Matt Khandhilac.
Me sentía perdido en mi mismo, recordaba haberme sentido así, hace muchos años, cuando mi padre me llevó a la manada y me mostró la primera transformación de un niño que tenía medianamente mi edad. Tenía cuatro años, el niño tenía cinco, fue su primera transformación, su lobo era marrón, y seguramente hoy en día sea un gran lobo.
Mi padre me esperó horas, esperando lo que sea, orejas peludas, garras, colmillos, pelaje por todos lados. Pero solo había un niño asustado abrazado a su lobo de peluche.
No era el temerario Khandhilac que debía ser, desde ese día él supo que estaría en peligro, cuando me vió abrazarme a ese peluche mientras le decía "perro malo" repetidas veces con un irritante tono agudo.
Desde aquel día. Fue distinto conmigo, no me presionaba a convertirme, si, entrenábamos, aún así me enseñó a defenderme. Pero nunca me empujó a ser una bestia, no como él lo fue. Le agradecía eso cada día, pero en parte lo culpaba, no podía evitarlo, amaba a mi padre, pero si me hubiese empujado más a ser menos..¿yo?..
Quizás no estaría otra vez siendo torturado por un grupo de cazadores.
Había sido torturado y amarrado cientos de veces. Muchas más de las que recuerdo, pero esta vez se sentía distinto, ¿familiar?, la manera en la que estaba atado, como susurraban para que no los escuchara, mis sentidos completamente bloqueados. Era como si alguien que me conociera estuviera aquí diciéndoles cómo volverme inútil ante ellos.
Algo de todo esto me hacía recordarlo a mi padre, no había logrado pensar en él en este tiempo, con todo lo de Alfa y Beta, no tuve mucho tiempo para hacer el duelo de la vida que antes me pertenecía. Lo extrañaba mucho, cada día, a veces era rudo, pero tenía un corazón que jamás lograré comprender, ¿cómo podría?, era el gran Thomas Khandhilac, su apellido es una maldita leyenda gracias a él, solo por mi está muerto. Por mi maldita culpa.
Debía haber sido yo.
Quería moverme, quería gritar, quería rugir, quería hacerlo todo. Pero no podía, estaba atado a una silla metálica, mis muñecas ardían, había cadenas en ellas. Mi cuello también dolía, había algo que lo sostenía impidiéndome respirar correctamente.
No reconocía muy bien el agarre, era extraño que no fuera metálico, en general a los lobos nos encadenan con cadenas de plata, y eso es todo, somos inútiles. Pero había algo que me volvía ligeramente inmune a la plata, mi padre creía que quizás era algo de nuestro linaje, no estaba seguro de que fuera así, aunque bueno, ya no puedo confirmarlo.
Pero esto se sentía como una cuerda rígida, de cuero, estaba enroscada alrededor de mi cuello, si me movía se enroscaba aún más. Posiblemente funcionaba contra la presión, si me movía demasiado, moriría asfixiado.
No lo niego, estaba tentado.
La marca estaba débil, no la sentía como antes, podía sentir a Luke rugiendo contra las guardas pero su voz se perdía en algo más. En cambio Dylan, él no estaba allí.
Siempre era Luke, quien nos traía de vuelta, excepto por esa noche en la que fuimos nosotros quienes lo rescatamos. Pero siempre era él, no sabía si era por ser un híbrido, o tan solo era por ser Luke, pero poseía una nobleza que era increíble.
A veces me recordaba a Zack, su sarcasmo, la mirada de inocencia luego de una broma de mal gusto, el semblante serio con la voz ronca, los abrazos confundidos, ponían esa cara de pocos amigos pero daban ese abrazo capaz de tocar tu alma, la manera de protegerte poniendo su jodida vida en riesgo.
Eran tan similares, juraría que están enlazados de alguna manera, aunque no tendría mucho sentido, Luke es rubio y Zack parece vivir dentro de una película antigua de toda la oscuridad que emana esa cabellera. Pero aún así, sus ojos eran casi idénticos, si bien no compartían el color, ambos tenían esa mirada que podía derretir tu corazón sin tan siquiera intentarlo.

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Alfa.
FantasyDeslicé mi mano por el largo de su cuello, su respiración se aceleró y su pecho comenzó a subir y a bajar con desenfreno. Lo miré fijamente perdiéndose más a cada segundo, quería morderlo, quería hacer tantas jodidas cosas. - Mío. - gruñí entre di...