Rosas Azules

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Jungkook

Siento que quedo más confundido de lo que pensaba al momento de revelarse casi toda la información, después de decirle que lo necesitaba para una especie de rebelión no pregunto más, él se dedicó a comer y después volver a dormir, le asigne a dos de mis mejores guardias y una dama de compañía, les dije que se mantuvieran cercas pero que no lo limitaran para nada, quería que él explorara todo por su cuenta, ya después hiciera las preguntas que faltaban.

Puedo sentir que está muy nervioso, además de algo inquieto. El primer día no salió de la habitación, yo tenía que estar alejando a Mingyu, estaba demasiado curioso respecto a Jimin, mi padre era otro que estaba algo alterado con la presencia de Jimin en el inframundo.

Pero no se atrevió a ir a mirarlo a mis aposentos, el segundo día él salió, parecía una especie de ratón asustado, se pegaba a las paredes mirando todo, se quedó mirando la puntura que hice de él un buen rato antes de hacer una mueca y continuar su camino, el jardín era lo que más le causaba curiosidad, pero no se atrevía a dar un paso fuera del palacio todavía, por las tardes tenia clases para la boda, se probó los atuendos y otras pequeñas clases que domino con facilidad.

—Pienso que él debería cenar con nosotros, ya que lo trajiste, es una falta de respeto que tu esposo humano no esté en la mesa.

Mi hermano siempre tan molesto, solo le dedique una mirada furiosa ignorándolo después.

—Pienso que Taehyung tiene razón, desde la primera vez que lo conocí, mi hermano no me deja interactuar con él, debería de estar aquí, es un humano muy simpático —Gyu rara vez se ponía del lado de Taehyung, pero su curiosidad era más grande que su repulsión hacia él — además ni modo que en la boda lo escondas, es inevitable que estemos con él.

—Él aun no está listo para lidiar con ustedes, aun está adaptándose.

—¡Ja! Lo dice el demonio que se lo follo apenas lo conoció, debió sentirse muy cómodo ser desflorado, sin estar preparado para ello.

Taehyung bebió de su copa sonriendo por lo que acababa de decir, me dolía el estómago al saber que tiene razón en parte, pero el ritual era requerido así, aunque las otras veces que lo poseí fue por gusto propio.

—Tu cara es una obra de arte.

—Ya guarden silencio los tres, la cena no es algo que pase tan a menudo, es más una formalidad, pero tus hermanos tienen razón, ya que hiciste tu estupidez de traerlo al menos hazlo cumplir con las leyes de este lugar.

Me levante de la mesa, saliendo del lugar, no tenía ganas de ver a ninguno, además quería ver como seguía Jimin, camine directo a mi habitación entrando despacio, él estaba en la ventana con una especie de vestido ligero negro, casi transparente, en sus manos paseaba una llama azul, sus ojos brillaban con intensidad del rojo más vivo mientras lo hacía además de una sonrisa de satisfacción total.

—Buenas tardes Jimin.

—Mi señor—corrió hacia mí con la llama en las manos —mire lo que me mostro el maestre hoy, jamás había visto fuego azul, me dijo que era común en el inframundo, pero nunca lo había visto, menos sabía que podría manipularlo.

—Es impresionante, es la primera vez que veo que un humano lo hace.

—Es muy bonito.

Lo tome por la cintura para besarlo, la llama se desvaneció entre sus manos mientras continuaba mi beso, sus manos siempre se metían en mi cabello cuando uníamos nuestros labios, decía que se mareaba.

—Me alegra que estés adaptándote rápido.

—Es una de mis habilidades, aunque suelo pensar que es más un instinto de supervivencia.

Ashes (Kookmin, Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora