Capitulo 4 - Desastre

338 26 0
                                    

Me atraganté con la comida por la pregunta. Aaron me alcanzó la copa para que con el vino me bajara la comida.

-Lo siento.-Dijo apenado, pero con un tono sexy.

No me esperaba la pregunta, ni mucho menos que adivinara las razones por la que estoy así.

-S-sí...-Se me hizo un nudo en la garganta al confirmarle lo que el pensaba.

-¿Qué te hizo el imbecil?

No esperaba que reaccionara de esa forma.

-Lo he encon...-Se cayeron unas lágrimas y tenía ganas de llorar pero me contuve porque no quiero que me vuelva a ver así-.Lo he encontrado con otra chica.

Dejó el pedazo de hamburguesa en el plato y cambio el gesto a uno más enojado. Sus ojos color mar cristalizado me miraron fijamente, mientras sus pupilas se movían al ritmo de mi gota. Cruzó los brazos y se quejó con un sonido.

Mi dedo saco la lágrima que casi había terminado el recorrido y otra que estaba por salir.

-Que hijo de puta.

-Aar...digo jefe, ¿Por qué le...?

Se enderezó y aclaro su garganta.

-Ahora soy Aaron, no tu jefe. ¿Entendido?-Su mano hizo una seña que me mandaba a continuar lo que no terminé.

Asentí y continúe:

-¿Por qué le interesa lo que me pasa?

Miró a un costado para luego apoyar los brazos en la mesa.

-¿Acaso no me puedo preocupar por tí?

-No. No quiero tus preocupaciones y mucho menos quiero estar aquí, pero todo para no verle la cara al otro idiota.

Alzó las cejas a la hora de escuchar mi queja, giro los ojos y su cara de enojo volvió.

-No tengo hambre.-Alejé el plato y tomé el último sorvo de vino.

-¿Irás al baño a llorar de nuevo?-Ese tono de voz de presumido como lo hace en la empresa hizo que lo odiara aún más.

Lo miré con cara de disgusto y un poco de decepción.

-¿¡Sabes!? ¡No se porque mierda estoy aquí, tengo algunas amigas que viven cerca y puedo tranquilamente pasar la noche con ellas!-Es mentira, todas ellas viven en Manchester.

Tiré la toalla al suelo y me dirigí a la puerta, intenté abrir la puerta pero estaba cerrada con llave.

-¿Me abres la puta puerta?-Rogué desesperada y a punto de llorar de nuevo.

Se paró y acomodo lo arrugado y se fue acercando a mí lentamente, al punto que sentía sus reparaciones en mi cara.

--¿Y si no quiero abrirte?-Dijo atrevido mientras tenía su brazo apoyado en la puerta y encerrandome con su cuerpo.

-Te pegaré una patada en los huevos.

Miro a un costado y se rió.

Mierda. No le pegaré en los huevos, fue una simple amenaza. Pero si no me deja salir lo demandaré, lo aseguro.

Intenté pasar por debajo ya que tenía la ventaja de ser baja y él alto. Pero se movió junto a mí y bajó su brazo para no lo volviera a intentar.

-Estoy hablando en serio, te demandaré.-Le advertí.

-¿Te atreverás a demandar a quien te dió la oportunidad de cumplir tu sueño?-Se acercó a un más.

-Tal vez.

Querido JefeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora