Fiesta

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¡Hola a todos! Acá un nuevo capítulo jejje

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Besos y abrazos.

Por la noche, Harwin llamó a Laena, intentando encontrar una respuesta a lo que pasaba entre ambos, y ambos acordaron que no debían decir la verdad.

Ambos tenían demasiado que perder.

Laena no podía alejarse de Harwin, recién lo estaba conociendo, pero lo que sentía por él era demasiado intenso, sabía bien que lo correcto sería separarse de Daemon, ya que ambos habían básicamente gritado que no se amaban, pero no podía.

¿Cómo podría perder a su familia? No quería imaginarse peleando la custodia legal de sus hijas, no podía imaginar verlas a ellas sufrir por su separación, y aunque sabía que la madre casi siempre se quedaba con la custodia de los niños, más aún en las condiciones que estaba Daemon, le aterraba pensar que por alguna razón él lograra quedarse con la custodia.

Además, a pesar de las discusiones, lo quería, no lo amaba, pero lo quería demasiado.

Harwin por su parte sabía que debería alejarse de Rhaenyra, pero su corazón estaba confundido.

Antes de que Laena llegara a su vida, estaba seguro de lo que sentía. Él habría sido feliz manteniéndose como el amante de la princesa, no le importaba no estar casado con ella, no le importaba que ella no quisiera tener hijos, él era feliz con ella. 

Él estaba seguro de que la amaba, hasta el momento en que conoció a Laena, desde entonces, él no sabía que sentía. Cada vez que veía a la princesa, deseaba estar con ella como antes, deseaba abrazarla, besarla, tener sexo con ella, pero la culpa lo detenía.

Primero había sido porque sabía bien que ella no lo amaba, y que amaba a otro hombre, y ahora era el peso de su traición.

Fue por esa clase de sentimientos confusos, que él y Laena tenían, que acordaron mantener su romance oculto. Y si eran descubiertos, ambos aceptarían las consecuencias.

En el palacio, Daemon organizaba un plan de seguridad pues Rhaenyra tenía un evento formal esa noche, y él debería acompañarla como su guardaespaldas. 

Ambos no habían vuelto a hablar de aquel beso que habían compartido, y lo preferían así, lo que habían hecho estaba mal, y por más que cada vez que se veían desearan volver a besarse, no debían hacerlo.

Rhaenyra se sentó a su lado observándolo organizar el plan.

Entendía que fuera su guardaespaldas, pero ¿Por qué no podía asistir a la fiesta con ella? Ella quería llevarlo como su invitado, se sentiría incómoda con él esperándola de pie en algún lugar.

Aunque ella tenía claro, que así era como trabajaban los guardaespaldas.

Viserys entró al lugar, y Daemon lo miró con cara de pocos amigos.

- ¿Qué quieres?- preguntó él sin importar si era hostil con el rey.

- Preguntar lo que mi hija quiere preguntarte hace unos 15 minutos, ¿Por qué demonios en ese plan tú te quedas parado como un idiota en una esquina?- preguntó Viserys y Daemon lo fulminó con la mirada cuando tomó el esquema que estaba dibujando.

- Porque es la labor de un guardaespaldas, no estaré allí por nada más que proteger a Rhaenyra- dijo Daemon- ¿Ya confirmaste si Laenor irá?- preguntó él y Viserys le guiñó un ojo a Rhaenyra que lo miró confundida.

- Laenor no irá, tiene asuntos que atender, pero si irás tú- dijo Viserys mirando a su hermano.

- Es obvio que iré, para eso es este esquema- dijo Daemon como si el rey fuera un idiota.

Los secretos de la corona (Daemyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora