Visenya estaba en sus aposentos hecha un mar de lágrimas, ella si amaba a Daemon pero su rencor podía más que el amor que le tenía. Le dolía haberlo tratado así, le dolía decirle lo que hizo con su hijo, Visenya estaba en un momento donde se sentía sola, vulnerable, su hermana estaba lejos, no tenía con quien hablar, su padre estaba enfermo y se sentía tan rota. La princesa escucha la puerta abrir y limpia sus lágrimas rápidamente, pensando que era su esposo.-Visenya, estás bien?-le pregunta Aemond al ver el rostro inchado de la princesa por las lágrimas. Está intento ser fuerte y acertó levemente con su cabeza, pero su dolor la quebró y cambió su firmeza por negación. Aemond rápidamente se acercó a su amada y la rodeó con sus brazos dándole un abrazo, dejando que la princesa llorara. El príncipe se quedó en silencio hasta que noto que el llanto de la
Joven se había calmado.-Daemon te hizo algo?-le pregunta. Visenya saca su rostro del pecho del príncipe y lo mira, Este rápidamente nota el labio hinchado de la princesa. -El te hizo esto?-dice poniendo su mano en el mentón de la princesa.-Le dije algo que no debí nunca decirle, y se enojó-responde Visenya.
-Lo voy a matar...-Aemond se iba a ir pero Visenya lo detuvo.
-Quédate conmigo, no quiero estar sola-le dice. Este por más furia que tenía con Daemon acertó levemente y caminó hasta la cama para acostarse con Visenya. La princesa se recuesta de el pecho del príncipe y este comienza acariciar la melena platinada de la joven.-Me arrepiento tanto no haberme casado contigo-
-Eso se puede cambiar-dice Aemond-Solo dame la orden y acabo con el-responde. Visenya sonríe un poco ya que sabía que Aemond no era rival para su esposo.
-por ahora no-responde con gracia.
-Se que no fuiste tú quien quitó mi ojo-dice para distraer a la princesa.-Quise creerlo para dejarte de amar, pero ni con eso podía-responde.
-Siempre me has amado?-le pregunta la princesa.
-Si-responde.
-Porque?-
-Eres increíble Visenya, no le temes a nada todo lo que deseabas siempre lo conseguías eres lista, hermosa-Visenya sonreír mientras Aemond hablaba.
-Gracias-la princesa levanta su cabeza para mirar a él príncipe.-Necesitaba escuchar eso-dice y vuelve a recostarse en el pecho del príncipe. De repente comienzan a tocar en la puerta de la princesa, esta sabía que no podía ser su esposo ya que este entraba sin tocar.
-Quien es??-pregunta Visenya desde la cama.
-Carim mi princesa-responde la doncella desde atrás de la puerta.
-entra-contesta Visenya. Aemond la mira algo alarmado ya que no era correcto que los vieran de esa forma tan íntima-tranquilo ella es de confianza-
-Princesa, príncipe-hace una leve reverencia ya cuando está frente a la cama.
-Que sucede Carim?-le pregunta Visenya.
-Desea que prepare su baño?-contesta la doncella.
-Si, me bañaré con Aemond-responde la Targaryen. La doncella acierte y antes de salir de la habitación le pregunta a la princesa si desea su té. -si por favor-
-Le tienes mucha confianza a tu doncella-le dice Aemond ya cuando Carim se había marchado.
-Si, gracias a ella no me volví loca en pentos-dice la princesa con gracia.
Ambos se quedaron un rato más hablando sobre libros, dragones y historia, ellos tenían demasiadas cosas en común y esto hacía sentir a Visenya feliz y querida. Carim llegó con varias doncellas y colocaron el agua en la bañera dorada que había en los aposentos de la joven. Está dejo toallas limpias y se marcharon. Visenya y Aemond se levanta de la cama y con ayuda del príncipe Visenya quita su vestido y entra en la tina primero que su amante. Luego Aemond quita su ropa y entra en la tina posicionándose detrás de la princesa haciendo que la espada de la joven quedará en su pecho descubierto.
-Eres hermosa-dice este besando los hombros de la princesa. Visenya sonreía como una tonta joven enamorada. Aemond comenzó hacerle masajes en la espalda haciendo que esta se relajara y olvidara por completo sus problemas. Mientras Aemond la masajeaba hablaban y reían entre sí. Se contaban anécdotas y historias de el pasado que hacían reír a los príncipes.
Mientras estos jóvenes pasaban lo que quedaba de la tarde juntos. Daemon se había marchando a uno de los burdeles que había en las calles de seda. Este estaba tomando si control por su cabello platinado todas las prostitutas estaban encima de él, ya que sabían que era un príncipe. Este rechazaba a cada una de ellas, ya que el solo tenía corazón para su dulce Visenya.
-Quien le ha hecho tanto daño mi príncipe?-pregunta una de las prostitutas del burdel. Este levanta su mirada del trago y observa que la joven pebella se parecía a su amada, o tal vez el la encontraba parecida por tanto alcohol que tenía en el sistema.
-Mi esposa me odia-responde este con tono de ebriedad.
-Aquí podemos hacerle olvidar a su esposa-dice la mujer acercándose seductoramente a Daemon.
-Ninguna mujer podrá hacerme olvidar a Visenya-responde el príncipe y empuja un poco a la mujer. Está no se iba a dar por vencida ella sabía que los Targaryen pagaba con oro de dragón y eso la podía sacar del burdel.
-Visenya debe ser una mujer muy hermosa mi príncipe-responde acariciando el pecho de Daemon.
-No hay mujer más hermosa que ella, pero se ha convertido en un mostró-dice esté tomando un trago de su bebida-Ella no entiende que yo daría la vida por ella-la doncella rodaba sus ojos al escuchar lo patético que sonaba el príncipe. La gente le decía que Daemon era un hombre fuerte que no se dejaba por nadie pero por lo que ve su la única debilidad del príncipe era Visenya.
-No quieres hablar en otro lugar-le dice la mujer acercándose a él odio del príncipe.
-Cuánto quieres?-pregunta el príncipe. Está lo mira con una sonrisa pensando que este se iba acostar con ella-cuánto quieres para que me dejes en paz-le exclama. Ella lo mira con su ceño fruncido.
-Dos dragones-respondes el príncipe sin hesitar saca de sus bolsillos dos oros de dragón y se lo lanza a la mujer. Está algo humillada se aleja del príncipe. Este se levanta algo tambaleante de la silla y se marcha del lugar.
El debía decirle a Visenya, decirle toda la verdad, y lo mucho que sentía haberla golpeado.El príncipe caminaba por las calles de seda pensando en lo que tenía que decirle a su esposa en el camino se encontró con una señora que vendía flores y decidió comprarle unas cuentas a su esposa. Finalmente llegó a el castillo, estaba ebrio pero ya no como antes su caminar era más firme. El príncipe estaba frente los aposentos de la joven pensó en tocar, pero el no era así. Hacía que abrió la puerta del cuarto de la joven y vio, vio algo peor que ser engañado.
Visenya sentada en el suelo riendo a carcajadas junto a Aemond mientras jugaban un antiguo juego de mesa. Ver a la princesa con esa hermosa sonrisa que tanto el amaba, ese brillo en sus ojos que hace años no veía hizo que Daemon sintiera un fuerte vacío en su corazón. Cuando Visenya lo mira este ve que ese brillo y esa sonrisa se fue.
-Que sucede?-dice la princesa seria, sin ninguna expresión en su rostro.
-Mañana llega tu hermana, debemos recibirla al llegar-dice el Targaryen. Visenya acierte levemente y vuelve su mirada a Aemond. El cual estaba furioso ya que Daemon hace unas horas había golpeado a Visenya.
-eso es todo?-le pregunta Visenya al notar que su esposo no se marcha.
-si-responde el príncipe secamente.
-Y esas flores?-pregunta Visenya viendo que este tenía sus flores favoritas en mano.
-Para tu hermana-responde este, Visenya suelta un leve bufido y vuelve su mirada a Aemond. El príncipe se marcha dejándolos completamente solos, el sabía que haberle dicho esto a la princesa fue un error, ahora la princesa lo podía odiar más de lo que ya lo odiaba.
Otro capítulo más en el día de hoy! Díganme que tal? Me gusta escuchar que piensas sobre Visenya y Daemon. Creen que Visenya ame a Daemon? O creen que ahora se enamore de Aemond???
El comentario que más me llame la atención le dedicaré un capítulo!!!
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The Dark Dragon's
RomanceCuando la sangre del dragón corre en tus venas es inevitable rebelarse contra lo correcto y hacer todo aquello que la gente llama erróneo. Visenya Targaryen era el vivo ejemplo de lo incorrecto y los causantes de los pecados de la Targaryen era su t...