La catedral de los Arcangeles

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Jimin

La casa de Hoseok era extrañamente acogedora, aunque Mingi no paraba de decir que apestaba a creatura sucia, se que es normal que se queje de esto, los dos bandos se llevan un poco mal desde los principios de los tiempos.

—Le advierto que no es una vista bonita mi señor, Hoseok siempre ha sido un arcángel algo cruel.

—Necesito verla, quiero saber por su boca lo que paso.

Vilma me llevo hasta un sótano en la misma casa de Hoseok, mire a mi alrededor solo estaba aluzado por una vela que estaba apunto de consumirse. Escuche que se movieron unas cadenas y mire a la mujer que casi me asesina.

Estaba con miles de heridas en el cuerpo, solo llevaba una bata sencilla para cubrir su desnudez, su cabello estaba quemado, no tenia uñas tanto en los pies como las manos, su cuerpo se apoyaba en la pared y el olor de suciedad me llego de golpe a las fosas nasales.

—Mi rey —sonrió de lado sin moverse —¿viene a seguir regodeándose? Ya déjeme morir tranquila.

—Pides misericordia de una muerte rápida, cuando no la mereces, traicionaste toda mi confianza hacia ti, el aprecio que te tenia, por envidia.

—Siempre fuiste un ladron, Zeliag me lo dijo, tu me traicionaste primero, tu me robaste mi vida, me robaste a mi señor, merecías morir, además de ese bastardo que tienes en tu vientre.

—¿Le creíste todo a Zeliag?

—Es el único que me mostro la verdad, tal vez yo no le hubiera dado hijos a su majestad, pero la paz continuaría en el reino.

—¿Dónde esta Zeliag ahora? No veo que venga a ayudarte —acerque mi pie hasta su tobillo —el reino estará en paz y no estarás para verlo —encendí su cuerpo con fuego rojo, sus gritos empezaron a llenar el lugar —tu muerte será rápida, pero no por eso dejara de ser dolorosa —me gire —salgamos de aquí Vilma, me está mareando el olor.

—Si mi señor.

Cuando llegamos a la sala de estar de Hoseok, este me esperaba con un vaso con agua, me senté para beberlo y tratar de controlar las náuseas, mi pequeño estaba tranquilo, había dado algunas pequeñas patadas, pero nada muy notorio.

—Le dije que ella esta satisfecha con lo que hizo, además de que Zeliag solo la utilizo para acercarse a usted, jamás le intereso rebelarle más allá.

—Pero si le rebelo algo que estoy segura que tu también sabes.

Hoseok no se inmuto ante lo que le dije, se cruzo de piernas y extendió sus brazos en el sofá, Mingi salió de la cocina comiendo una manzana, se sentó a mi lado atento a la actitud del Arcángel frente de mí.

—¿Qué es eso? Que según se, su majestad.

—Noor, dijo que ella sabía que no podría concebir de nuestro señor, supongo que Zeliag se lo dijo, cuando tu te enteraste no dudaste en ayudarme, además de que no parecías del todo sorprendido, mas bien curioso al respecto —me relaje en el asiento —en el inframundo, jamás pensaron en algo así, mi señor investigo demasiado, además de que de saberlo, estoy segura que mas de un demonio, hubiera buscado la manera de tener hijos con los humanos, así que esta información solo la podían tener otro tipo de divinidades.

—Mi señor —se relamió los labios —es usted tan listo, como pensé que lo seria, en verdad me siento tan fascinado de aceptar el pacto de ser su sirviente —se froto el dorso de la mano de manera delicada —aunque yo no sea un arcángel ya, mi sangre sigue siendo la de un ser divino, así que no se permite hablar de mucho temas, y por más que yo este ansioso de rebelar algo, mi rango y pacto con el señor de la luz me impiden hablar —se levantó del sofá, para acercarse a servirse una gran copa de vino —por otra parte —bebió un poco —si los humanos, nos hacen preguntas específicas, podemos explicar hasta cierto punto.

—Hoseok, ¿Soy humano? —dije sin pensar.

—No, no lo es mi señor, es un hibrido, pero eso usted ya lo sabe, su esposo se lo dijo como tal.

—¿Hibrido de qué? Jungkook me menciono las ninfas del bosque, pero ellas no manejan el fuego azul, la emoción de mi esposo al verme dominar el fuego, fue por el hecho que en algunas leyendas los humanos nacidos del fuego, pueden obtener el poder demoniaco de manera natural.

—Los nacidos del fuego no pueden concebir con un demonio.

—Lo supuse, ahora contestas preguntas especificas ¿Cierto?

—Si mi señor.

—Mi madre murió eso lo sé, la emperatriz me lo dijo, pero ¿Sabes quién es mi padre?

Bebió un gran trago largo de la copa —No, pero tengo mis dudas.

—Cuando te dije que deseo hablar con el señor de la luz, o algunos de los otros arcángeles, no dudaste en que podría hacerlo, ¿Sabes cómo llamarlos?

—Si, y usted lo puede hacer fácil.

—¿Jungkook sabe alguna de tus teorías? — Mingi me miro de reojo.

—¿Crees que me hubiera dejado venir de hacerlo?

—Como me agrada mi señor—se levanto para ayudarme a parar —tenemos poco tiempo antes de que Jungkook venga, es mejor que nos apresuremos.

—Debe comer algo antes de partir —me dio una mirada de arriba abajo — también ponerte ropa mas abrigada, estas acostumbrado al calor, a donde vamos no te gustara nada.

Vilma me preparo algo para comer, mientras que Mingi conseguía los abrigos, después de sentir mal por días, ahora estaba con mas anergia, en verdad me recuperaba a una velocidad impresionante, mientras comía algo Hoseok llego con un libro dorado entre sus manos.

—Ya sabes leer cantos antiguos, también hacer invocaciones, tienes que comenzar a leer esto en el camino, ahí hay dos hechizos que necesitaremos, una vez que hablemos con quienes deseas.

—Estaremos bien, debo estar bien.

—Mi vida le pertenece, es lógico que estará bien, no dejaremos que nada le pase.

Asentí mientras abría el libro, el lenguaje era muy ambiguo a lo que me había mostrado Hoseok, pero podría entenderlo, el problema es si podría conjurarlos, el hebreo no es un idioma que domine.

El clima se iba poniendo más helado conforme nos acercábamos al bosque, iba metido entre Mingi y Vilma en el carruaje, tratando de conservar calor, teníamos como dos horas viajando así que me sentía adormilado, había dejado de leer y comenzaba a dejar caer mi cabeza por el cansancio.

—Mi señor no duerma, me temo que sea por el frio que lo hace —Vilma me coloco otra manta en las piernas.

—Si me dejaran usar mis llamas esto se solucionaría.

—Me quemaría en nada mi señor —Mingi se quejó a mi lado.

—Perdona —el carruaje se detuvo —¿Qué sucedió?

—¡ALTO AHÍ! ¡NO PUEDEN ENTRAR AQUÍ SIN PERMISO!

—Algo esta pasando, debo bajar —me intente levantar, pero no me dejaron —Hoseok puede estar en problemas.

—Ellos están en problemas si molestan a Hoseok.

—Quiero hablar con la dueña de las tierras, díganle que Jung Hoseok la busca.

Pasado unos minutos y algunos murmullos, el carruaje se volvió a mover, y cuando nos detuvimos otra vez, Hoseok abrió la puerta para ayudarme a bajar. Una mujer hermosa me observo con curiosidad, sus ojos se centraron en mi vientre, pero por todos los abrigos no se notaba tanto mi embarazo.

—Su majestad —me hizo una reverencia —Mi nombre es Luisa, dueña de estas tierras, será un placer servirle.

Tomé la mano de Hoseok y sentí la mirada tensa de la mujer, pero se relajo apenas miro a Vilma y Mingi tras mío.

—No preguntare de donde conoce a Hoseok, pero siento curiosidad de saber ¿Cómo planeas ayudarnos?

—Mi pueblo, no les reza a los demonios, tengo una iglesia Santa que es una catedral de los arcángeles.

—¿Qué gana con esto?

—Dos cosas, le debo un favor a Hoseok y mi pueblo corre riesgo de ser atacado por el suyo, porque somos una amenaza.

—Lléveme a esa catedral.

Ashes (Kookmin, Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora