Capitulo 1 - Maldito universo

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Tengo el trabajo de mis sueños, pero el jefe de mis pesadillas. Exacto, lo detesto. Desearía que mi jefe sea una persona completamente distinta, él es demasiado exigente, egoísta y egocéntrico para mi gusto. Es imposible convivir con este idiota, te marca el mínimo error todos los putos días, si fuera lo suficientemente valiente le diría todos los putos errores de su puta persona pero este trabajo es el que me alimenta, me niego a perder el empleo por un hombre sin cerebro. Por una parte agradezco su existencia porque si no fuera por el seguiría viviendo en el nido de ratas del sótano de mis padres.

En resumen trabajo en una editorial, específicamente en diseño. He hecho portadas de libros no tan reconocidos porque cree que no tengo el suficiente talento para hacer algo profesional.

He disfrutado de estas pequeñas vacaciones que nos permitieron tomar. Aproveché para pasar unos días en Brighton con mi pareja Alek...la pasamos genial, también tuvimos el mejor sexo y no sé explicar la magia que tiene esa ciudad pero hizo que las noches sean extremadamente increíbles y excitantes. Desearía que Londres también tenga las misma energía que aquella ciudad.

-Amor, ya me tengo que ir al trabajo.-Solté la taza de café que ya estaba vacía y agarré mi cartera.

-Suerte con el idiota de tu jefe.

Me dió un beso en la mejilla y luego agregué:

-Espero que estas vacaciones le hayan hecho pensar que tipo de mierda es.

No esperaba que lo haga pero las esperanzas nunca desaparecen.

Encendí mi auto y puse un poco de música a pesar que el trayecto dure solo cuarenta minutos. Como no me decidía con cual canción de The weeknd iniciar simplemente deje que Spotify decida. Empezamos la mañana con el temazo de Blinding Lights.

Mientras tarareaba la canción me puse a pensar que tendré que diseñar hoy, o si solo tendré que calentar el asiento y no hacer absolutamente nada. Al menos que el idiota me mande hacer sus pedidos cuando nota que no hago una mierda.

Todos los empleados tienen un espacio único para aparcar sus coches, una ventaja porque en Londres es imposible estacionar. Lo único bueno que hizo Aaron a la ahora de obtener el cargo de jefe.

La batalla más difícil es pasar por esa puerta y iniciar la rutina diaria después de dos semanas de relajación, solo pido que el primer día no sea tan intenso como los otros, o que al menos hoy no me encuentre con Aaron y desee partirle el rostro con el pequeño pero fuerte puño que me cargo.

Aurora, tu puedes hacerlo. Conviviste con tu jefe por dos años, puedes aguantar un poco más.

Respiré e inicié mi caminata hacía la puerta giratoria que tiene el edificio. Le mostré mi tarjeta de identificación al de seguridad y me dió el ok para dirigirme a los ascensores y empezar mi rutina de siempre, sentarse, prender la computadora y rezar que haya algo de trabajo.

¿Recuerdan que había dicho que no desearía encontrarme con Aaron el primer día después de unas dos semanas sin vernos? ¡Adivinen! Estaba esperando el ascensor en el que yo tengo que subir, ¡bien hecho Aurora, manifestaste a Aaron!

Mierda, si que estaba cambiado. Noté un leve bronceado en su rostro y el pelo mas peinado que otros días, me pregunto si tendrá alguna reunión importante porque nunca lo había visto con el pelo 100% peinado. Claramente mis ojos no pudieron evitar bajar a sus brazos y notar unos centímetros mas de ancho que la ultima vez. Lo único que no ha cambiado es su altura, medirá unos dos metros si mi escaneo no falla.

No quiero que me vea, o que se de cuenta que estoy parada al lado suyo.

-Aurora.-Bien hecho, lo hiciste de nuevo, ¡gracias mundo por enviarme lo que no quiero!

Procedí a girar lentamente mi cabeza y evitar hacer una expresión que note el odio hacia su persona.

-¿Como fueron tus vacaciones?-Esa pregunta para nada me lo esperaba, ¿realmente le importa? La verdad no me interesa contarle lo que hice en mi vida no laboral

-Fui a vacacionar con mi pareja.

Mierda.

Esperaba una respuesta a mi respuesta, pero se quedo inmóvil mientras miraba fijamente al elevador. Es perturbador.

El momento era tan incomodo que seria capaz de subir veinte pisos para llegar a mi área, pero si lo hago se que me cansaré al llegar al tercer piso. Pero por fin la bendita puerta del ascensor se abrió y Aaron extendió su brazo indicando que debo entrar primero. Para nada lo halagare por ese gesto.

Si tengo algo de suerte mi jefe no se bajará en el piso veinte, pero debo dejar de pensar lo que no quiero porque el universo las entiende como manifestaciones.

Estaba por tocar mi piso pero Aaron me quitó la mano y tocó el botón treinta donde esta su oficina.

¿Qué diablos?

-Tengo que hablar contigo.-Me dijo.

Asentí y no me quejé. Me pregunto para que será, ¿algo laboral o me seguira preguntando sobre mis dias de descanso?

Lo seguí hasta su oficina que es inmensamente gigante. Mesa de cristal, silla de cuero giratoria y por supuesto, como todo editorial debe tener: un estante lleno de los libros con los que trabajamos.

-Toma asiento porfavor.-Corrió la silla por mí.

-¿Para que me quieres aquí?-Ya me puse de mal humor.

-No me gusta que mis empleados me hablen de manera desinteresada.-Se quejó de mi mala conducta, ¿la cagué? Sí.

-Lo siento.

-No sonaron reales pero prefiero decírtelo cuánto antes.

Me atrevo a perdonar a la persona cual detesto ¿y me dice que mís disculpas no sonaron reales? Está en lo cierto querido jefe.

-Se que has trabajado con diseños de libros de autores pequeños y he escuchado rumores-Maldita Elizabeth, sabía que no debía haber confiado en ella-de que te quejas de eso la mayor parte del día y aparte de cansarme a mí, también les cansas a mis empleados. Así que he optado por darte la oportunidad de editar el libro romántico que va a a lanzar Zara Jones.

¿Me está dando la oportunidad de diseñarle el libro a la mismísima ZARA JONES? O por dios. Mi opinión sobre él no cambió, lo sigo detestando.

-No tengo palabras.-Era verdad, no sabía que decirle de los nervios y la emoción-.¡Gracias por la oportunidad! Juro que voy a hacer lo mejor posible...

-Confio en tí.-Luego de ese "motivador" mensaje me dedicó una sonrisa. No se ve mal haciendolo, diría que se ve sexy...mierda Aurora.

Me levanté de la silla ya que me lo había ordenado y le agradecí por última vez, pero lo que me dijo fue realmente...sorprendente.

-Deja de usar faldas cortas.

¿Mi falda era corta? Me revisé y en mi punto de vista no era tan así.

Espera.

¿¡Me estaba mirando el trasero!?

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Nota del autora

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