabello estaba suelto.

-Hola, no te vi comprar tú entrada.

-Las compre por internet,- me respondió de mal humor,- me sorprende que trabajes aquí, ¿Porqué lo haces?.

-La paga es buena.

-Lo que sea.- me contesta.

Le preparé su pedido y cuando ella estaba por pagarme pude notar que tenía la marca de unos dedos delgados en su muñeca.

-Fue otra vez esa persona, ¿Verdad?.- le pregunté preocupada.

Ella puso los ojos en blanco, pensé que tomaría sus cosas y me dejaría sin respuesta, pero para mí sorpresa me respondió.

-Ya deje en paz a Alex, ahora déjame tú a mí.

-Solo te quiero ayudar.

-Si en verdad quieres hacerlo, alejate de mí,- miro hacia ambos lados y murmuró,- no vuelvas a ir a mi casa.

NO TE ENAMORES DE TU MEJOR AMIGO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora