24. Perra

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Corría por el recinto donde iban a actuar, viendo que una pantalla del escenario no funcionaba correctamente. ¿Cómo había acabado encargándome de tareas que no eran de mi competencia?

Maldije en silencio el nombre de Taylor; aunque era competente en su trabajo, a veces se despistaba. Como Manager de Gira, esta situación debería haber sido su responsabilidad. Sin duda, hablaría con Jamie más tarde sobre este asunto.

La multitud estaba a punto de entrar al estadio, y esto era lo último que necesitaba en un día ya bastante difícil.

- ¿Ya está? - preguntó el encargado de las luces y pantallas.

- Todo en orden, gracias - respondí con una sonrisa forzada.

Podía sentir las miradas de reproche por interrumpir su hora de comida, pero, honestamente, yo también debería estar comiendo, y nadie parecía muy interesado en mi bienestar.

Al llegar al backstage, el alboroto de risas solo aumentó mi mal humor.

Abrí el frigorífico, cogí una botella de agua y saqué un cigarrillo de mi paquete.

Pronto, escuché pasos acercándose hacia mí.

- ¿Estás bien? - preguntó mi novio, acariciando mi rostro.

- No en este momento, Matt - respondí, dejando escapar el humo de mi boca.

- Está bien, te quiero - me besó en la cabeza y se fue de vuelta a la pequeña sala donde todos estaban reunidos.

Desde el principio, aprendimos a darnos espacio cuando alguno de nosotros estaba desanimado, especialmente porque trabajábamos juntos y no queríamos que los problemas laborales afectaran nuestra relación.

Decidí tomarme un respiro en la zona más tranquila del backstage para calmar mis nervios. Sujeté el cigarro entre mis dedos, dejando que el humo se desvaneciera en el aire. Necesitaba alejarme del caos momentáneo y reunir mis pensamientos antes del espectáculo.

Matty, comprendiendo mi necesidad de espacio, respetó mi silencio y se quedó en la sala con los demás. Aunque participaba activamente en la charla, sus ojos se encontraban con los míos de vez en cuando, expresando un apoyo silencioso que me reconfortaba.

Después de unos minutos, decidí volver. Entré en la pequeña sala, donde todos estaban concentrados en sus tareas pre-concierto.

- Caroline, te estaba buscando - exclamó mi momentánea enemiga, Taylor.

La miré con seriedad, preparada para abordar cualquier problema que surgiera.

- Tay, había un problema con una pantalla que no se encendía bien. Estuve buscando al técnico por todo el lugar; el pobre hombre estaba comiendo - expliqué con calma.

Ella me miró con comprensión; sabía que estas situaciones debían evitarse.

- Lo siento, hubo un problema con... - empezó a decir.

- No te preocupes, ya lo arreglamos. Somos un equipo, ¿no? - le interrumpí, tratando de suavizar las cosas y restaurar la armonía en el equipo.

- Tienes razón, no deberían pasar estas cosas justo antes del espectáculo - dijo bajando la cabeza.

- Está bien, Tay. ¿Por qué me buscabas? - pregunté, dispuesta a abordar cualquier otro asunto que surgiera.

- Oh, cierto, Jamie está vomitando - mencionó como si fuera una tontería.

Mis ojos se abrieron sorprendidos y corrí hacia el baño, donde suponía que estaría.

Toqué la puerta.

Oh Caroline!  (Matty Healy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora