TOBIAS
— Pequeño Black, despierta — escuché la voz de Ronnie moviendo mi cuerpo —. No lo repetiré dos veces Black, tenemos que ir con Granger — su voz se hizo más firme y subió el tono de esta.
— Eres muy mandona — gruñi entre dientes poniéndome de pie y yendo hacia el baño.
— Escuché eso, más vale que te bañes y te arregles en menos de treinta minutos, iré a preparar el desayuno — dijo desde el otro lado de la puerta.
Gire mis ojos y me metí a bañar, terminé y me comencé a vestir, pantalón negro de vestir, camisa blanca, chaleco de vestir, corbata negra y zapatos de vestir color negro.
Al revisar que mi cabello estaba perfectamente peinado solo me coloque perfume y salí de ahi rumbo hacia la cocina.
— Ahí estás pequeño Black — sonreí a todos y saludé con la mano.
— Señores — dije mirando a los hombres de ahí —. Señorita — dije saludando a Ronnie, me acerque y le di un beso en el cachete.
— ¿Entonces son amigos? — cuestiono el azabache comiendo un trozo de melón.
— Solo amigos — dijimos al unísono.
— Bien y ¿Que haremos? — cuestiono el huron.
— Pues Verónica y yo tenemos planes, ellos ya saben que hacer y bueno, ustedes pueden hacer lo que quieran — asegure sonriendo y llevando un trozo de sandía a mi boca.
— ¿Exactamente que harás, cuñado? — pregunto ahora el miope.
— Iremos a planear una boda, luego no se, ¿Que más haremos pequeña Lodge? — cuestione mirándola.
— Cosas de amigos, y por un helado, platicar, ir a beber o algo parecido — soltó Ronnie dejando suaves caricias en mi espalda —. De echo se nos hace tarde, tenemos que irnos — aseguro jalando mi brazo hacia la salida.
— Ni siquiera desayuné — comenté dejando el tenedor en la isla de cocina.
— Te dije que te despertarás temprano, desayunas algo fuera — ya íbamos hacia el elevador y nos metimos en este.
— Yo quiera más fruta — solté con el ceño fruncido.
— Ay pequeño Black, luego comerás más fruta, aún que si tienes hambre, puedes comerme a mi — agrego pegándome a la pared del elevador.
— Creí que solo éramos amigos — mi mirada viajo hasta sus labios.
— Somos buenos amigos — afirmó pegando sus labios a los míos.
Un beso algo salvaje se hizo presente haciendo que ahora yo la acorralara contra la pared.
— Tal vez en otro momento — un suave pitido nos indico que ya estábamos en recepción y ella se separó delicadamente de mi.
Sonreí mordiendo mi labio y siguiéndola, al salir del hotel pude ver cómo el valet parking le daba las llaves a ella y con eso subió a mi camioneta del lado del piloto no me quedo de otra que ser el copiloto.
— Aún tengo hambre — solté arremangando las mangas de mi camisa.
— Ya sabes que puedes comer — su voz y picardía que había en ella me hacían seder un poco, pero de verdad tenía hambre.
— Escucha si me das de comer, yo me encargaré de hacerte todo lo que quieras en la noche — asegure y ella solo río.
— Bien, bien te daré algo de comer, ¿Te gusta la pizza? — pregunto y solo asentí.
ESTÁS LEYENDO
Stockholm Syndrome
Teen FictionEl que tengas billones y billones que gastar no quiere decir que lo tengas todo,a el le falta la experiencia y el significado de la palabra "amor", a ella le sobra un poco de eso. Ratos buenos,ratos malos,pero sobre toda adversidad el sabe que es ca...