Tʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴏᴄʜᴏ |𝟑𝟖|

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Entreabrí los ojos, molesta por la luz que entraba por la ventana.

–Buenos días, chiquita–dijo Enzo depositando un corto beso en mis labios. Sonreí como respuesta–Ahora tengo una sesión de fotos vengo dos minutitos, y después tengo una entrevista. Llego a las 5 de la tarde.

–¿Y qué hora es?

–Las doce.

–¡¿Las doce?!–pregunté sentándome rápidamente en la cama.

–Si, se me esta haciendo tardísimo. Así que ya me voy, pero espérame para merendar–nuevamente dejo un corto beso en mis labios, para luego pararse de la cama y salir del cuarto para abandonar la casa por unas horas.

Agarre el celular rápidamente, Matias me mando los pasajes, eran para las tres de la tarde.

Me pare de la cama, agarre mis valijas de mi cuarto y las lleve otra vez al cuarto que compartía con Enzo.

Solté un suspiro mientras abría la valija.

Me duele como no se dan una idea.

Agarre mi ropa que por suerte ya estaba doblada gracias al señor mayor con el que convivía, y comencé a a guardar mi ropa en la valija.

No pude controlar mis lagrimas.

Sentía un vacío increíble en mi pecho. Abandonaba a Enzo. Al menos Numita no estaba, no aparecía hace días (Según él) y eso también me afectaba bastante. Pero ahora al menos abandonaba solo a una persona.

A una persona que amaba incondicionalmente.

Entre sollozos y lagrimas, ya había terminado de guardar todo.

Baje a la cocina, busque un papel y una lapicera; Iba a dejarle una nota a Enzo.

Baje a la cocina, busque un papel y una lapicera; Iba a dejarle una nota a Enzo

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Mientras escribía ese "Te amo" me acorde que él me lo había dicho anoche.

Enzo me amaba.

Mis lagrimas volvieron a apoderarse de mis ojos, deslizándose por mi rostro y manchando la nota.

No sabia donde guardarla para que Enzo no la vea antes de irse a la entrevista.

Así que le recorte cuidadosamente los bordes, haciéndola más pequeña y la pegue en la parte interior de la tapa de su botella. La botella que lo acompañaba a todos lados.

Me volví a acostar, mientras abrazaba la almohada que él usaba, que tenia su olor.

Decidí dormirme. Sabia que si seguía pensando me arrepentiría, y eso era sumamente te egoísta.

Esperaba que sea poco tiempo, esperaba volver pronto.

No sé en que momento caí rendida al sueño, solo se que me desperté por el chirrido de la puerta de la habitación.

Abrí los ojos levemente, Enzo estaba ahi. Vestía un traje que le quedaba pintado.

𝐎 𝐋 𝐃 𝐄 𝐑 || 𝖤𝗇𝗓𝗈 𝖵𝗈𝗀𝗋𝗂𝗇𝖼𝗂𝖼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora