Capitulo 18 - 🔞

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Estaba desnuda y con el objetivo de ponerme la maldita remera pero Aaron me impedía completarlo. No se veía mal por su dolor, si no que ahora actua normal como si nada hubiese pasado.

—Nunca te imaginé con mi ropa puesta.—Susurró en mi oído.

Tragué saliva, sonrojada por la situación.

—Estas mejor sin ella.

¿Cómo debía tomarme ese comentario?

Me dió vuelta y bajo la mirada mirando mis pechos con deseo.

Me beso inesperadamente y respondí haciendolo también. Nuestras salivas se intercambiaban y nuestras lenguas se chocaban con deseo. Hizo que mis pechos se pegaran más a él.

Nos acercamos a su cama sin despegarnos y me tiró sobre ella. Con sus brazos sostenía su cuerpo y con sus labios comenzó a besarme el cuello hasta llegar a mis pechos desnudos, los besos y los mordió. Me aguanté el gemido que era irresistible solo porque no quería que Luke lo escuchará. Con agresividad y apuró metió los dedos y le dió masajes intensos a mi clitoris. Me beso con excitación, callando mis gemidos con sus labios que tanto me gustaban. Me obligó a abrir la boca y metió sus dedos con mis sustancias provocandome arcadas. Me puso sobre sus muslos y sosteniendo mi culo me continúo besando. Este hombre es tan bueno haciendolo que me dan ganas de nunca acabar. Sin pensar apoyó sus manos en mis pechos acariciandolas y apretandolas. Empecé a moverme sobre él hasta sentir un bulto en mí.

—¿Sabes cómo me pones Aurora?—Nuestras frentes se pegaron y me miró fijamente

—No lo sé jefe.

A su respuesta se sacó lo que quedaba de ropa y abrió el cajón ya sabiendo lo que iba a sacar: unos condones.

Me mordí el labio y mis ojos bajaban y subían cada rato.

—Ahora lo sabrás.

Me apoyé sobre el respaldo, aún más excitada que antes.

Me abrió las piernas y su rostro se acercó a mí.

—No grites, tenemos visita.—Luego de eso me dió un rápido beso.

Bajó lentamente los calzones que estaba usando y luego me rompió las bragas.

Apreté los labios a la hora de que me la metiera, no sé si podía aguantar. Me sostení con el respaldo y cerré los ojos sudando. La sacaba y la metía, tenía un grito atragantado. Aumentaba la velocidad y la bajaba, así todo el tiempo. Me beso mientras tocaba mis pechos y lo tenía dentro de mí.

—A-Aaron—Gemí sin querer, no podía aguantar.

Me puso la mano en boca.

—Te lo advertí.—Me obligó a darme vuelta y no tan arrepentida lo obedecí.

Me agarró el culo y lo acercó a su pene. Apreté los labios y me apoyé en los bordes de la cama, estaba mojada, más mojada que nunca. Sus manos se colocaron en mi cintura y la empujó hacía dentro.

Volví a gritar, es imposible que escuche un grito en esta casa inmensa.

Lo volvió hacer, enojado por mi acción. Cada vez lo hizo más fuerte, al punto de que la cama golpeaba la pared y provocará ruidos. Me volvió a dar vuelta y hizo que mis manos se pegaran a la pared mientras que él las sostenía.

La volvió a meter, está vez más fuerte que antes. Me besó para callarme los gemidos que tenía atragantados y esforzaba a no sacarlos.

—¿Ahora lo sabes?—Ambos transpirados y su verga aún en mi vagina.

—S-sí...—Dije sin un respiro.

Sin su permiso busqué un lubricante en su cajón y lo encontré. Me arrodillé delante de él y le saqué el condón con mis flujos y los suyos. Lo tiré al suelo y Aaron seguía con la esperanza de que me la metiera en la boca, pero no, soy mejor en otras cosas y lo merece disfrutar.

Coloque mi mano en su pene, le acaricié la punta y la apreté, no se aguantó su quejido y sus ojos se mantuvieron cerrados. Lo solté y lo volví hacer, está vez haciéndolo emitir un gemido grave y exitante. Baje y subí mi mano en su pene, mirando su reacción y así aumentar la velocidad. Gritó del placer y salió un poco de su semen, eso me motivo a seguir está vez haciéndolo más fuerte y rápido hasta que su sustancia quede cubierta en mi mano.

—Mierda Aurora...—Dijo luego del orgasmo que le he dado...

Le sonreí mostrando mis dientes y luego me corrí el pelo de la cara.

—¿Qué haces?—Preguntó mientras sacaba otro condón de la pequeña caja.

Se lo coloqué y me posicioné en él para dar saltos y sentirlo más profundo. Apretó mi culo y mi cabeza miró al techo, emitiendo quejidos agudos. Aaron chupo mis tetas y apreté su pelo. Con una de sus manos me agarró las muñecas y las apoyó sobre las sábanas arrugadas. Su mano no se despegaba de las mías y la metió devuelta. Grité, algunos eran más agudos que otros, pero sin duda eso lo exitaba más.

Habíamos terminado luego de unas horas, no sé si Luke escucho nuestros gritos pero en ningún momento nos fue a buscar. Me había puesto la remera que empezó todo y los dedos de Aaron jugaban con mi cabello. Nos miramos fijamente, él me sonreía mientras que yo simplemente extendí mis labios formando otra.

Me cogí a mi jefe.

Querido JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora