4 | La Sangre Del Amado.

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Itachi Uchiha

La sangre de mis seres amados manchaba mi katana, por igual, cada calle, hogar y habitación era engullida por la misma.

El aire era pesado, mi desesperación aumentaba por cada gritó de dolor. No sé ni cómo hice para volver a ver a mi hermano a los ojos.

— Itachi.

Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, dí media vuelta encontrándome con alguien al que nunca pensé considerar un amigo.

Un extraño que desearía nunca haber conocido, tal vez así nunca me habría pesado su muerte.

— Tomoe... — susurré su nombre acercándome a él.

Estaba cansado, no faltaba nadie, no había ruido, no había más niños corriendo... No más risas.

Mi gente, mi clan, fue reducido a dos personas.

— Mi hermanita... Ella no es una Uchiha, Itachi.

Tomoe alzó la mirada, y sus ojos, bañados con el sharingan me sorprendieron. El poseía un rubio cabello con unos ojos negros como la pólvora, pero estos ya no eran negros, el mangekyou sharingan estaba sobre ellos.

— No pienso poner resistencia, pero... Te lo suplico, créeme. No descansaría en paz sabiendo que lo hiciste.

Sus ojos se bañaron en lágrimas, me miró lleno de remordimiento, con el corazón en la mano y sus convicciones en la lengua.

Su mano se posó sobre su propia katana, y aún dentro de mi genjutsu, me miró sumido en su propósito. Una pelea entre ambos terminaría en desastre, sabía bien que si no le decía lo que quería escuchar, trataría de asesinarme en ese instante, y no sabría decir con certeza, quien ganaría en esa batalla.

Si sería lo suficientemente fuerte como arrebatarle la vida, si no caería de rodillas por la desesperación de merecer un castigo por la atrocidad que hice. Dejaría que Tomoe fuera mi verdugo, con tal de acabar con esté dolor.

El mismo amor que estaba sobre sus ojos, era el que yo sentía por mi propio hermano. 

— Está bien... — susurré.

— Gracias...

Pude notar el alivio en su rostro, y aún cuando mi katana atravesó su pecho directo en su corazón, él seguía sonriendo.

Tan sereno como un roble, un hombre honrado que no debió morir así.

— C-onfío en tí, Itachi...

Su mano se posó sobre mi hombro, yo lo miré sin aliento. Arrepintiendome de lo que había hecho, de lo que le había arrebatado a una niña. 

Una niña que lo necesitaba.

Una niña que siempre corrió detrás de él después de la escuela, que lo esperaba todas noches en casa.

Que cuando no llegaba quería ir a buscarlo, y que estaba vez había logrado escaparse para encontrarlo.

Y lo encontraría de la peor manera.

Una niña que era idéntica a él, y movía su cuerpo desesperada. No me miraba, pero cuando lo hizo...

— ¡Asesino!

Palabras que calaron en mi alma salieron de sus labios.

Sus pequeñas manos se aferraron a las ropas de su hermano, podía leer el terror en su rostro, pero no escapó.

Sentía la gran cantidad de chakra que emaba de su cuerpo, y el de su hermano, aún innerte sobre el suelo.

Mi katana se blandio sobre el cuello de la pequeña, sosteniendo su mentón con ella. El terror en su mirada, la desesperación.

Yo la mirada con atención, suplicante. "Por favor, no, no, no..."

Sus ojos, aún negros, me miraban, sus benditos ojos bañados en lágrimas.

Una ráfaga de emociones así... Era inevitable que de ser una Uchiha, algo se encendiera en ella.

Pero lo que esperaba nunca pasó, sus labios tiritaron completamente sumida en llanto. Sus ojos se cerraron, y sollozó sin bajar la cabeza para no cortarse con el filo de mi katana.

Un suspiro, casi de alivio, salió de mis labios.

No, ella no.

Mi mano tembló cuando guarde mi katana, escapando del lugar, escuchando los llantos de dos niños en mi cabeza.

Esté es el papel que a mí me correspondió tomar.

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Volviendo A Amar | Sasuke Uchiha | Canon × OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora