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-Sho, encontré unas recetas que... ¿Sho?.
Katsuki entra al departamento, notando el absoluto silencio del lugar.
A esta hora, Shouto tendría la música más ruidosa del mundo puesta en el parlante, porque según el /le ayuda/ a despertar. Aun así, no hay nada de música, no suena la cafetera y mucho menos la regadera.
Para su propia sorpresa, tampoco puede encontrarlo en la habitación principal.
Normalmente, Katsuki encontraría a Shoto acurrucado en su cama, sobre el gran cojín de Totoro que le regaló Izuku cuando se mudó al apartamento.
Pero también podría estar en la habitación que tiene para anidar. Katsuki bufa. Shouto no es muy adepto a eso, el omega ha estado actuando extraño, desde que salió de la universidad y usando constantemente esa habitación.
-Oye, bastardo.
Katsuki golpea la habitación del nido y frunce el ceño abriéndola despacio. Shouto jamás le ha dejado entrar, así que solo abre lo suficiente para notar que no está allí tampoco.
La llave de la puerta suena, entonces él sale confiado por el pasillo, escuchando la puerta abrirse.
-Bastardo, ¿Dónde estabas?-Pregunta cuando lo ve, nota la persona que ingresa no es Shoto. Es un hombre de mediana edad con ojos amarillos.
-Soy un tazador, el apartamento está en venta.
El hombre lo mira seriamente unos minutos.
-¿En venta?.-Katsuki lo mira incrédulo. -¿Dónde está tú?...
El beta le enseña la credencial y Katsuki lo mira estático. También le muestra los papeles firmados por Shouto.
-¿Usted es Bakugo? ¿O no?, el dueño dejó esto para usted.
Katsuki observa la carta en la mano del hombre, totalmente estático.
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