Ellos creían en las casualidades, que todo pasa por algo y en el momento justo.
Jamás se atrevieron a cuestionar los juegos del destino y sus maniobras pero esta vez había llegado demasiado lejos.
Nadie les dijo que su gran y extraño encuentro iba...
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Despertar entre los brazos de Patricio fue algo difícil de acostumbrarme al principio, más que nada porque fue todo muy rapido. Desde aquel sábado que dormimos juntos por primera vez, no nos despegamos del otro. El día siguiente fue lo mismo hasta el martes, y lo recuerdo bien porque el miercoles me tomaban los tres exámenes finales para poder recibirme. SÍ, LOS TRES EL MISMO DÍA, y tanto él como yo nos vimos obligados a soltarnos para que esa noche pudiera descansar bien y terminar de repasar lo necesario.
Él seguía pancho de vacaciones.
Ustedes imaginarán que a esas alturas ya no era necesario contar con un título pero me urgía cerrar esa etapa para poder dedicarme tranquilamente a la música y demostrarme a mí misma que podía lograr lo que quisiera. Ya ni sabía que fue más dificil, si tener un título o una banda. Además ese día me costó muchísimo concentrarme porque lo único que inundaba mi cerebro era Patricio, Airbag, Airbag y Patricio, nada más que él, su banda y los recuerdos en su habitación.
Creo que lo que me ayudó a mantenerme más calma ante los parciales, es que ninguno de mis familiares sabían que estaba próxima al título, solo sabían que estaba en época de exámenes y listo, así que ni me gasté en avisarle a nadie a lo que me estaba entrometiendo, más que nada por el hecho que no me quería sentir presionada a no fallar, y que tampoco quería una fiesta al respecto. También, un gran punto a favor es que los exámenes eran orales y virtuales, por lo que no tuve que someterme al estrés del viaje.
Recuerdo la felicidad que me dió cuando me dijeron que había aprobado el último exámen.
"¿Como te fue, hermosa?"- profesaba el mensaje de Pato en mis notificaciones de WhatsApp.
"Me recibí ¿?"- fue lo que me salió contestarle.
Tenía el corazón en la boca y mi cabeza no terminaba de procesar que literalmente había terminado ese castigo llamado facultad.
"FELICIDADES LICENCIADAAAAA"- Sonreí al ver su respuesta y me dejé caer en la cama de mi habitación.
Mire el techo pensando en que lo logré. No pensé que me iba a sentir tan bien por haberlo hecho pero así era.
-Terminé la facultad, man.- dije para mí misma y me levanté contenta.
Agradecí el silencio de la casa para meditar mis sentimientos, buscaba sentir templanza. Mica estaba trabajando desde su oficina y Mia avisó que estaría tocando la guitarra en el garage, así que bajé las escaleras medio temblando con un cúmulo de sensaciones en mi pecho.
Tranquila puse la pava para prepararme unos mates y busqué un durazno en la heladera.
La situación era completamente bizarra, yo me había acabado de recibir y estaba pelando durazno en la cocina.
No había pasado siquiera media hora, yo estaba sentada en el living, mirando un punto fijo de la sala, mientras tomaba mate y me comía el durazno.
-¿Qué te pasa?- la voz de mi hermana me sacó de mis pensamientos y la miré. En ese instante Mía entró con la guitarra.
