Día libre

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¡Hola a todos!

Acá otro capítulo y unas aclaraciones jeje.

No quiero poner en este capi que Laena es una mala madre, porque aunque en este fanfic la haya hecho bien perra, no la haré mala madre jeje, sería maltratar demasiado al personaje jeje, así que aclaro eso jeje

Si pondré que cuando sale, a veces las deja al cuidado de Rhaenys o Laenor jeje y algunas cosas más, pero eso no quiere decir que la vaya a poner como mala mamá.

¿Habrá Daemyra? Upsi, no lo sé jeje.

A si, para los que ven vampire diaries, captaran la referencia en una frase jeje. 

No olviden comentar y votar.

Gracias a todos los que comentan, no he respondido cada comentario, pero créanme los leo todos y los disfruto mucho jejeje, me encanta que les guste esta historia. Realmente les agradezco sus comentarios.


Cuando Daemon llegó a casa de los Velaryon, fue Rhaenys quién lo recibió, Laena había llegado hace algunos minutos, y no estaba bien.

- Daemon- dijo Rhaenys mirando a su primo- Sé que las cosas entre tú y Laena no están bien, pero ¿Pasa algo que yo no sepa?- preguntó ella que notaba demasiado extraña a su hija últimamente, salía demasiado y cuando Harwin venía a buscarla para llevar a las niñas al colegio, solía demorar horas. 

- Hemos estado discutiendo- dijo Daemon mirando a Rhaenys- Mi trabajo, es complicado, lo sabes- dijo él y Rhaenys asintió.

- Daemon, ¿No te culpes tanto? ¿Está bien?- preguntó Rhaenys y Daemon la miró confundido.

- Rhaenys, me he alejado de ella, lo sé, es solo- dijo él y Rhaenys puso una mano en su hombro.

- Solo hazme caso ¿Está bien? Ahora ve- dijo Rhaenys mirando a su primo dirigirse hacia donde estaba su hija y sabiendo en el fondo de su corazón que allí había algo más.

Algo que haría temblar a la familia real y a los Velaryon, pero tenía miedo de descubrirlo, aunque ya era hora de saber qué más pasaba y si su corazonada era cierta.

Cuando Laena sintió que Daemon llegaba a casa, tragó pesado, porque cada vez que lo veía, la culpa y la tristeza la invadía.

No sabía lo que sentía por él.

Lo quería, estaba totalmente segura de que lo quería demasiado, pero no lo amaba. 

Lo que sentía por Harwin, era algo que no podía evitar, algo demasiado intenso, que ni siquiera con Daemon había sentido. 

Cada vez que Daemon entraba por esa puerta, quería confesarle su romance con Harwin, quería decirle que lo mejor que podían hacer era separarse, porque ella había fallado.

Pero no podía hacerlo. Cada vez que pensaba en hacer lo correcto, sabía lo que pasaría. Sabía que sería un escándalo público, peor que los chismes sobre Rhaenyra en la prensa rosa. 

Su familia quedaría arruinada por el escándalo, y ella perdería a sus niñas. 

No, seguir casada con Daemon era la única opción que tenía si quería seguir teniendo familia.

- Laena- dijo Daemon entrando a la habitación y sentándose al lado de ella en la cama.

- ¿Qué sucede? ¿Por qué viniste tan temprano? ¿No deberías estar cuidando a Rhaenyra?- preguntó ella odiando hablarle así, sintiéndose hipócrita por hacerlo, pero era la única forma de que él no notara que algo le ocurría.

Los secretos de la corona (Daemyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora