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En las transcurridas semanas que han pasado, Kim TaeYang se ha vuelto un Omega eficiente en algunas cosas.

Desde aquella noche en que fue llevado a aquel burdel, mostrado una ferocidad y posesividad por Ye-Won, drogado por un Beta y luego follado duramente por la Alfa, el joven de 19 años ha comenzado a ser entrenado por la misma Alfa Kim.

Y, durante esas semanas que ha comenzado a ser un Omega un poco más competente, palabras dichas por la propia Kim Ye-Won. TaeYang puede reconocer que se siente más útil y capacitado de lo que en toda su vida se llegó a sentir.

Sudor recorre todo el cuerpo del chico, están en vacaciones de Navidad y él lo único que ha hecho, ha sido entrenar y bailar en un cuarto vacío que le pidió a la mayor. Y aunque esta lo había visto como un bicho raro, a la final terminó cediendo cuando él mismo se encargó de hacerla cambiar de opinión, dejándose dar duro en el buró del despacho de ella.

Para el joven de cabellos achocolatados, ya no es de importancia el cómo se tratan, ni tampoco se pregunta cómo todo se dio de ese modo. Es claro que no olvida nada de todo lo que ella le ha hecho, pero tampoco piensa en ello como un sinónimo de aumentar alguna emoción rencorosa. Cualquiera que estuviese en su lugar, lo llamaría loco por cómo se ha dejado y permitido ser tratado, sin embargo, él, Kim TaeYang, en lo más profundo de su ser, reconoce que, por mucho a no ser lo correcto, no se arrepiente que de alguna que otra cosa que ha pasado entre ella y él.

La música culmina y el cuerpo de TaeYang queda arrodillado y encogido en una postura frágil y delicada. Se tira al piso, cansado por bailar tanto por ese día, ha perdido la cuenta de cuantas horas lleva ahí encerrado. La Alfa, cuando él despertó, no estaba a su lado, por lo cual solo se levantó, tomó una ducha, desayunó y se encerró en su cuarto de baile, como lo ha nombrado él.

Ambos suelen dormir juntos algunas veces, cuando el humor de la mayor está estable. Otras, simplemente cada uno duerme en su cuarto, aunque suelen tener discusiones, más por parte del menor, quien se enoja, producto de su lobo posesivo, con la mayor al sentir olores rodear el cuerpo de ella cuando llega a casa. Uno que ha estado más presente que todos los meses que vive ahí, es uno que le causa repulsión, pensamientos tóxicos y asesinos; Jengibre y Borraja.

—MinJi.— TaeYang susurra, el olor del joven Alfa danzando en su mente —Voy a matarte por tocar lo que no te pertenece.—

Una suave promesa llena de posesión deja salir el Omega pelichocolate. Abre sus ojos cuando la puerta de su lugar seguro, es abierta. Gira apenas su cabeza, viendo a la Alfa vestida de negro, por esa vez no lleva ningún traje serio, sino unos pantalones negros, rotos en las rodillas y una camisa grande que está metida por la cintura y la parte trasera cae libremente. Los brazos de la mayor están al descubierto, dejando ver aquel tatuaje que decora todo el antebrazo de ella, es atrayente, pareciendo un lunar de carne, mientras que el otro está tatuado con un dibujo de púas que rodea todo el brazo.

—Vamos.— Dice ella, haciendo un ademán de cabeza —Saldremos.—

—¿A dónde?— Se levanta con calma —Tendré que darme una ducha, estoy muy sudado.—

—No será necesario.—

Disimuladamente, TaeYang aspira, queriendo capturar el olor de la mayor y saber si está acompañado de alguno otro. Se relaja él al percibir solo el de ella, sus descalzos pies se mueven con rapidez por las zancadas que ejecuta la mayor sin esfuerzo alguno.

—¿Debería de cambiarme de ropa, al menos?—

La ve ponerse unas botas negras militares y él se confunde cuando no la ve ponerse ningún abrigo para ese día, que pese a estar soleado, sabe que hace demasiado frío.

♟️ SS&L ♟️EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora