Los secretos de la corona (Daemyra)

El comienzo de una nueva vida

¡Hola a todos! Y acá un nuevo capítulo.

Esta vez han pasado unos meses desde los acontecimientos del capítulo pasado y las cosas ya no van avanzando tan lento jeje. 

He visto poquitos comentarios, por eso me he tomado con más calmita tirar capítulos jeje ya que no hay tanta urgencia.

No olviden comentar y votar.

Besos y abrazos. 

El bullicio de la ciudad de Londres resonaba en el aire mientras Rhaenyra, la heredera al trono, y Daemon, su ex príncipe convertido en guardaespaldas, se adentraban en su rutina diaria.

Así era desde que habían decidido comenzar un romance en secreto. A escondidas, que les permitía estar más tranquilos. Sin tener que soportar a la prensa encima de ellos cada vez.

Era temprano por la mañana cuando Rhaenyra salió del palacio real, con una apariencia impecable y la dignidad propia de su posición. Daemon, siempre atento y protector, la esperaba afuera, listo para acompañarla en cada paso que diera.

Juntos, se dirigieron hacia el vehículo oficial que los llevaría a sus respectivas actividades del día. Mientras Rhaenyra se sumergía en su papel como figura pública, Daemon permanecía a su lado, alerta y vigilante, siempre observando cada movimiento a su alrededor.

Durante el trayecto, sus miradas se cruzaban de vez en cuando en el espejo retrovisor, intercambiando sonrisas cómplices que solo ellos entendían. A pesar de la formalidad que requería su posición, no podían evitar sentir la chispa de su relación clandestina, que añadía un toque de emoción a su día a día.

Una vez llegados a su destino, Daemon se mantenía en las sombras, siempre cerca pero nunca intrusivo, mientras Rhaenyra llevaba a cabo sus deberes reales. A pesar de la presión constante y las expectativas sobre sus hombros, encontraban consuelo en la presencia del otro, compartiendo momentos robados entre las obligaciones del día.

Después de las largas jornadas, cuando el sol comenzaba a ponerse en el horizonte, regresaban al palacio real, donde la seguridad y la privacidad de sus aposentos les permitían dejar de lado las formalidades y simplemente ser ellos mismos.

En las noches tranquilas, cuando el mundo exterior quedaba atrás, se permitían mostrar su amor en la intimidad de sus habitaciones, compartiendo risas, confidencias y ternura.

Así, día tras día, Rhaenyra y Daemon continuaban con su rutina, navegando entre las responsabilidades de la realeza y los peligros de su amor prohibido, encontrando fuerza el uno en el otro mientras mantenían viva su relación en secreto.

A pesar de llevar unos meses así, ellos aún no pasaban de una caricia y un beso, ambos estaban mejor así, sentían que dar otro paso, y entregarse a la pasión que sentían, sería apresurar demasiado las cosas.

Daemon por su parte, no quería que ella pensara que eso era solo una aventura para él, quería que ella supiera que a pesar de que llevaban una relación en secreto, él la estimaba, la respetaba y quería protegerla.

Rhaenyra por su parte, quería dar ese paso con él, pero se sentía nerviosa, había tenido sexo en su vida, pero sentía que si se acostara con él, probablemente sería la primera vez que haría el amor y quería que fuera una ocasión especial. 

- ¿Sucede algo?- preguntó Daemon recostado en la cama de Rhaenyra mientras ambos veían una serie de televisión.

- No es nada- dijo ella recostada en su pecho con una sonrisa.

Aún no era el momento, cuando fuera el momento de dar ese paso, sería una ocasión especial, ella añoraba que fuera así.

Al otro día, la luz del sol se filtraba por las cortinas mientras Rhaenyra abría los ojos, sin embargo, la ausencia de Daemon a su lado no pasó desapercibida, y aunque entendía la razón detrás de su partida temprana, un ligero sentimiento de melancolía se apoderó de ella.