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MARATÓN 2/3

Hola. Por favor, si están disfrutando de la historia, no olviden dejar una estrellita y un comentario, por más cortito que sea. Me gustaría que esta historia siga creciendo en la plataforma, pero necesito de la colaboración de ustedes para que suceda. Se los pido de corazón. ¡Muchas gracias! ♥


—Es mi hermano —apartó el celular que había vibrado de manera constante las últimas dos horas—. Quiere que regrese a casa. Ya usó todas las cartas. Incluso la de la enfermedad de mi padre —comentó agobiada.

Llevaba dos noches sin ir a casa, refugiada en la de Luca.

—¿Has pensado en lo que harás?

—Sí —admitió. Usualmente se guardaría el veredicto para sí misma, sin embargo, esta vez había alguien dispuesto a escucharla. Por lo tanto, siguió—. Tomé dos decisiones. En principio, hablaré con mis padres. Les contaré lo que pasó. Le diré que estamos juntos, si te parece bien y estás de acuerdo.

Él estudió su expresión. Cada línea estaba repleta de convencimiento y firmeza.

—Por supuesto que me parece bien. No tenemos que escondernos.

—Entonces... ¿Puedo decirles que eres oficialmente mi novio? —sus mejillas se enrojecieron cuando preguntó nuevamente solo para asegurarse que se hallaban en la misma sintonía.

—Nada me gustaría más —afirmó—. Sabes que puedo ir contigo, si quieres. ¿De acuerdo?

—Sí, por favor. Creo que será más fácil si estás ahí —nada como sujetar su mano cuando los nervios la invadieran—. Tienen que conocerte.

—¿Y la segunda decisión?

—Irme de casa —largó sin rodeos—. Siempre soñé con vivir sola y creo que ya es el momento de hacerlo. Será complicado, pero quiero intentarlo.

—Todo saldrá bien —prometió—. Te ayudaré en todo lo que haga falta.

—Lo sé. ¿Sabés por qué? —Luca negó—. Porque eres un consentidor serial —bromeó, acomodándose nuevamente sobre él. Clara, que vestía un fino y delicado sujetador, apoyó las manos en su pecho y se aproximó hasta besarlo en el cuello. Había descubierto que le gustaba estar sobre él. Tener el control, a veces—. El más lindo y bueno de todos. El universo ha sido demasiado generoso conmigo.

—Conmigo aún más —pronunció. Se estremeció ante la manera en que ella lo besaba. Entonces, Clara se detuvo y rió sobre la curvatura de su cuello—. ¿Qué pasó? —sonrió suavemente.

—No sé cómo ocurrió, pero en algún momento de la noche te marqué —respondió un poco avergonzada y señaló la marca morada que él tenía en el cuello—. Lo siento. Quizá puedas cubrirlo con el cuello de la camisa. O no sé —lo acarició con la yema del pulgar, suavemente.

—No es para tanto —era cierto que había sucedido de un modo inconsciente—. Supongo que ahora todo el mundo que me vea sabrá que tengo a alguien.

—Bueno, eso está bien. Me gusta que sepan que eres mío —mencionó. Al instante, rompió en una sonrisa de diversión. Estaban lejos de ser una de esas parejas posesivas. Volvió a besarlo y se movió sobre él, provocativa.

No tardó en conseguir su objetivo. Las manos de Luca llegaron hasta su sostén, que desprendió con ansiedad como de costumbre. Él nunca dejaría de maravillarse cada vez que la veía desnuda. Nunca dejaría de sentirse como un instante glorioso cada vez que la tocaban. Cada vez que ella se estremecía a causa de lo que él hacía.

Tú y yo, para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora