⋟ 5.

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Los ojos de Minseok se encontraron con los de Minhyung, y una oleada de emociones recorrió su cuerpo. La mirada intensa del líder espiritual parecía desnudar su alma, explorando los rincones más profundos de su ser. El menor, sin comprender del todo el cambio en la atmósfera, sintió un estremecimiento, una mezcla de anticipación y nerviosismo. La penumbra de la capilla lateral se tornaba más intensa mientras el mayor cerraba la puerta con llave, sumiendo el lugar en un silencio profundo. La luz tenue de las velas parpadeaba, proyectando sombras danzantes en las paredes que parecían vibrar al ritmo del pulso acelerado de Minseok.

A diferencia de la vez anterior, Minhyung no se tomaría la molestia de vendar los ojos del joven creyente. Quería que Minseok viera y sintiera cada detalle de la experiencia que estaba a punto de comenzar.

El líder espiritual, con una mirada intensa y un gesto lento, indicó a Minseok que se arrodillara en el centro de la capilla. La atmósfera estaba cargada de anticipación mientras el mayor, con un movimiento ágil, tomó una cuerda de seda que había dejado estratégicamente dispuesta en el altar.

—Minseok, hoy exploraremos las profundidades de tu alma de una manera diferente. ¿Estás listo para entregarte completamente al proceso? —preguntó en un tono suave, pero con un matiz de autoridad que hizo que el joven creyente asintiera nerviosamente sin pensárselo.

Minhyung avanzó con gracia, sus movimientos eran como una danza cautivadora mientras se acercaba a Minseok. Con destreza, comenzó a atar las muñecas del joven creyente con la cuerda de seda, creando un gesto de sumisión que dejaba al menor sintiéndose vulnerable pero, paradójicamente, emocionado.

La seda acariciaba la piel del menor con una suavidad inesperada, dejando en su estela una sensación de cosquilleo que hacía que el más joven contuviera la respiración. Minhyung, con sus ojos oscuros fijos en Minseok, continuaba su tarea con una maestría que denotaba una experiencia que iba más allá de la espiritualidad aparente.

—La sumisión es esencial para el proceso de redención, Minseok. Debes entregarte completamente al Todopoderoso y a mí, como su instrumento aquí en la Tierra.

Minseok, con las muñecas atadas, se sentía atrapado en una telaraña de emociones confusas. Su corazón palpitaba con fuerza, mientras sus ojos seguían cada movimiento de Minhyung. El líder espiritual, con una sonrisa sutil que reflejaba su satisfacción por su creación de vulnerabilidad, se alejó ligeramente para admirar su obra. El cuerpo de Minseok, arrodillado y atado, se convertía en una manifestación de la devoción llevada al extremo.

La mirada de Minhyung se deslizó lentamente por el cuerpo del otro, como si estuviera saboreando cada centímetro de su piel con la intensidad de un depredador que ha acorralado a su presa. El juego de luces y sombras realzaba la figura delicada y frágil del joven creyente, dándole una apariencia más indefensa y tentadora. Con pasos lentos y deliberados, se movió detrás del joven creyente, dejando que su aliento cálido acariciara la nuca de Minseok. 

El menor, sintiendo la presencia cercana del otro, cerró los ojos mientras la respiración del líder espiritual le enviaba escalofríos por la espalda. Minhyung, decidido a llevar la experiencia a nuevos límites, comenzó a explorar el cuerpo de Minseok de una manera más atrevida que la sesión anterior. Sus manos, ahora libres de las restricciones del pudor, empezaron a trazar caminos prohibidos por la moralidad convencional. Sus dedos, como plumas, dibujaban líneas en la espalda del menor bajo su ropa, dejando vestigios de sensaciones electrizantes.

Minseok, aunque aún preso de la confusión y la ansiedad, se veía incapaz de resistirse. La sensación de las caricias del otro, si bien desconcertantes, despertaba en él una mezcla de curiosidad y excitación. Cada toque, cada roce, parecía desencadenar una respuesta visceral en su cuerpo, y eso solo aumentaba su desconcierto. Sus labios temblaban mientras contenía sus suspiros, temeroso de la naturaleza prohibida de las sensaciones que le estaban siendo impuestas. La dualidad entre su curiosidad inocente y la represión de la educación religiosa creaba un vórtice de emociones dentro de él.

Asmodeus ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora