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Hola. Por favor, si están disfrutando de la historia, no olviden dejar una estrellita y un comentario, por más cortito que sea. Me gustaría que esta historia siga creciendo en la plataforma, pero necesito de la colaboración de ustedes para que suceda. Se los pido de corazón. ¡Muchas gracias! ♥


¿Cuántas historias de amor llevaba leídas en toda su vida? Clara había perdido la cuenta. Supo sumergirse en romances históricos, fantásticos y oscuros. Sus favoritos, sin dudas, eran los contemporáneos. Los que ocurrían de casualidad, en sitios ordinarios, el día menos pensado. Leer sobre protagonistas que tenían una vida común y corriente, alimentó su ilusión de que «ella también podría vivir una historia de esas». Sin embargo, nunca imaginó que esa clase de amor llegaría tan pronto. El tipo de amor que sacudió cada porción de su mundo. El hombre que desató una intensa tormenta de sentimientos. El deseo de permanecer en aquel instante juntos para siempre.

Su llegada lo cambió todo.

Inyectó su pasado de recuerdos emocionantes. Convirtió su presente en un momento habitable y acogedor. Tornó un futuro emocionante.

Incluso le robó el sueño. Esa noche, de hecho, apenas consiguió dormir. Amaneció con las imágenes de cada instante que aconteció la noche anterior. Recordó los besos, la promesa y el baile. La manera en que se perdieron el uno en el otro cuando finalmente estuvieron en la habitación a solas. Dormir no parecía un buen plan porque quería vivir cada segundo a su lado. Se había sentido dormida por tanto tiempo que, de repente, comenzó a entender lo que se sentía estar realmente viva.

—Estaba pensando. ¿Sabes? —Clara se volteó sobre la cama, acomodándose sobre el pecho de Luca que había despertado recientemente. Él le acarició el cabello, aún somnoliento.

—¿No dormías?

—No mucho —confesó. A él le sorprendió que, luego de la intensa madrugada enredados entre las sábanas, ella no estuviera agotada. Nunca lo estaba del todo, no realmente. Siempre abría los ojos y buscaba más, como si tuviera una energía insaciable—. Es que me quedó dando vueltas en la cabeza lo que hablamos anoche, en la fuente. Llegué a la conclusión de que, últimamente, las cosas han mejorado. Voy al taller de literatura, estoy haciendo nuevas amigas, empezaré a estudiar el próximo año y te conocí a ti —enumeró orgullosa—. En comparación, mi vida era un desastre algunos meses atrás.

—A ver, ¿qué tan desastrosa? —Luca la contempló con ternura.

Ella se encogió de hombros.

—Estaba atascada. En mi cabeza solo podía pensar en que nunca conseguiría algo mejor. No había una sola noche en que no me hundiera en la cama a llorar —confesó—. Pero despertaba al día siguiente e intentaba sonreír. No sé. Creo que la vida es una composición de momentos... ¿Sabes? Momentos felices, tristes, agridulces... Y en aquel entonces había pocos momentos felices. Así que me dije a mí misma: «tienes que buscarlos, aunque sean instantes».

—¿Funcionó?

Clara asintió.

—Funcionó. Las cosas han mejorado desde entonces.

—Tienes que saber que mi vida mejoró desde que te conocí. Lo digo en serio. Encendiste partes de mí que creí que estarían apagadas para siempre —confesó. Ella sonrió—. Quiero que seas completamente feliz, Clara. Haría lo que sea para que nunca pierdas esa sonrisa.

—Yo también quiero que seas feliz, Luca. ¿Lo eres?

—Últimamente he tenido más instantes felices de los que creía posible.

Tú y yo, para siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora