Capítulo 29: ¿Me odias?

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Kahori Okkotsu.

"Por favor, usame. No sé que hacer. Dime qué hacer, necesito que lo pidas". Pensé desesperada.

—Los Dioses me han desamparado, hermano —declaré. Mi mente estaba en blanco, apoyando mi peso débilmente sobre el suelo.

Necesito irme, necesito irme de aquí. El aire me falta, y el frío de la noche cala me mis huesos desorientandome. Mi peso cae sobre el suelo mientras me abrazó a mi misma, tratando de entender que me pasa. Las cicatrices del pasado arden, y no de forma metafórica.

Quiero correr con mi madre, pero ella ya no está. Quiero acudir a mi novio, pero está incluso más perdido que yo. El aire me falta, y en la oscuridad de la noche escuchó pasos que corren hacia mi habitación, abrí los ojos viendo perfleja a mi equipo ahí.

—Kahori... —. Sakura se arrodilló abrazándome contra su pecho, Naruto la imitó, apoyando su mano en mi hombro. Yo estoy shock, no sé qué decir, tampoco como reaccionar.

Así que cierro mis ojos. Cierro mis ojos ante la confusión, en los brazos de otra familia que me refugia. Aún así, siento el deseo en mi corazón, de irme a otro lugar. Quiero irme a casa.

Nunca había tenido tanto deseo de ir a Okkotsu, eventualmente, acepté la idea. Quiero ir al funeral de Ume, si no me gusta la aldea, si no encuentró un lugar ahí al que pertenezco, no volveré a poner un pie ahí.

Viviendo en una gran casa donde Sasuke y yo compartiamos una misma habitación solo por gusto, era inevitable sentirme sola ahora sin él aquí, mucho más sin Ume.

Aún así, ver a Naruto y Sakura aquí era una fantástica noticia, ya que significa que no estaría sola, y a decir verdad, es lo que más deseaba en el mundo.

—Gracias, gracias a los dos —susurré, mirándolos con un profundo aprecio. Mis manos se extienden tomando las de cada uno. Sakura sonrío enternecida, y Naruto no pudo evitar mostrarme esa resplandeciente sonrisa que es solo suya.

Sentados en el comedor de mi casa, acaricié sus manos con suavidad. Siendo solo una adolescente lejos de mi supuesto hogar, estaba acorralada. Aunque siendo sinceros, me resulta indiferencia.

La única razón por la que buscó Okkotsu es por que confío que Ume habría querido eso. ¡Ah! Cierto, además de eso, no quiero morir.

—¿Qué te parece... Si dormimos contigo hoy? —sugirió Sakura con brevedad, hablando de forma pausada y linda.

Me sorprendí un poco por sus palabras, las cuales no me parecían una mala idea en este momento. Quería disfrutar de mis amigos tanto como pudiera.

—Podemos dormir en la sala de estar, los tres, para que no te sientas sola —continuó Sakura. Mis ojos cayeron sobre Naruto buscando alguna objeción, y como si leyera mi mente, me respondió:

—A mi me parece una gran idea —replicó felizmente. Yo asentí con la cabeza estando se acuerdo.

Sakura y Naruto sujetaron mis manos con fuerza, y así de tomó la decisión. Naruto obligó a un clon suyo a ir por cosas a su casa, se entre ellas, un montón de juegos de mesa.

—¿De dónde sacas todos estos? —cuestionó Sakura, ya vestida con ropa que le había traído su madre.

—Todos me los dió el sabio pervertido, si ven algo raro ya saben de quién es culpa.

—Por todos los Dioses... —susurré de tan solo imaginarlo, llevando una paleta a mis labios.

Con el pasar de la noche las paletas se fueron acabando, Sakura y Naruto deberán ir al dentista pronto, y aún no había llorado ni una vez. Lo cual era preocupante, e igual de preocupante era cómo nos empezábamos a poner filosóficoz.

Volviendo A Amar | Sasuke Uchiha | Canon × OCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora