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Shoto mira a las mujeres un poco cansado

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Shoto mira a las mujeres un poco cansado.

—Donaremos la harina, no sé cocinar.—Confiesa, mirando a Irene.

—Shouto-san, su marido lo tiene muy consentido.—Dice Irene con cariño, habían vuelto hace unas horas de la playa y Shoto se había olvidado de esta reunión, pero aquí estaban. 

Harumi estaba con la encargada del área de pelotas jugando con Hanta, Minori y Tsumiki.

—Puedo donar el azúcar también.—Ofrece; realmente no quiere cocinar.—Y la mantequilla.

—No sabe cocinar, pero se sabe los ingredientes.—Dice Meimei.—Solo está muuuy embarazado.

Izuku está haciéndole piojito, para mirar hacia donde está el alfa con el bebé de Momo.—Katsuki es magnífico en la cocina, él cubrirá a Shou.

Shoto se apoya en la mesa mirando al peliverde.

—Va a matarte.

—No si es para suplantarte a ti.—Responde. Shouto suelta una risa aireada.

—Ni teniendo a Tsumiki en brazos vas a salvarte del puñetazo.

—Podría estar embarazado.—Shoto se ríe suavecito otra vez.—El mismo me dijo.

—Ugh no, cuidado con la nariz de Katsuki.

El omega se ríe en respuesta.

—Oye, Tensei-san... ¿Estás seguro de que se fue de Hokkaido?.

—Mmm... no, a veces...—Confiesa, recibiendo el cariño de Izuku.— A veces se va y vuelve el día siguiente; es extraño, no le pregunto mucho al respecto, se me imagina que es una especie de prueba de confianza o algo así.

—¿Cree que lo engañas?.—No, Shoto realmente no sabe por qué hace eso, si tiene un sistema de vigilancia perfecto en la casa. 

Tampoco le importa, Tensei es mucho más útil en la casa que fuera.

—Yo podría.

Bromea. No puede decirle directamente lo que piensa en medio del club de mamas. Shoto inmediatamente se levanta cuando escucha a Haru soltar un llanto de dolor, y es un error, sabe que no puede levantarse así.

—¡Yunami-san!—El resto de mamás pega un grito y él escucha pasos apresurados del otro lado de la sede.

—Te tengo.—Shouto se aferra al brazo que lo sostiene, e Izuku va a buscar a la niña con la encargada del sector de pelotas.—Zuku la va a traer a ti, siéntate.

—A-algo le duele.

—Espera un poco.—Ordena con voz de mando y Shoto le da una patada, porque por su culpa no puede pararse rápido como quiere.

—Aquí.—Harumi sigue llorando con dolor. Shouto rápidamente revisa sus dedos, su espalda, y cuando llega a las piernas encuentra un pinche. Y Shouto ha visto esto antes, en los horribles hijos de Lisa; pero jamás en el juego de pelotas donde Harumi adora estar.

Dueño de todo ;✧ BakuTodoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora