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Cuando los pasos del Omega mayor se dirigen hacia la puerta, TaeYang se pone en medio de esta, dando a conocer que no lo dejará irse. Kim Ye-Won se tensa cuando ve un brillo fugaz en la mirada del pelirizo, toma ella la muñeca del pelinegro y lo pone detrás de ella, eso enoja a Lee, quien da un paso al frente.

-Más te vale que te controles, Lee.-

Kim Ye-Won no tiene ningún tipo de sentimiento romántico por el Omega, su destinado. Sin embargo, logra tolerarlo, apreciarlo de cierto modo, es por ello que ha hecho tanto por él. Y es por eso mismo, que, cuando la mirada de Lee TaeYang se vuelve peligrosa, ella no duda en ponerse como escudo para el Omega pelinegro.

-Tus emociones bajo control, Lee.- Gruñe al ver otro paso hacia adelante ser dado por el joven adulto -¡TaeYang!-

Sabe ella que no puedo permitirle al menor hacer lo que quiere, no como lo hizo con Min-Ji. Lee TaeYang avanza hasta quedar cara a cara con Kim Ye-Won, la Alfa termina abrazándolo, inmovilizándole los brazos a la par. Ella deja su olor más libre, siente un fuerte mordisco, pero no es letal, no es algo que solo un mordisco lleno de enojo, de frustración.

-Seok-Kan, largo.- Apunta con la barbilla hacia la puerta -Vete.-

El mencionado no pierde tiempo en hacer lo que la otra con tosquedad le ha dicho. No desea morir en ese momento, mucho menos por una confusión del contrario. Cuando quedan solo ambos, Kim aun así, no suelta al más pequeño, quien tiene sus manos hechas puños y aun con sus dientes en el hombro izquierdo de la mayor.

-Suéltame.- Dice una vez más calmado

Ye-Won lo deja por la paz, ella da unos cuantos pasos hacia atrás, su rostro se gira al folio ser lanzado a ella. Aprieta la mandíbula por aquella osadía contraria, aunque no logra decir algo cuando él ya se le lanza encima de un modo en que la hace trastabillar. TaeYang es pequeño, pero eso es una ventaja para el chico, escurridizo para alguien más alto, como ella.

-Agh, puta madre.- El chico le ha hecho una perfecta zancadilla -Joder.-

Lee se le sienta en el abdomen y lleva ambas de sus manos al cuello de ella para apretarlo con fuerza, tanta que el rostro contrario se vuelve rojo en segundos, pero no hay quejas por parte de la mayor, solo una sonrisa de lado y una mirada intensa, como esas que solía ella darle. Las manos de la mujer se ubican en los tonificados muslos del joven adulto, ambos emprenden a observarse, sintiendo la tensión hacerse paso de un modo distinto.

-No vas a dejarme, Ye-Won.-

-Voy a dejarte cuando se me dé la puta gana, Lee.-

-Deja de decirme así.-

-Ese es tu apellido.- Habla normal por más a estar siendo ahorcada -Suéltame.-

-No.- La cabeza de la mayor rebota en el suelo y ella gruñe

-No te pases, chiquillo.- TaeYang afloja su agarre sin querer por ese apodo

-No vas a dejarme.- Repite, ahorcándola -Estamos hechos el uno para el otro, ¡tú misma lo dijiste!-

-Estaba hablando pura mierda en ese entonces, mala mía.- Se mofa, recibiendo otro golpe en la cabeza -Bájate, te tomas muchas confianzas, maldición.-

♟️ SS&L ♟️EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora