Capitulo 25 - Doble pesadilla

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Ya era lunes, y me podria de quejar de que sea LUNES pero será la primera vez que me quejaré de la incomodidad y pensamientos que pasarán por mi mente en el día de hoy. Luego de la pelea de ayer quedé bastante mal, ni siquiera comí porque para calmarme necesitaba un poco de descanso físico como mental, pensé que despertaría para la hora de la cena pero por suerte no fue así porque se que seguiría llorando por lo que pasó.

Me vestí, está vez me puse un vestido negro que dejaban ver mis hombros pero no tanto. Debajo me puse unas medias largas transparentes por el frío y unas botas con taco que combinaban.

Retomé la rutina de siempre, agarrar las llaves y manejar hasta el trabajo. Seguía sensible pero respiré hondo y llevé mi concentración a la carretera. Había un tráfico inmenso, las bocinas sonaban al mismo tiempo y todos gritando para que se apurén.

Por supuesto que llegué tarde, siendo específicamente unos cuarenta minutos de retraso, maldita construcción que ocupaba toda la calle.

No sé si es buena o mala suerte pero no me topé con Aaron, imagínese compartir ascensor con la que llamaría un casi algo luego de discutir, es lo más incómodo que un ser humano puede experimentar.

Estaba en mi departamento y cuando llegué todas las mujeres de aquí se me quedaron viendo.

Se habrán sorprendido de mi llegada tan tarde, pero deben culparle al tráfico que si fuera por mí iría a una velocidad ilegal.

Reviso el correo y Aaron nos ha avisado que a las diez en punto debemos estar en la sala de reunión. Ni siquiera estoy con él y ya tengo los nervios en mi garganta, ¿cómo podre soportar no verlo en la cara? ¿Cómo haré para no desear sus labios carnosos que tanto llaman la atención? ¿Qué haré para disimular?

Mi pie temblaba aún que faltase una hora para que comience. No me puedo concentrar en ni siquiera la edición para De Marco. Tengo una fecha límite y temo no llegar ya que ni siquiera abrí el programa.

Mis compañeros estaban trabajando y yo soy la única que observa a la nada misma. La discusión de ayer no sale de mi mente y temo que no lo haga hasta que solucionemos todo. Ni siquiera me siento feliz por lo que pasará el jueves (veré al perro que posiblemente adopte). Revisaba la hora constantemente, mi ansiedad era terrible e insoportable. Me frote los ojos y luego pegué mis manos a mi cara mientras mis codos se apoyaban en la mesa.

Me quedé dormida en la misma posición y temo que solo fue por unos minutos pero de todos modos lo que hice no está correcto y espero que no vuelva a pasar. Le debo las gracias a mi compañera que me despertó y indicó que debemos ir a la reunión. En mi mente maldije y de mi boca salió un "gracias".

Íbamos en filita hasta llegar a la sala donde están mayormente las reuniones, por suerte queda en mi piso y me ahorro el problema de esperar el ascensor o bajar las escaleras que se me hacen eternos.

Aaron aún no estaba, pero aún así todos tomamos asiento y por mientras hablaban menos yo que estaba dura como una piedra en la silla procesando lo que va a pasar dentro de unos minutos o segundos.

Cuando oímos la puerta nos paramos de inmediato ya que era Aaron. Lo primero que hizo él fue buscarme y yo hice lo mismo pero desvié la mirada con rapidez. Mi cabeza se dirigió al piso alfombrado y me senté cuando él lo indicó.

-Buenos días.-Deseó.

Nosotros le deseamos lo mismo.

-Me disculpo por no haberles avisado con tiempo, surgió en último momento.-Se ajustó el sacó y luego la corbata que estaba un poco chueca.

Lo miré por un micro segundo y de casualidad él también lo hizo, maldije y finjí mirar el aire.

-No quiero hacer esto demaciado largo porque no me gusta que mis empleados pierdan tiempo. Apartir de hoy no recibirán avisos o indicaciones de mi parte si no que habrá comunicador que lo hará por mí.

Todos se miraron y menos yo, estaban susurrando pero no lograba escuchar lo que decían. Mi jefe con el sonido de la boca pidió silencio.

-¿Por qué?-Preguntó Erik.

-Porque tomé esa decisión señor Erik, si me disculpa debo continuar.-Dijo apurado-. Se los presentaré en este instante.

Se paró de su silla giratoria de cuero y se dirigió a la puerta para que el comunicador entre a la sala.

Oh santa madre.

Mis ojos estaban abiertos como nunca y mi boca también.

-Luke será el comunicador. Denmoles la bienvenida por favor.

Todos aplaudieron y yo lo hice pero obligada, tenía su mirada en mí y me dedicó una sonrisa satisfactoria que por supuesto yo no devolví.

Aparte de ser el comunicador es mi falso novio. Jazmín me estaba mirando, lo descubrí mirando de reojo hacia su dirección.

Espero que nunca noten su similitud o si lo hacen nieguen tener la misma sangre.

-Es un gusto poder trabajar con ustedes, espero llevarnos bien.

Dijo y luego se puso las manos en los bolsillos de su pantalón lineal formal.

Nos ordenó irnos y por supuesto Jazmín se acercó a mí.

-¿Ese no es tu novio?

Me quedé callada mientras caminaba a su ritmo.

-¡Tierra Aurora!

-¿Eh? ¿Qué paso?-Fingí volver al planeta tierra apesar de haber escuchado su pregunta.

-¿Luke...no es tu novio?

-Sí.

-¿Qué hace el aquí?

-Ni yo lo sé. Es una sorpresa para mí también.-No miento, lo es.

Ella se alejó de mí y observé como susurraba con sus amigas suponiendo que le estaba contando mi supuesta relación con él.

Me había quedado a lo último de fila porque la más rápida no soy.

-Hola.-De pronto Luke aparecé a mis espaldas y me hace pegar un saltó.

-¡Me asustaste!

-Lo siento.-Se rascó el cuello.

-¿Qué mierda haces aquí?

-Tu novio...creo que ya ex, me contrató.

Tragué saliva incomoda por lo que dijo.

-¿Te ha contado?

-No con palabras, pero cuando llegó tiró todo lo que le rodeaba. Incluso dejo un agujero en la pared que huele a rabia.

No me imagino que tan enojado tuvo que haber estado si ha roto una pared que se ve fuerte, estable y dura.

Caminamos juntos hasta que él se desvío y tomo su propio camino.



Querido JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora