Capitulo 10 - Primera experiencia

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De vuelta volví a sentir sus dedos dentro de mí. En un restaurante desolado y con un autor de mi país sumamente conocido. Apreté los labios para no gemir y cerré los ojos. De pronto se detuvo y sospecho que ya se dió cuenta. Para mí sorpresa continuó y no se volvió a detener. Habla como si no estuviera pasando algo sexual. Mis muslos mojados y con ganas de cruzarlos porque era increíblemente bueno y no podía aguantar mis gritos de placer.

Miré disimuladamente las piernas de Aaron en busca de otra cosa...ya saben. Estaba levemente elevado pero no del todo. Apreté los labios hasta el punto que mis dientes los estén lastimando. Mi boca se abrió y emitió un pequeño quejido de satisfacción, ambos me miraron, uno confundido y él otro satisfecho. Me tapé la cara maldiciendo y deseando que parará pero no al mismo tiempo.

Pasó una hora, estaba roja y transpirada, una hora entera de placer. Pero se detuvo ya que era hora de irnos. Agarró una servilleta, se limpió ya que sus dedos estaban colorados (upsi) y se hechó alcohol en sus manos. Me levanté con miedo de estar manchada.

-Fue un gusto conocerte Aurora.-Me levanté con un pequeño temblor y le extendí la mano con el propósito de extrecharlas pero me dió un beso en ella.

Era un hombre aproximadamente de unos treinta y cinco años, con la barba afeitada completamente y pelo castaño.

Por alguna razón tuve que mirar la reacción de Aaron y era la que yo esperaba, lo estaba fulminando con la mirada sin importar que tan importante era.

-Aurora, ¿que tal si me pasas tu número y te envío los detalles?-Ofreció en inglés antes irse.

-Clar...

-Los detalles se los puedes enviar por su mail de trabajo. Nuestra editorial no permite que nuestros empleados compartan información privada con sus clientes.-Me interrumpió.

Asintió y se fué de inmediato. No me salían las palabras por obvias razones.

Avancé para ir al auto pero él me agarró.

-¿Si no hubiese estado, se lo hubieses dado?-Sus ojos celeste apuntaban a los mios como si me estuviera a punto de matar.

-Sí, por el trabajo.

Gruño.

-¿Crees que quería tu número para el trabajo? Noté como te miraba mientras hablaba con él y ni hablar cuando te dió un beso en la mano.

-¿Piensas que no me va a mirar cuando estaba totalmente roja y con sudor por tu culpa? Y sobre el beso, solo fue un lindo gesto.

Me acerco aún más a él y nuestros labios estaban rosando. Tenía una mano en mi muñeca y la otra en mi cintura.

-Sí hablas con él y no es del trabajo juro que le daré el proyecto a otro.-Me amenazó.

Lo de ser posesivo no me disgusta...

Después me dió un beso en la boca y metió la lengua en ella.

-Ponte esto.-Se sacó el saco y me lo coloco nuevamente atrás.

Eso me recordó que no le devolví la otra.

Nos subimos al carro para irnos al edificio.

-Bajaré una calle antes de la editorial.

No me hizo caso y nos fuimos directamente a su estacionamiento privado que tiene el edificio.

-Sacate el cinturón.-Ordenó.

Lo hice y me agarró para que me sentara en sus piernas.

-Te voy a manchar el pantalon si no me dejas.

-¿Y?

Corrió el vestido de mi trasero para tocarlo y al sentir su tacto hizo que mis pezones se pongan duros y estaban visibles porque no llevaba sujetador. Aaron lo notó de inmediato y se fue directo a la espalda para confirmarlo.

Cuando estaba a punto de besarme me alejé.

-¿Qué paso?-Dijo extrañado.

-Tengo una pregunta.

Aún seguía en sus piernas y no me pensaba mover.

-¿No te resulta raro estar haciendo esto con una empleada?

-Aurora-Interrumpió-, soy tu jefe, pero en este auto soy Aaron Cooper y tu eres Aurora Parisi. Ahora mismo estamos fuera del trabajo y no estamos haciendo nada más que besarnos. ¿Entendido?

Asentí y tragué saliva. Sin más me beso como tenía pendiente.

Luego de unos minutos nos fuimos a la parte de atrás para mejor comodidad.

Sus manos presionaron mis pechos y yo agarré su cabello. Empecé a hacer movimientos pélvicos mientras nos besábamos y Aaron colocó sus manos en mi cintura y dejó de besarme para hacerlo en el cuello. Luego me quitó el vestido y me quedé en bragas. Lamió mi pezón y poco después mordió ambas, gemí de dolor y placer, deseando que lo vuelva hacer. Su lengua me lamió el abdomen hasta llegar a los bordes de mi ropa interior.

-¿Puedo?

-Estoy en mis días.

Me sonrió.

-Me dí cuenta, cariño. No me interesa en absoluto.-Me guiñó el ojo.

No puedo creer lo que hago por un hombre.

Asentí y bajó lentamente mis bragas, dejando ver la toallita femenina. Suspiré nerviosa, nunca me lo habían hecho porque no lo permití pero Aaron...

Él notó mis nervios.

-¿Qué pasa Aurora? ¿Estás segura de esto?-Preguntó preocupado.

-Siendo sincera, está será la primera vez que alguien me lo hará...

-Entonces será el mejor primer oral que tendrás en toda tu vida.

Lamió de arriba para abajo haciéndolo aún más satisfactorio y deseable. Mientras estaba sentada le sostenía su pelo y gemía su nombre. No mentía con que sería el mejor oral de toda mi vida, es bueno con los dedos, con la lengua y ahora falta probar otra cosa...

Se detuvo y por dentro quiero que lo vuelva a hacer. Me acosté y él se sostuvo con las fuerza de los brazos mientras que yo sacaba su remera. Lo agarré del cuello y lo bese con más intensidad y él también.

Ring. Ring. Ring.

Lo aleje y pregunté:

-¿Vas a contestar?

Negó con la cabeza. Me dió un leve beso con la intención de continuar lo otro, pero moví la cabeza a un costado.

-Contesta.

Suspiró y me obedeció.

-¡Mierda Aurora!

Me levanté de inmediato aún desnuda.

-¡La reunión!-Recordó.

-Espera, ¿yo también debo ir?

-¡Sí!

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Nota del autora ★

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