Dimelo aunque no sea verdad...

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Jungkook.

Tiene una expresión de preocupación que no puede ocultar, se frota las manos y se muerde los labios, casi puedo escuchar como su corazón late a mil por hora, quiere pensar que todo estará bien, pero sabe que hoy me voy y se siente ansioso.

No puede ser más adorable.

—Jimin —me observo —ven aquí.

Extendí mis brazos y camino hasta la cama, se había levantado a cepillarse el cabello, pero se había quedó sentado frente a su tocador con las manías del nerviosismo puro. Cuando subió hasta mis brazos, lo acomode para que sus piernas quedarán a mi alrededor, mi barbilla fue a su hombro y mis manos frotaron su espalda para calmarlo, tenía el cuerpo tenso pero se relajo cuando sintió mi tacto.

Me alegra saber que ya es mío, tanto en cuerpo como su mente.

—No quiero que sienta que no confío es usted —suspiro al final aferrándose a mi espalda subiendo sus manos hasta mi nuca —pero siento que no estoy haciendo las cosas de manera correcta.

—Mi preciosa joya —me separé para verlo a los ojos y tomar su mentón con una mano —pasaste de agachar la cabeza con órdenes de cualquiera, a alzarte cómo el emperador  de una nación, tienes mucho peso en tus hombros, además de una nueva responsabilidad como el ser que dara a luz a mi hijo —le di un pequeño beso — estás haciendo todo  más perfecto de lo que lo imaginé, tu solo has mantenido a raya a un gobierno acostumbrado a manipular a las otras emperatrices, les diste esperanza a los que creían que nada podía cambiar —tomo mi mano y la sostuvo sobre su mejilla — cada día estoy más orgulloso de mi decisión de elegirte cómo mi rey y esposo.

—Aun me falta mucho por aprender mi señor —se acercó a mis labios —pero esa confianza que deposita en mi me llena plenamente.

Le tome el rostro con ambas manos.

—No me quiero quejar en lo absoluto, pero tengo miedo, siento que cada vez más estoy dentro de tu corazón y no quiero que sea solo una de mis fantasías.

Sonrió de manera amplia, su mirada recorrió mi rostro como esperando mi reacción de lo que iba a decir, yo tenía miedo de su respuesta.

—Es algo extraño, entre más veo lo que sucede a mi alrededor, más siento su anhelo de libertad, ambos somos de cierta manera víctimas de esta situación, pero usted mi señor, jamás me ha tratado de una manera inadecuada, me respeta, me aprecia, incluso siendo un humano —su mano recorría mi pecho — mentiría si no le dijera que al principio era un deseo físico solamente pues amo estar en la cama con usted, pero poco a poco se ha metido en mi mente, y mi alma, es un sentimiento mucho mas fuerte que el que llegue a tener por alguien mas.

—Quiero escucharte decirlo Jimin —junte mi frente a la suya y espere con el pulso acelerado —aunque aun no sea del todo cierta, dímelo.

—Mi señor —su respiración se acelero un poco y sus manos me acariciaban el cabello y los hombros de manera tranquila —lo amo.

Lo creía, porque deseaba creerlo, porque ansiaba escucharlo, pero lo sentía. Empecé a besarlo de manera lenta quitando la tela fina con la que dormía quería su cuerpo desnudo para mi, su piel tersa en mis dedos, él me mostro el cuello para poder dejarle besos húmedos en este, sus manos se encargaban de quitar mi ropa de manera un poco mas desesperada de lo que yo hacía con él.

Esta vez nuestro encuentro fue mas lento, mas placentero, disfrute de verlo mientras lo embestía con lentitud, sus gemidos, sus jadeos, la manera en que sus pezones se endurecían al sentir tan solo mi aliento cerca de ellos.

Ashes (Kookmin, Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora