𝐎 𝐋 𝐃 𝐄 𝐑 || 𝖤𝗇𝗓𝗈 𝖵𝗈𝗀𝗋𝗂𝗇𝖼𝗂𝖼

Tʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ɴᴜᴇᴠᴇ |𝟑𝟗|

⎯⎯ ୨ Perspectiva de Jose ୧ ⎯⎯

Era hora de irme.

Agarre mis maletas, salí de la casa y llame un Taxi.

Me temblaban las manos y las piernas. Realmente no quería moverme de aquí, pero si quería algo serio, sano y estable con él, y para eso debemos estar bien ambos.

El taxi llego luego de unos minutos, le dije mi destino y después de una hora llegamos al aeropuerto.

El frío me estaba matando, y eso que era verano.

La escala fue solo de media hora, y por suerte. Sabia que mientras más pensaba, menos ganas tendría de irme y terminaría quedándome aquí.

Me pregunte mil y un veces si estaba haciendo lo correcto. Esperaba que sí.

También muchas veces pensé en que a Enzo se le podría pasar por la cabeza que me voy porque no lo quiero. Y no lo quiero, lo amo. Así que esperaba que ni lo piense.

Mi hermano me esperaba allí, Juani dijo que Blas estaba ahi, y que él en unas semanas iría a Madrid y pasaría a visitarme.

Pero, ¿Y él? ¿Y Enzo?

¿Y si se cansa de mi y busca a otra?

Por suerte, algo interrumpió mis pensamientos. Era un voz dulce de una mujer que sonaba por unos parlantes:

"Damas y caballeros, los que abordarán avión hacia España, tomar la fila cuatro. Tener pasaporte en mano por favor"

Suspire y saque el pasaporte del bolsillo inferior de mi mochila. Luego de esto, hice la fila con los demás.

Delante mío había una adolescente de unos quince años aproximados mirando una entrevista desde su celular.

Pero no era cualquier entrevista: Era de Enzo, estaba en vivo.

Pero no se lo veía bien; se lo veía perdido, angustiado, o cualquier emoción triste que acompañaba sus ojos llorosos.

Verlo así fue como un dagazo al corazón. Era obvio que ya había visto mi nota.

De un segundo a otro, el celular de la niña cayo al piso y freno al lado de mis zapatos.

Me agache para alcanzárselo, y mientras me ponía de pie, pude oír una pregunta que le hicieron:

–¿Y como han estado las cosas con Josefina? Sabemos todos los mal..."la voz de un chico que lo entrevistaba fue interrumpida por la niña dueña del celular.

–¡No me lo creo! ¡Eres Josefina Recalt! ¡La que esta con Enzo!–dijo agarrando su celular pero sin despegar su vista de mí.

–Si, soy yo–dije algo apenada y dolida por lo de Enzo. Ya me estaba preparando para que me diga algo malo.

–Te apoyo un montón, eres hermosa y amo la relación que tienes con el lindo de Enzo, ¿Podemos sacarnos una foto?

Me quede completamente sorprendida por sus palabras. Era la primera persona que no me miraba mal, que me decía algo lindo y que me pedía una foto. Le regale una sonrisa amable, una sonrisa que escondía mi desanimo por dejar a quien amo.