Dᴏᴄᴇ |𝟏𝟐|

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Llegamos a casa. Bueno, a la casa de Enzo.

Matias se quedaría por esta noche, en al otra habitación de invitados de Enzo, y mañana luego de la premier tiene que irse.

–Bueno muchachos, buenas noches, descansen–se despidió 
mi hermano para luego darme un beso en la cabeza y un apretón de manos a Enzo y desaparecer por el pasillo.

Enzo y yo nos miramos de reojo. Sabíamos que si alguien se enteraba lo de anoche, nos llenaríamos de conflictos y problemas aunque no queríamos aceptarlo.

Sin decir ni una palabra, cada quien se fue a su cuarto.

La culpa se apoderaba de mí. Haberme quedado acostada y mirando hacia el techo solo había hecho que mi mente maquinara a mil por segundo.

Me había acostado con el mejor amigo de mi hermano, con su mano derecha, a quien Matias le confiaba todo.

Abrí twitter, que hacia mucho que no me metía a esa red social, y lo primero que me apareció, fue un tweet de Juani.

Abrí twitter, que hacia mucho que no me metía a esa red social, y lo primero que me apareció, fue un tweet de Juani

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Ni en twitter me podía distraer.

Suspire y me levante de la cama, decidida a hablar con Enzo.

En el camino de mi cuarto hacia el suyo, no podía parar dejar de pensar, mientras miraba a Numa que me seguia.

Me sentía terrible.

Una vez frente a la puerta del cuarto de Enzo, di tres golpecitos despacio, para no despertar a mi hermano.

–¡Pasaa!–grito Enzo desde adentro. Lo de no despertar a mi hermano se fue al choto.

Tome la manija e hice fuerza hacia abajo. Abrí la puerta y me quede embobada ante lo que estaba viendo. Contemple a Enzo sentado en un sofá que tenia en el balcón mientras tocaba la guitarra. Me miro, y si perfil fue tallado por la luz de la luna.

Trague grueso para luego cerrar la puerta y caminar hacia él. Al llegar me senté en el sofá que estaba frente a el morocho.

–Al fin apareces, mala–dijo Enzo mirándome, haciéndose el enojado como si fuera un nene chiquito, pero aún, sus dedos no se alejaban de las cuerdas de ma guitarra.

–No voy a venir con mi hermano presente.

–Buen punto–me dio la razón.

Hubo silencio por unos segundos, hasta que Enzo volvió su vista hacia la guitarra y comenzó a tocar una melodía que no me costo reconocer, estaba tocando "Do I Wanna Know?" de Arctic Monkeys.

𝐎 𝐋 𝐃 𝐄 𝐑 || 𝖤𝗇𝗓𝗈 𝖵𝗈𝗀𝗋𝗂𝗇𝖼𝗂𝖼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora