31. Harry

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La madrugada se cernía sobre la ciudad como un manto de posibilidades, y la anticipación de mi encuentro con Leah, la novia de Harry, tejía una red de nerviosismo que me mantenía en vilo. A pesar de la oscuridad que envolvía mi habitación, la conciencia de no haber revelado aún mi decisión a Jamie me impulsó a levantarme, enfrentando la larga lista de compromisos con la banda. El eco del último sencillo "The Birthday Party" resonaba en una serie de entrevistas programadas, y el concierto de esa noche en el O2 Arena se perfilaba en mi mente como una promesa de caos y euforia.

Con la eficiencia de quien ha manejado crisis antes, confirmé la asistencia de los chicos a la entrevista en BBC Radio y me sumergí en la ducha. El agua caliente era un intento vano de calmar la tormenta interna que se agitaba en mi pecho, sabiendo que solo disponía de 30 minutos para prepararme. Sentía cada gota como un recordatorio de la tensión que corría por mis venas, una mezcla de emoción y miedo que se entrelazaban en una danza incierta.

Al salir, la imagen de Matty ajustándose la camisa me ofreció un breve respiro. Su sonrisa, un gesto de ternura en medio del tumulto, llevaba implícita la comprensión de los desafíos que nos esperaban. Era un faro de serenidad en la tempestad de mi existencia.

- Hoy es un día significativo para ambos - comentó, señalando los Adidas que le había obsequiado en aquel primer concierto en el O2. - Y aquí estamos, enfrentando juntos otro momento decisivo.

Sus palabras resonaron en mí, mientras sus brazos me envolvían por la cintura, buscando consolarme en medio de la tormenta emocional que me azotaba. Su beso fue un ancla, un recordatorio silencioso de la constancia en nuestro mundo en constante cambio, un susurro de amor que trascendía las palabras.

Se alejó solo lo suficiente para alcanzar una pequeña caja verde jade de su mesita de noche, las letras doradas de Richard Ogden brillaban con una promesa no dicha. La sorpresa me invadió; los regalos ostentosos no eran comunes entre nosotros, y menos aún para Matty, pero la intensidad de su mirada me hizo reconsiderar el significado de este gesto.

- Puedo leer tus pensamientos - dijo con una sonrisa cómplice, sosteniendo la caja entre sus dedos. - Pero hay momentos que merecen ser marcados con algo más que recuerdos. Mi madre siempre ha creído que una nueva joya puede ser un talismán de buena suerte para los comienzos.

La caja se abrió para revelar una pulsera de oro blanco, sus diamantes incrustados capturaban la esencia de la luz matutina que se filtraba a través de las cortinas. La belleza del objeto me dejó sin aliento, y mientras Matty deslizaba la pulsera en mi muñeca, una oleada de emociones me inundó, un torrente de sentimientos que amenazaba con desbordarse.

- ¿Te gusta? - preguntó, su voz era un refugio de calidez en la incertidumbre de mi corazón, un bálsamo para las dudas que me asediaban.

Asentí, incapaz de encontrar palabras para expresar la mezcla de gratitud y amor que llenaba mi pecho en ese momento. En su abrazo, encontré la fortaleza para enfrentar los desafíos que se avecinaban, sabiendo que no estaba sola en este viaje hacia lo desconocido, que cada paso que daba era un paso hacia nuestro futuro compartido.

La anticipación era una chispa viva en mi pecho mientras cruzaba el umbral del KIN café, un santuario de serenidad en medio del caos londinense. El reloj marcaba diez minutos antes de la hora pactada, y el silencio del lugar, con sus mesas aún desocupadas, era un contraste bienvenido al bullicio exterior. Elegí un rincón junto a la ventana, donde los primeros rayos del amanecer se colaban, bañando el espacio en una luz dorada que prometía un nuevo comienzo. Pedí un Chai Latte, y el aroma especiado me rodeó, un preludio cálido a la conversación que estaba por venir.

Mientras el vapor del té danzaba ante mis ojos, repasé mentalmente los temas a tratar con Leah, recordando el consejo de Jamie de mantener la mente abierta. Reflexioné sobre cómo nuestras perspectivas podrían entrelazarse y formar una visión compartida.

Oh Caroline!  (Matty Healy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora