(10) Rojo. Sangre. Inocente

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[Advertencia: este capítulo (y esta historia) trata temas médicos, pero no realistas. Es una mezcla de imaginación, películas y conocimiento sacado de Internet]

Se escucho algo similar a una explosión y las luces se encendieron dando varios parpadeos hasta estabilizarse, tiñendo los pasillos con su característica luz estéril. Lust trato de enfocar las luces de sus cuencas, quedándose ciego un momento hasta que sus pupilas se acostumbraron a la iluminación.

Lo que tenía delante era un esqueleto gigantesco, con una cicatriz en su cráneo y una enorme pupila roja que prácticamente cubría toda su cuenca izquierda. Llevaba en su hombro alguien.

Lust reconocería esa bufanda roja donde fuera.

Esto no puede estar pasando...

En la ropa del paciente podía verse la sangre a pesar de que su uniforme fuera rojo. Era demasiada y caía, empapando sus pantalones y sus pies. Era sorprendente la cantidad de plasma que podía contener un esqueleto en su medula.

Blue se giro lentamente después de haberse aferrado a su cuerpo y quedo tan en shock como Lust. Ninguno de los dos gritó.

Fue como si sus huesos se hubieran vuelto de alguna forma más pálidos y cenicientos.

Geno estaba en el hombro de Horror, el caníbal, y este los miraba a ambos.

—Ustedes... —dijo Horror.

La mente de Lust estaba trabajando a toda velocidad, hiperconcentrado en todos los movimientos del paciente, pero no pudo procesar del todo esas palabras. Todavía continuó mirando a Horror, quien lentamente se arrodillo y bajo el cuerpo de Geno de su hombro. Geno tenía una enorme herida en su pecho que cruzaba sus costillas y su esternón. No necesitaba estar usando su ecto cuerpo para sangrar profundamente. Parecía como si hubieran intentado partirlo a la mitad, ¿cómo no era polvo?

—¡Geno! —Blue se arrastró hasta Geno. Lust no tuvo la oportunidad de detenerlo. Estaba congelado. 

Seguía observando a Horror, su enorme pupila y su apariencia robusta. En sus manos no había sangre, ni tampoco había salpicaduras en su ropa, solo la mancha en su hombro.

Escucho a Blue gritar y su mirada se fijo en Geno.

GenoHeridaMuerte. Esas fueron las palabras que cruzaron su mente.

—¡Tenemos que llevarlo a la enfermería! —grito Blue, tratando de mover a Geno. 

—¡No! ¡No lo muevas! —Lust reaccionó y puso sus manos sobre su cuerpo. —Si lo mueves más, empeorara, ¡tenemos que tratar de detener el sangrado!

Parecía particularmente ridículo, pero Horror, al haberlo llevado sobre su hombro, había hecho presión en la herida y esta no sangro tanto como debería, pero ahora tenía vía libre y su uniforme blanco estaba completamente empapado, casi haciéndolo pasar más por un paciente que por un enfermero.

Moriría si seguía sangrando así.

Lust se quito su camisa y apretó fuertemente el pecho de Geno, luchando contra sus propios pensamientos que le gritaban que no había nada que hacer. No, no, no, tenía que salvarlo, ¡tenía que intentarlo! Pero la herida era tan grande que no llegaba a cubrirla toda con sus pequeñas manos.

—¡Aquí, aquí! —grito, a quien sea. —¡Necesito...!

Unas enormes manos se pusieron sobre las suyas y presionaron con fuerza. Levantó su mirada y observo a Horror, el paciente, el que parecía estar allí para arrebatarles la vida. Él lo estaba ayudando. Sus manos eran grandes y cubrían bien la herida, además de que estaba ejerciendo la presión justa. La sangre ya no salía por montones. Lust ni siquiera proceso que Horror estaba demasiado cerca y que, si quisiera, podría matarlo allí mismo.

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