Dylan Lumbard.
Día diez desde la desaparición de Matt Khandhilac.
Se sentía como una maldita tortura. Cada búsqueda, cada anochecer, cada rugido, cada aullido, cada pelea con Luke. Todo se sentía una tortura.
No tenía a mi Beta, no tenía a mi Mate, era como si no tuviera nada en lo absoluto.Luke seguía siendo el encargado de las expediciones, él decidió continuarlas, incluso con la muerte de Lisa. Aún así no quiso renunciar a ser parte del equipo de ataque.
No tenía mucho sentido, era violento y errático, incluso cuando se convertía en lobo. En estos días, era más bestia que humano, más bestia que hermano, tan solo..ya no estaba aquí..
Una noche se molestó porque Nayla no iba lo suficientemente rápido como él quería y comenzó a gritarle completamente fuera de sí, me interpuse. Todo se fue al diablo y terminó con él convertido en lobo sobre mi, a centímetros de mi puto rostro.
Lo extrañaba, a ambos, ¿era egoísta si quería que todo fuera como antes?, éramos un desastre y jamás funcionaríamos, lo sabía, pero nunca pensé que existía la posibilidad de que no fuéramos nada en lo absoluto.— Luke, debes ser más delicado cuando atacas, no estamos luchando en serio, tan solo estamos entrenando. — me encontraba cruzado de brazos en una esquina del campo de entrenamiento, él estaba en el centro junto con Lucas, quien tenía prohibido usar su telequinesis.
Lo había golpeado, nuevamente, el pobre lucía demacrado. Luke quizás le sacaba unos cinco centímetros, su cabello era azabache y sus ojos eran verdes, tenía algunas pecas debajo de sus ojos, hombros pequeños y porte delgado. No solía ser parte de los entrenamientos. Pero fue mi orden que todos entrenaran esta vez.
— Estoy siendo delicado. — se quejó revoleando los ojos.
— Luke. — lo llamé en un sutil gruñido, asintió volviendo a ponerse en posición.
— Niño, fuera de mi cabeza, ahora. — el rubio le rugió con su mirada siendo dominada por el animal, sus puños estaban alzados frente a su cuerpo, a la altura de su rostro, estaba levemente inclinado hacia delante con una de sus piernas como soporte.
— Lo siento, tu magia se siente mucho más de lo que recordaba y...pierdo el control.. — Lucas sonó avergonzado, alzó sus manos al igual que Luke y se puso en posición.
Suspiré, esto estaba siendo difícil. No estaban preparados para luchar, por eso teníamos equipos, uno de ataque, uno de defensa, eso era todo, simple y conciso. Pero ya habían pasado diez días, no planeaban liberarlo, lo mantendrían con vida hasta que logremos llegar a él, era una trampa, lo estaban usando como su jodido señuelo.
Lucas terminó en el suelo en segundos, Luke tan solo lo empujó, no hizo falta más que eso para que el contrario terminara en el suelo. Lo ví reír, él no solía ser así, violento, errático, menos burlarse de sus soldados, o bueno, futuros soldados.
— Chicos, basta por hoy, vayan a comer algo. — pedí con calma señalando el patio de comidas, le decíamos así ya que una vez mi hermano había visto esa palabra en un supermercado latino y decidió ponerle ese nombre. — Sammie trajo hamburguesas.
Algunos festejaron, otros tan solo asintieron, estaban cansados. Sammie sonrió alzando sus manos desde el patio, tenía hamburguesas en una de ellas. Lucas corrió hacia ella robándole una hamburguesa de su mano, el resto tan solo la abrazó.
Cuando Luke estaba por irse con ellos, lo detuve con mi mano en su hombro, me miró confundido, se zafó de mi agarre con brusquedad dándome un ligero empujón.

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Alfa.
FantasiaDeslicé mi mano por el largo de su cuello, su respiración se aceleró y su pecho comenzó a subir y a bajar con desenfreno. Lo miré fijamente perdiéndose más a cada segundo, quería morderlo, quería hacer tantas jodidas cosas. - Mío. - gruñí entre di...