15. Contrato

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Matty lucía un matiz apagado de verde en su cabello rebelde, como si el tinte se estuviera desvaneciendo. Con unos días libres antes del lanzamiento del álbum, aprovechaba ese tiempo para compartir momentos a mi lado, ya fuera esperándome en mi apartamento o en su casa, dependiendo de nuestros planes.

El tiempo parecía escurrirse entre mis dedos, con la decisión sobre mi nuevo puesto pendiente para el próximo lunes. Aunque intentaba no preocuparme, la incertidumbre rondaba mi mente. Jamie ya estaba al tanto de nuestra relación, aunque parecía un poco contento, seguía molesto.

A pesar de ello, comencé a explorar otras opciones laborales por si acaso las cosas no salían como esperaba, sin decírselo a Matty consciente de que se molestaría al enterarse.

La relación con Matty era increíble, me sentía plena a su lado. Matty se paseaba por mi apartamento con un porro en la boca, y arrugué una hoja de papel y se la lancé a la cabeza, haciéndolo soltar una exclamación.

- ¡Ey! ¿Qué te pasa? - protestó, frotándose el lugar donde le había dado.

Señale el porro.

- Es recreativo, amor. Estoy en medio de un bloqueo - comentó, encogiéndose de hombros y sonriendo con picardía.

- ¿Estás escribiendo? - pregunté, sorprendida.

- Para el próximo álbum- respondió, manteniendo el cigarro en la boca.

- Matthew Healy, este álbum ni siquiera ha salido y ya estás escribiendo otro. ¿Quieres acabar conmigo? - dije mientras me dejaba caer en el respaldo de la silla.

- Prometo subirte el sueldo, cariño- bromeó Matty, extendiendo su brazo para ofrecerme el porro.

En otras circunstancias no lo habría aceptado, ya que tenía tareas pendientes en mi posgrado de music business, pero decidí aceptar en ese momento.

- No digas nada - amenacé a mi novio, quien estaba a punto de hacer un comentario al respecto. - Te culpo a ti por explotarme laboralmente-

- Pero si ni siquiera estás trabajando- se rió.

- Siempre que pueda, te culparé por explotación laboral -le contesté en tono de broma.

Los días se deslizaron como arena entre mis dedos, y la incertidumbre sobre mi puesto en Dirty Hit se volvía más palpable. Mientras tanto, disfrutaba de los momentos con Matty, tratando de no dejar que las preocupaciones laborales afectaran nuestra relación.

El humo del porro llenaba la habitación, creando una atmósfera de ensueño y distorsión. Aunque mi mente estaba dividida entre la relajación y la preocupación, decidí sumergirme en ese momento. Charlábamos sobre trivialidades y risas, olvidándonos del mundo exterior.

Matty, con su característica sonrisa traviesa, me ofreció nuevamente el porro. Esta vez, acepté sin titubear. Riendo, compartimos la tarde, dejando a un lado las responsabilidades.

La noche cayó sobre nosotros, y mientras la música resonaba en el fondo, Matty y yo nos sumergimos en una conversación más profunda. Hablamos de sueños, miedos y, por primera vez desde que empezó esta incertidumbre laboral, abordamos la posibilidad de un futuro juntos.

Entre risas y confesiones, Matty se volvió más serio y, con una mirada llena de sinceridad, expresó sus sentimientos hacia mí. Me hizo sentir valorada y amada, una sensación que nunca había experimentado de esa manera.

Matty, con gentileza, abrió la puerta de su auto mientras nos dirigíamos a Polydor para conocer la decisión sobre mi ascenso y abordar nuestra relación con Jamie y Tom. De repente, "Sincerity Is Scary" empezó a sonar en la radio. Emocionada, subí el volumen y comencé a cantar, disipando la tensión y nervios en nuestro pequeño viaje.

Oh Caroline!  (Matty Healy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora