⋟ 4.

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El sol se filtraba a través de los vitrales de la iglesia, pintando con colores vivaces el espacio sagrado donde Minseok y su madre se arrodillaban en oración. La serenidad del lugar contrastaba con la agitación interna del joven creyente, quien se esforzaba por mantener la compostura frente a los demás fieles.

Minseok, con la cabeza inclinada y las manos entrelazadas, intentaba concentrarse en sus oraciones, pero su mente se desviaba hacia el recuerdo de aquella primera sesión espiritual en la capilla lateral. Aunque Minhyung le había advertido de que no compartiera los detalles con nadie, la imagen de la figura mística del líder espiritual se mezclaba en su mente con el roce de las caricias y las palabras sugerentes que le habían susurrado al oído. Su madre, ajena a los acontecimientos oscuros que se desplegaban tras bastidores, observaba con alegría cómo su hijo se involucraba cada vez más en las actividades de la iglesia. Para ella, era un signo positivo de que Minseok estaba encontrando consuelo en la fe.

Sus pensamientos, antes plagados por el recuerdo de un viejo amor "prohibido", ahora se dirigían hacia Minhyung en busca de orientación espiritual. En su mente, la primera sesión había logrado lo que se proponía: desplazar en parte los pensamientos mundanos para dar paso a la figura del líder espiritual. Cada vez que Minhyung ascendía al púlpito para pronunciar sus discursos, los ojos del menor se llenaban de admiración. La forma en que el líder espiritual hablaba de la redención y la conexión con lo trascendental le parecía casi hipnótica. La fachada del mayor como hombre piadoso y dedicado a la salvación de almas se mantenía intacta frente a los ojos de los fieles, y Minseok caía cada vez más bajo su hechizo.

En su cabeza, el joven creyente relacionaba la presencia de Minhyung con algo celestial, un lazo espiritual que iba más allá de lo terrenal. La venda que había cubierto sus ojos en aquella primera sesión se transformó en una metáfora de la ceguera ante las distracciones mundanas, permitiéndole enfocarse en lo que consideraba su viaje espiritual hacia la redención.

Aún así, mientras la congregación entonaba himnos y oraba, Minseok, en su devoción, se preguntaba si otros miembros de la iglesia también habían experimentado esa conexión especial con Minhyung. La idea de que la redención pudiera tomar formas tan íntimas y personales llenaba su mente de más preguntas sin respuesta.

Mientras el menor reflexionaba sobre sus inquietudes y preguntas, Minhyung continuaba su juego sutil de manipulación desde las sombras. Observaba al joven creyente desde la distancia, deduciendo con astucia los efectos de la primera sesión en su mente inocente. Días pasaron sin que el mayor le dirigiera la más mínima palabra a Minseok. El líder espiritual se sumía en sus deberes eclesiásticos, dando discursos apasionados y compartiendo su supuesto vínculo divino con la congregación. Su presencia se volvía casi magnética para aquellos que buscaban redención, y Minseok no era la excepción.

Minseok, en su búsqueda de respuestas y guía espiritual, comenzó a llegar a la iglesia más temprano y a quedarse después de las reuniones, esperando un gesto, una mirada o cualquier señal del líder espiritual. Sin embargo, Minhyung mantenía la distancia, calculando cuánto podría resistir el joven creyente antes de rendirse completamente.

En su desesperación silenciosa, comenzó a confundir la negación de atención como una prueba de su fe. Cada mirada que no recibía, cada palabra que no se dirigía a él, lo sumía más en la creencia de que debía esforzarse aún más para merecer la atención divina de Minhyung. Las noches eran particularmente difíciles para el joven creyente. Después de los discursos, se quedaba en la iglesia, a veces solo, en medio de la penumbra que invadía el lugar. Aun así, Minhyung se mantenía lejos, mirando desde las sombras. La estrategia del líder espiritual estaba surtiendo efecto; Minseok, movido por la confusión y la búsqueda de respuestas, anhelaba desesperadamente la "guía" que solo el mayor parecía poder proporcionarle.

Asmodeus ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora