Empieza a bajar la temperatura, Urano es un planeta que, fuera de casa parece tímido y amable, aunque claro a veces suelen sacarlo de sus casillas.
Ya es hora de ir a descansar, llamó a sus lunas y entró. Solo pidió que le trajeran su comida a su taller y se encerró. Titania, la luna líder, empezó a decirle a cada uno sus tareas y empezaron a hacer la cena.
En el desayuno ellos habían agotado toda la comida, así que ella fue al huerto de cristales de Urano. Al tener un planeta creativo, podían darse el lujo de no tener necesidad de ir a buscar ingredientes en los asteroides de la órbita, ya que Urano tenía su cultivo de minerales bien cuidado. Le gustaba darle forma, darle elementos químicos para verlo reaccionar o los aplastaba para hacer pintura.
Las lunas tienen derecho a tomar lo que sea del huerto, solo que no deben romper nada y deben informar a Urano cuanto tomaron para que él lo reemplace después; pero ellas temen tomar más de lo que él permitiría, la última vez que pasó se enojó demasiado, tanto que alzó la voz demasiado fuerte y les tiró cosas. Aparte de que no les permitió agarrar algo de comer. "Ustedes tienen de más, confórmense con eso por ahora", eso les decía. Fue un tiempo difícil, ya que no tenían comida, materiales para cosas básicas o incluso remedios para sus fallas tectónicas o para aliviar el dolor de núcleo.
Ahora que ya tienen permitido agarrar cristales de nuevo, lo hacen con extremo cuidado, a tal punto que deben dividir los minerales para toda una semana, aunque estuvieran un poco hambrientos.
Hoy Titania entró para pedir permiso a Urano para sacar un poco de los minerales, él estaba en medio de su sesión de arte y no le gustaba ser interrumpido. Él alzó la vista y la vio arqueando una ceja.
- Bueno, ya sabes que hacer... pero recuerda que no deben tomar demasiado.
- Esta bien Urano, aunque quería pedir, si es que no es mucha moles- - Un sonido de vidrios rotos se oyó por toda la habitación.
Urano paró lo que hacía y se acercó a ella silenciosamente, con una expresión enojada.
Titania por accidente había derribado una pequeña escultura de cristal rompiéndolo, sabía que iba a pasar ahora y no quería permitirlo.
- Urano, por favor ten piedad, fue un accidente...si quieres recojo muy poco o nada. No temeré en ir al cinturón de Kuiper por minerales. – dijo Titania asustada
*
Urano estaba en su órbita viendo el espacio, se inspiró un poco en escribir en su diario, ya sea sueños, pensamientos o poesía.
Aunque el lapicero rojo era para sus pensamientos negativos. El que más resaltaba era la envidia.
Hace unos minutos había tenido una charla con Neptuno de diferentes cosas, aprovechando que estaba con él ya que por alguna razón siempre desaparecía. Entonces vino Saturno queriendo integrarse a la conversación.
Esa interrupción hizo que Neptuno se acercara a Saturno, y por un momento dejaron a Urano de lado, el azulito siempre tuvo una fascinación por esos enormes anillos.
- ¿Son hermosos Saturno, no te pesan o algo así?
- No mi aguado amigo, además les puse un decorado de cristales, ahora brillan más y son más coloridos.
"Algún día tendré anillos, serán enormes y preciosos. Cuando los obtenga estaré feliz de ver a Saturno llorar y de hacerlo sentir inferior, buscaré la manera de tenerlos a toda costa".
"Ojalá pudiera robarle a Saturno esos anillos que ni merece, no sería nada sin ellos,"
"¡HARÉ LO QUE SEA POR ANILLOS!"
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Solarballs FANFIC - Sinfonía de los Astros Dañados
Hayran KurguPorque no quiero dejar a mis usuarios de wattpada sin nada.... -Entonces, todos los planetas tienen sus fallas, sus fracturas, sus miedos. Las leyes del sistema solar son rotas. Las lunas le temen a los planetas, no se sabe que ocurre dentro de su c...