La oferta del rey

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Hola a todos! Y como no hay primera sin segunda, como siempre que tiro una historia, acá el segundo capítulo.

Los primeros capis están basados en la familia de Daemon pero el próximo ya aparece Rhaenyra.

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Besos y abrazos.

Daemon vio el auto en que lo llevaban y maldijo.

Lo llevaban al maldito palacio real, a la llamada Fortaleza Roja ubicada en el corazón de Londres. 

No estaba allí desde hace más de 10 años cuando su hermano lo echó de la forma más mediática posible de allí.

- Baje- ordenó Criston Cole y Daemon apretó los puños.

Podría partirle la cara unas cuantas veces a ese engreído, pero sus niñas lo esperaban en casa, y no quería tener que llamar a Laena para decirle que aparte de desempleado, estaba en prisión por golpear a un guardia real.

- ¿A dónde lo llevan? ¿No me escucharon acaso? Unos hombres intentaron asaltarme, él me salvó- dijo Rhaenyra pero la guardia real no la escuchó.

Lo empujaron a él hacia el interior del palacio hacia los salones privados. 

- Iré por mi padre- dijo Rhaenyra y Criston Cole quiso detenerla- Dije que iré por mi padre yo ¿Fui clara o no?- preguntó ella y Criston Cole asintió.

Daemon llegó al salón y maldijo, era el mismo salón al que Viserys lo llevó cuando lo exilió, el mismo salón cuando hace más de 10 años lo apartó para siempre de sus títulos, de sus pertenencias, cuando lo condenó a una vida miserable.

Daemon escuchó una discusión y vio como Rhaenyra bajaba con su padre. 

La guardia intentó explicarle al rey que él había intentado dañar a la princesa, que lo encontraron frente al Támesis intentando hacerle daño porque escucharon sus gritos de ayuda, pero Rhaenyra les dijo la verdad.

- Dime la verdad- dijo Viserys mirando a su hermano a los ojos por primera vez desde que lo exilió- ¿La salvaste como ella dice?- preguntó Viserys y Daemon lo miró a los ojos.

- Jamás le haría daño a mi sangre, no soy como tú- dijo Daemon y Viserys ordenó que sacaran a Rhaenyra de allí.

Ella lo miró enojada y salió de allí, después de todo tampoco quería estar allí, tenía una llamada que hacer que era más importante que ver al hombre que brindó por la muerte de su madre.

Aunque él había cambiado, se veía diferente, luego negó, claro que no se veía diferente, la última vez que lo vio era una niña y él era su persona favorita en el mundo, ahora que lo veía como una adulta, lo veía como la mala persona que era, solo era eso.

- ¿Por qué estoy acá? Tus palabras fueron claras, que no volviera a pisar este palacio, y ahora tus hombres me arrastran acá, solo quería tomar un café frente al río y me encontré a tú adorada hija casi siendo asaltada por dos hombres- dijo Daemon y Viserys lo miró y caminó hacia la vitrina de licores del lugar. 

- Señor, su corazón- dijo Ser Harrold, que aún trabajaba allí aunque ya no era el jefe de seguridad.

- Déjenme solo con mi hermano, largo de acá- dijo el rey y Daemon lo observó servir dos copas de Whisky- ¿Con hielo?- preguntó Viserys y Daemon lo miró como si tuviera tres cabezas- Supongo que si, siempre fuiste más débil que yo para beber- dijo Viserys y le entregó su vaso a Daemon.

- ¿Cuántos vasos de Whisky ya bebiste?- preguntó Daemon mirando lo cambiado que estaba Viserys.

Parecía enfermo, y por la insinuación de Harrold, tenía problemas al corazón.

Los secretos de la corona (Daemyra)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora