Tʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ |𝟑𝟓|

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Me desperté gracias a los mosquitos y al calor que hacia.

Y pensar que en España tenia que usar remeras térmicas.

Vi hacia mi costado, Enzo no estaba.

Me pare de la cama y fui a buscarlo. La casa estaba vacía. La preocupación se apodero de cada parte de mí.

Estaba preparada para salir afuera y gritar ayuda o no sé, algo. Y cuando abro la puerta principal, Enzo estaba ahi. Sentado en un escalón, con el torso expuesto y un pantalón gris de pijama. Pero estaba fumando, y aunque se vea jodidamente atractivo haciéndolo, sabia que no debía. Muchas veces hablamos de cuanto le había costado dejar su adicción, pero que se obligo a hacerlo ya que había tenido muchísimo problemas gracias a esto, al tabaco.

Cuando me vio, su rostro cambio a uno como si hubiese visto un fantasma y escondió el cigarro lo más rápido que pudo.

–Chiquita...–trago grueso.

Yo apreté los labios. No quería discutir cuando luego de tanto tiempo nos volvimos a ver, pero tampoco podia hacerme la que no pasaba nada. Que esté fumando era algo gravísimo para su salud.

Él claramente se dio cuenta que lo vi y que no me gusto para nada, pero antes de que vuelva a decir algo, me di media vuelta y volví a entrar a la casa.

Me acoste y comencé a ver twitter. Mala idea.

Eran todos haters insultandome a mí y ni hablar de los comentarios hacia Enzo. Y del otro lado, estaba Agus Lain y Juani defendiéndonos.

Cerré twitter, no quería seguir
leyendo esas cosas.

Entre a instagram: fotos mias en el aeropuerto, la publicación que subí hace un rato y la historia de Enzo.

Suspire y cerré instagram. Pero me metí a WhatsApp. Fui al chat de mi hermano y le deje un "Gracias por dejarme volver". Debido a la hora no espere que me respondiera.

La presencia de Enzo rompió la soledad de la habitación. Paso hacia el otro lado de la cama, a su lugar, y se acosto al lado mío.

Me di vuelta, dandole la espalda, y a los pocos segundos sus manos envolvieron mi abdomen y su pecho quedo apretado contra mi espalda.

–Perdón...–susurro cerca de su oído. No sabia que responderle, ni sabia si quería responderle, así que me limite a cerrar los ojos e intentar dormir hasta la mañana.

–Chiqui...–susurro. No tarde en despertarme gracias a los besos cortos de Enzo en distintas partes de mi rostro. Sonreí y lo mire.

–Hola–dije en un susurro con la poca que me salía.

–Buenos días. Mi manager esta abajo, esperando a que le abra–me dio un beso–Te aviso para que no bajes en tanga.

–En tetas voy a bajar–dije ocultando una sonrisa. Enzo alzo las cejas.

–Si, si, dale. Seguí haciéndote la loca vos–luego de decir eso, me lamió la mejilla y se paro de la cama.

–¡Enzo! ¡Que asco!–dije en un quejido, pasándome la mano en esa zona, intentando secarla.

–Ah si, ahora te da asco–dijo haciendo un montoncito con la mano para luego abandonar la habitación mientras yo me reía.

Mire al techo con una sonrisa. Aún no podia creer que estaba acá otra vez.

Fui a mi cuarto y mi ropa no estaba. La puta madre, ¿Dónde la deje?

𝐎 𝐋 𝐃 𝐄 𝐑 || 𝖤𝗇𝗓𝗈 𝖵𝗈𝗀𝗋𝗂𝗇𝖼𝗂𝖼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora