⋟ 29.

83 10 2
                                    

La luna llena bañaba las calles de Seúl con una luz fría y desolada mientras Minseok caminaba sin rumbo, arrastrando los pies en la oscuridad. Sentía un nudo en el estómago, una mezcla de rabia, frustración y tristeza que no lo dejaba respirar en paz. Aún podía escuchar las mentiras venenosas de Donghyun resonando en su mente, cada palabra de odio y falsedad dirigida a Minhyung como un puñal. Pero más que la furia por las calumnias, lo que más le dolía era la verdad: nunca había dejado de pensar en Minhyung. Y ahora, con la certeza de que Donghyun no era más que una sombra de lo que alguna vez pensó, sus sentimientos por Minhyung surgían aún más intensos.

Sabía que lo que sentía por Minhyung era tóxico, que lo consumía como una llama voraz, pero ¿qué más podía hacer? Jamás había experimentado algo tan real, tan desgarradoramente vivo como cuando estaba con Minhyung. Cada toque, cada mirada, cada palabra que salía de los labios de Minhyung lo mantenía atado, como si el aire que respiraba solo tuviera sentido si provenía de él.

Minhyung... susurró su nombre al viento mientras sus pasos lo llevaban de vuelta a su apartamento. Cada rincón de la ciudad parecía recordarle a él. Se preguntaba dónde estaría Minhyung, si estaba bien, si acaso estaba con otro hombre, si se habría olvidado de él. Solo la idea de que Minhyung pudiera estar compartiendo su cuerpo y su atención con alguien más lo hacía hervir por dentro. No podía soportarlo. Nunca lo había soportado. Minseok no soportaba ni siquiera la idea de que el mayor pudiera mirar a otro hombre de la misma manera. No, él tenía que ser el único. Era una obsesión que lo quemaba por dentro, pero también una que abrazaba con fervor.

Al llegar a su puerta, encontró algo que no esperaba. Un pequeño sobre, de aspecto extraño, estaba tirado justo en la entrada. No tenía remitente, solo su nombre escrito con caligrafía que le resultaba inquietantemente familiar. Fue corriendo a su habitación y, con manos ansiosas, rompió el sobre. Dentro, una memoria USB cayó sobre su cama. Estaba deteriorada, como si hubiera pasado por mucho antes de llegar a él. Minseok conectó la memoria a su computador, su corazón latiendo aceleradamente, una mezcla de curiosidad y temor instalándose en su pecho. Había solo un archivo de video.

El rostro de Minhyung apareció en la pantalla, pero no era el Minhyung que Minseok recordaba. Este Minhyung estaba roto, con el rostro pálido, sucio, lleno de moretones y cortes. La imagen era oscura, la calidad del video apenas dejaba ver bien su entorno, pero el sufrimiento en los ojos de Minhyung era innegable. Minhyung, el hombre siempre fuerte, siempre en control, ahora parecía débil, vencido.

—Minseok... —empezó el mayor, su voz débil, casi un susurro. La pantalla titilaba, y Minseok se acercó más, atento a cada palabra—. No sé si verás esto, pero si lo haces, necesito que escuches. Hay tantas cosas que nunca te dije.

Minhyung comenzó a hablar de su infancia. Describió una vida de sufrimiento, una madre frágil, quebrada por la desesperación, y un padre poderoso, cruel, que destruía todo a su paso. Minhyung había aprendido desde pequeño que la única forma de sobrevivir era volverse como su padre: fuerte, manipulador, cruel si era necesario. Había enterrado sus propios deseos, su sexualidad, reprimiendo todo lo que lo hacía humano.

Minseok sintió cómo su corazón se quebraba con cada palabra. Había visto a Minhyung como una figura casi intocable, alguien fuerte, indomable. Nunca imaginó que detrás de esa fachada había un niño roto, luchando por sobrevivir en un mundo despiadado. Y ahora, viendo a Minhyung así, tan vulnerable, algo dentro de Minseok se rompió también. Comprendía, de alguna manera, por qué Minhyung era como era. Pero a la vez, sabía que este sufrimiento no justificaba todo lo que le había hecho a él. Y, sin embargo, algo en su interior le hacía sentir empatía. Quería protegerlo, abrazarlo, ser la persona que lo salvara de ese pasado oscuro. Pero ¿era este realmente el Minhyung sincero que siempre había querido conocer?

Asmodeus ;; Keria x GumayusiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora