Capitulo 7 - Mi jefe no jefe

377 22 0
                                    

Al escuchar horrible sentí una apuñalada en el corazón. Mi honesta reacción fue quedarme callada.

-¿Disculpa?-Aaron hablo antes que yo.

-Lo que escucharon. Me parece una portada y un diseño horrible. Probé con una editorial nueva y el resultado fue decepcionante.-Se paró del sillón y agarró la cartera color marrón que parecía vieja.

Hice lo mismo, desesperada por darle una solución.

-¡Puedo hacerle un nuevo diseño!

-No, gracias.

-En mi área hay diseñadores mucho mejores que yo. Le puedo dar el proyecto a uno de ellos.

-He dicho que no. No volveré a esta editorial aúnque esté mejor él diseñador del mundo. Le dí una oportunidad y la desperdiciaste.-Miro a Aaron-. La próxima encargase de elegir buenas empleadas.

Se fué sin despedirse y nosotros hicimos lo mismo que ella.

Su reacción fue desubicada y egoísta.

-Lo siento Aaron, lo arruiné.-Estaba dando vueltas por la oficina mientras tenía ganas de llorar. Mi primer proyecto grande con una escritora "increíble" lo termino arruinando.

Aaron se acercó a mí, apenado y supongo que quedó decepcionado por eso...

-Oye-Con su dedo levanto mi cara-, no es tu culpa. Hiciste un trabajo increíble.-Sonrió.

Estaba nuevamente roja. Y lo odio porque se supone que lo detesto y debería alejarme de él pero aún así me quedo estatica.

-Eso no es cierto.-Retrocedí un paso-. Zara es muy buena eligiendo su diseño y si ves sus libros las portadas son de otro nivel, es como si mi trabajo se quedó en el primer nivel y nunca avanzó.

-¿Estás llorando?

Negué con la cabeza y me limpié las lágrimas con rapidez.

-Me arde el ojo.-Tipica excusa.

Movió su cabeza fingiendo creerme.

Nos quedamos fijamente viéndonos uno al otro, sin movernos del lugar y sin distracciones algunas.

Sus ojos celestes brillaban como lo hace el sol apoyado sobre el mar reflejando su brillo. Una mandíbula marcada y sumamente atractiva. Él hacia lo mismo que yo, miraba mis ojos color esmeralda y mi piel palida como la porcelana. Había mucha tensión en este pequeño cuadrado.

Una tensión sumamente irritante. Me ponía nerviosa porque no hacia nada y yo tampoco. Su gigante cuerpo lo sostenía su escritorio de cristal lleno de sus pertenencias de trabajo.

-Me haz hecho caso.-Con los ojos me señaló los pantalones sueltos que traía.

Él también presenciaba la tensión y por eso decidió romperla.

-Sí.

Contianuamos lo de antes. No entiendo cómo puede actuar con naturalidad cuando claramente le he dicho varias veces que lo detesto por su persona. Pero él parece no creerme y no sé cómo comprobarlo. Él fue bueno conmigo desde el primer día y yo lo odio por su manera de manejar las cosas, pero dejando de ser jefe es una persona diferente, una que vale la pena. Hoy, no estaba cumpliendo su rol, si no que actuaba como esa noche.

-Al carajo todo.

Se acercó a mí rápidamente y presionó los labios contra los míos. Mordiendo con exitación, hasta que su lengua me sorprendió dentro de mi boca. Besaba tan bien que parecía un sueño. Sacó su mano de mi mejilla y fue deslizándose hasta mi espalda con el motivo de tocarme y presionarme el culo como tanto deseó.

De pronto se separó de mi rostro y ambos nos mirábamos con deseo, yo seguía teniendo mis manos en sus pectorales y él en mi trasero.

-Que pena que no trajiste la pollera corta...

Sonreí y antes de responderle me callo nuevamente con un beso. Nos movemos mientras nos besábamos, hasta que mi espalda chocó contra una pared y de forma violenta junto mis manos para apollarla contra ella. Dejó de tocar mis labios para hacerlo en mi cuello, cada mordida me generaba un gemido de placer. Bajó hasta llegar a mis tetas, se detuvo para mirarme y darle mi permiso, que hombre. Fué desabrochando lentamente los botones y haciendo dejar ver mi corpiño blanco bralette. Lo miraba atentamente y con más deseo que antes mientras que mis dedos estaban enredados en su cabello. Sus manos rodearon mi espalda para desabrocharme el brazier pero lo detuve.

-¿Estás seguro que está completamente vació?

Asintió impaciente para continuar lo que no terminó.

Lentamente me lo fué quitando y de inmediato su lengua empezó a lamer mis pezones duros. Gemí, y así por cada lamida. Luego subió lentamente a mi cara para volverme a besar mientras sus manos acariciaban mis pechos. Fue un beso lento pero intenso. Mientras continuamos Aaron desabrochó mi pantalón y por suerte traía unas bragas decentes. Continuó el beso aún más fuerte mientras metía su mano allí. Empezó a masajear mi clítoris, lento y luego aumento la velocidad.

-A-Aron.-Gemí mientras gritaba su nombre.

Al escuchar eso lo hizo con más intensidad.

-¿Sabes cuánto deseé hacerte esto Aurora?-Dijo agitado y excitado manteniendo su dedo dentro de mí-.Desde la primera vez que te ví.

Me sorprendió esa confesión, para nada lo esperaba...mi respuesta fué darle un beso.

Mi camisa, mi brazier y bragas quedaron en el suelo. Aaron me agarró mientras mantenía sus manos en mi trasero y nuestras lenguas jugando en nuestra boca para llevarme a su escritorio. Sin importar el valor de los materiales los movió todos con desesperación.

Él quería tocarme pero yo saqué sus manos sobre mí ya que era mi turno. Sonrió de una manera sexy y noté como se mordía la lengua atrevidamente. Desabroché su camisa negra ajustada lentamente y mediante el proceso fuí besando su pecho. Luego desabroché desesperada su cinturón y lo tiré violentamente al suelo porque tenía el deseo de bajarle el pantalón lo más rápido posible. Tenía unos calzoncillos caros pero no le importó que los rompiese. Se sorprendió porque mayormente las mujeres o hombres se metén el pito en la boca, pero eso a mí me parece sumamente asqueroso. Así que lo bese fuerte mientras mi mano le daba el orgasmo de su vida. Notaba los quejidos de satisfacción de Aaron, más quejidos más velocidad.

Luego de unas horas nos dignamos a parar. Estamos exhaustos, transpirados, tenía los labios hinchados y rojos, lo mismo él. Aaron no tenía preservativo así que me negué a hacerlo aunque él lo saqué justo a tiempo, no me voy a arriesgar a quedar embarazada o tener una enfermedad. Lo obligué a limpiar todo lo sucio mientras que yo me cambiaba, me costaba caminar debido al poderoso orgasmo que me hizo. Literalmente, me tuve que ir apoyando sobre lo que podía alcanzar.

Le dí placer a mi JEFE y él a una EMPLEADA. No me arrepiento para nada. Tal vez no lo odie como es en realidad, pero siéndolo siempre lo detestaré. O Intentaré hacerlo.

_______________________________________________

Nota del autora ★

No olvides votar y dejar tu comentario !

Disfruten del siguiente capítulo...

Querido JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora