C-20 NO TE DES...

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TOBIAS

Mi sueño se vio interrumpido cuando sentí que me empezaron a mover con intenciones de despertarme.

— Vámonos — escuché entre sueños —. ¡Ya Tobias levántate! — en cuanto escuché el grito desperté.

— ¿Que... Para que quieres que... Despierte? — pregunté y a kilómetros se podía notar mi voz adormilada por las pastillas.

— Son las nueve , dijiste que iríamos temprano — no entiendo por qué está tan activa a esta hora.

Quizá sean mis pastillas las que me hacen seguir dormido a esta hora.

— Es muy temprano , yo voy como a las doce del medio día — expuse cerrando mis ojos de nuevo esperando conciliar el sueño.

Otra vez.

— Nada de eso , Tobi vamos — pareciera que iría a Disneyland.

— No entiendo su emoción y energía a estas horas del día — me puse de pie y me metí al baño.

Hice mis necesidades y salí otra vez.

— Pues ayer no estabas muy feliz con eso así que algo de energía positiva te vendría bien — sonreí a lo grande cuando escuché eso salir de su boca.

— Gracias , por su apoyo y compañía — agradecí sonriéndole nostálgica mente.

— Me has ayudado mucho en este tiempo — soltó feliz —. Creo que es lo menos que puedo hacer — aseguro metiéndose ahora ella al baño.

Fruncí el ceño , mire hacia la puerta que era nuevamente abierta por la chica castaña.

— Suena como si me estuviera pagando por algo —

Su expresión cambio , pero no sabía por qué.

— No , no , no , Tobias escúchame , nada de eso , no lo hago por eso , lo hago por qué quiero conocerte al cien porciento — agrego tomando mis mejillas entre sus manos.

— ¿Es parte de una relación el conocerse al cien porciento? — pregunté mirando sus hermosos ojos color marrón.

— Claro que si , tal vez no al cien por cien , pero si un noventa y cinco porciento — dijo sonriendo de una manera tan linda que sentí como mi corazón se derretía completamente.

— Supongo que hay un límite al contar unas cosas — marque una línea invisible entre nosotros.

— Claro , si tú no quieres contarme algo muy personal no lo hagas , así justo pasará conmigo — agrego descansando sus brazos en mis hombros.

Más bien hasta donde alcanza de mis hombros.

— ¿Y cada cuando le puedo contar algo para que sepa más de mi? — pregunté esperando que hubiera reglas que seguir.

Cuando llegue a esta mansión me puse a raya con las reglas que me había impuesto en ese entonces "tío Lucius".

— Cuando creas oportuno , eso es lo bueno , cuando me quieras contar algo solo tendrás que decirlo — aseguro feliz.

Sonreí y me acerque para darle un beso.

Solo fue un beso rápido , pero cada vez los sentía mas especial.

Tal vez el echo de que nunca me haya enamorado , no se cómo sentir esto , tal vez esté bien tal vez este mal.

Pero no puedo negar que me encanta esta nueva sensación.

Y mucho.

— Iré a darme un baño, ahora vuelvo — me fui hacia el baño y abrí la regadera.

El agua empezó a caer sobre mi cuerpo y me bañe lo más rápido que pude, también ella se tenía que bañar.

Stockholm Syndrome Donde viven las historias. Descúbrelo ahora