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—Tenía que hacerlo.
—Cállate, cállate.—Shoto se aferra a la barra del auto, tratando de ocultar las lágrimas de sus ojos. —Llévame a casa--
—Dijiste que irías conmigo al doctor.—Dice el albino, tratando de convencerlo.—Necesito mostrarte algo que tengo, por favor.
—Touya, ¿A dónde me vas a llevar ahora con mentiras?.
Su hermano no se rompió con la esposa de su profesor, incluso si tenía los videos de Tensei rondando en el Hospital; para el omega tiene logica, Tensei tiene lazos con el jefe del hospital.
Aún así no está seguro por que Shoto y el nunca fueron muy cercanos, incluso si el iba a verlo mientras estaba achicharrado, Touya no puede leerlo como a Natsuo o Fuyumi.
Se quedó mucho rato en silencio.
Así que va a darle el último Shock emocional y mostrarle a su pollito, no todo puede ser tan malo.
—Por favor, confía en mí.
Solicita, cuando llegan a la residencia Todoroki.
—Touya--
—No está aquí, le pedí que saliera para traerte aquí.—Dice suavemente, tomándole la mano.—Pero créeme que ha cambiado mucho, él decidió traer a Kei, y ha sido un soporte desde lo que ocurrió con Fuyumi. Te busco hasta encontrarte cuando desapareciste, y no quiso intervenir por qué te veías bien en Hokkaido... de hecho el bloqueo todos los intentos de Katsuki por encontrarte. Fue Keigo el que decidió mandar a Katsuki a Hokkaido para que te viera y dejase de arruinarse la vida acá.
Confiesa, caminando con el omega de la mano al interior de la casa, Shoto solo mira el lugar hasta que llegan a la habitación donde está Keigo, pacíficamente descansando.
El muy desgraciado descansa mientras Touya lleva todo el día aguantando las náuseas.
Inmediatamente se sube a la camilla para dibujarle algo no muy agraciado con un plumón rojo en la cara como venganza. Lo ha hecho cada vez que llega a la habitación y el alfa aún duerme.
—No deberías hacer eso.
—Nosotros hacemos lo que queremos con nuestro pajarraco.
Dice, para bajarse y agarrar el Eco que compraron con Hawks, que trajo con la esperanza de que nadie lo viera.
Porqué si Enji se entera seguro que le pone 3 doctores personales, y no lo deja salir hasta terminar el embarazo sano.
—Dijiste que iríamos al doctor.
—Tú eres el doctor.—Dice entre diversion y sarcasmo.—Vente.
—Touya...—Murmura cuando lo ve. El bicolor se acerca y saca el gel.—¿Donde?.
—Aquí.—Dice divertido recostandose en la cama y mostrándole su vientre.
El omega lo mira contrariado entre creerle o no, pero lo hace de todos modos, soltando el monitor cuando encuentra los latidos de pollito.
