Ellos creían en las casualidades, que todo pasa por algo y en el momento justo.
Jamás se atrevieron a cuestionar los juegos del destino y sus maniobras pero esta vez había llegado demasiado lejos.
Nadie les dijo que su gran y extraño encuentro iba...
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-Es súper tarde.- dije acomodando mi ropa interior, apurada.
-Tranqui, ya le dije a Gastón que nos banquen un toque.- respondió acomodándose la remera dentro del pantalón mientras salía del baño.
Yo me ubiqué frente al espejo y me puse la pollera que había separado antes, me sentía nerviosa, ciertamente con algo de culpa. La adrenalina me estaba jugando un poco en contra, pero fueron pocos segundos de locura hasta que Patricio se acercó para abrazarme por detrás.
En ese momento respiré.
Él era real.
Sus manos en mi abdomen y su boca besando mi hombro me dieron cierta tranquilidad.
-Sos hermosa.- murmuró deslizando una de sus manos por aquel hombro que acababa de besar para subir el bretel del corpiño. - Te amo.- dijo en susurro antes de besar mi cuello.
-Te amo.- respondí con un puchero en mis labios.
-No me mires así.- pidió suspirando y yo me volteé para abrazarlo y darle un beso.
-Perdón, es que... Al final del día, lo único que necesito es a vos.- dije sincera.- Y se me está complicando porque siento que cada día te amo más.
Él dibujó una pequeña sonrisa y beso mi frente.
-Y vos no te das una idea de cuánto te amo yo.- declaró.- Dale, termina de vestirte así bajamos antes que nos dejen. - yo asentí y volví a besarlo con ganas.- Mila... Por favor...- dijo por lo bajo y yo asentí.
Me separé como pude y terminé de vestirme.
-Como me hicieron mierda el Blue Label, hijas de puta.- reí viendo cómo le lloraba a la botella.
Aproveche para sentarme en la cama y calzarme.
-Me dijeron que eran mis disculpas.- murmuré atandome los borcegos.
-Parte de las disculpas.- recalcó y asentí.- Me sentí medio zarpado cuando me puteaste pero bueno. ¿No te pareció mucho cantarme La Partida de la Gitana?- negué.
-Hay mucha verdad en esa letra.- dije mirándolo.- ¿No ves poético que te dedique tus canciones? Porque se me ocurren muchas más para dedicarte.- dije levantándome de la cama, ya casi lista. Me faltaba ponerme un poco de desodorante y pintarme los labios.
-¿Cuál me dedicarías, a ver?- preguntó apoyándose contra la pared y cruzándose de brazos.
-Al parecer todo ha sido una trampa.- dije agarrando un labial del neceser y reprimí una sonrisa.
-Ah, ya entiendo por dónde va. Pensé que me ibas a dedicar... Que se yo, Pensamientos.- respondió con los brazos cruzados y reí.- Cicatrices, en todo caso.- dió un suspiro.- Yo me pregunto hasta cuándo vas a torturarme con todo esto.- reí bajito.
