n u e v e

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"El altar es mis caderas
aunque sea un falso dios
todavía adorariamos
este amor"
-Taylor Swift

-Qué mala pronunciación -solte una carcajada, Daniel estaba intentando pedir un helado en turco, pero su turco era peor que el italiano.

-Me estoy esforzando -hizo un puchero, se veía hermoso- Tu helado -me entrego la paleta azul.

-Muchas gracias.

Daniel recibió el cambio, y acto seguido extendió su mano, la tomé y las entrelazamos, comenzamos a caminar por la ciudad, hoy era nuestro quinto día en el país, y el cuarto día sin discutir.

-Mira que lindo -señaló una mezquita, era sencillamente hermosa, era la mezquita de Santa Sofía, el rosa con el azul, hacían una combinación divina, las cuatro torres en cada extremo daban esa sensación de imponencia- Sonríe amor.

Daniel tomo su cámara y apunto hacia mi, tomo la fotografía, todo el viaje se había encargado de tomar las fotografías más perfectas.

-Mas tarde las posteare en instagram -dijo mirándo la pequeña pantalla de la cámara.

Sonreí, era tan feliz con Daniel, nuestro matrimonio marchaba a la perfección, nos quedaban un par de días más en Turquía y luego iríamos a los Emiratos Árabes Unidos.

•••

-Bueno -dijo Daniel mirando la pantalla de su celular- De diez fotos que voy a postear siete son solo de ti.

-Soy tu musa -sonreí mientras ajustaba mis aretes.

-Eres mi musa -respondio Daniel junto con una sonrisa llena de orgullo.

Termine de aplicar mi gloss, Daniel público las fotos y salimos a cenar, al salir del hotel un par de fans se acercaron a el, se tomaron unas fotos, firmó unas gorras, e incluso una de las chicas me pidió una foto a mi.

Al llegar el restaurante, me sorprendí, Daniel había reservado en el restaurante de una de mis novelas favoritas, amaba las novelas turcas, y que el recordara ese detalle de mi, me hacía feliz.

-Tuve una ayuda extra -dijo Dani- Gigi me ayudó a elegir el lugar, hizo una buena elección.

-Lo es -el restaurante era precioso.

-Tambien tiene menú vegetariano -sonrió, amaba la sonrisa de Daniel, su sonrisa había sido lo primero que llamó mi atención, luego fue su físico y por último su personalidad arrolladora, era ese tipo de hombre que lugar al que llegaba, siempre llamaba la atención.

La cena transcurrió en normalidad, un par de chistes por parte Daniel y una conversación muy interesante.

-¿Cuando es tu grado? -preguntó.

-Aún falta tiempo -bebi un poco de soda- Debo terminar mi tesis y hacer la pasantía, pero no puedo hacer la pasantía en Italia.

-¿Porque?

-Conflicto de intereses, por mi papá, piensan que podría filtrar información o cosas así -hice un ademán con la mano.

-Es una estupidez -rodo los ojos.

-Lo sé.

•••

Habíamos tenido que correr un poco para llegar al hotel, ya que el cielo había desprendido una lluvia torrencial, que nos había empapado por completo, sin embargo en un punto nos había parecido divertido y saltamos sobre los charcos que se formaban en el suelo.

Subimos directamente a la habitación, yo tenía que quitar mi maquillaje que se había corrido, y Daniel quería quitarse su chaqueta de cuero.

Después de secarnos y cambiarnos de ropa, estábamos tumbados sobre la cama mirando el techo.

-Te ves linda así -Daniel señaló mi atuendo, un camisa de el y unos bóxer blancos.

-Creo que me he visto mejor -me acosté boca abajo, Daniel empezó a acariciar mi espalda.

-Bueno, siempre te veo guapa -sonrió ampliamente.

-Me ves con ojos de amor.

-Porque te amo -su mano estaba en mi espalda baja, la bajo suavemente a mi trasero.

Respire profundamente, parecía ser que había llegado ese momento, todo el tiempo que dure planeando la boda, también había planeado este momento, la noche de boda, pero la dichosa noche no fue posible en Italia, ni en nuestro primer día de luna de miel, así que había olvidado por completo que Daniel y yo aún no consumabamos nuestra unión.

En un movimiento muy ágil por parte de mi esposo, me poso sobre el, con mis manos quite rápidamente los pocos cabellos míos que caían sobre nuestros rostros, acune su rostro y nos uní en un beso, le exprese todo mi amor y devoción a Daniel en ese beso, y el hizo lo mismo, éramos solo el y yo en esta habitación, con la lluvia de fondo amenizando aún más el ambiente.

El beso se tornó intenso, Daniel se recostó sobre sus codos, quedando así en un ángulo de cuarenta y cinco grados, perfecto para poder seguir besándonos.

-¿puedo? -pregunto Daniel jugando con el dobladillo de la camisa, asentí, no podía articular alguna frase coherente, tenía una jungla de emociones dentro de mi.

Quitó la camisa dejando mi torso completamente desnudo, no era la primera vez que él me veía desnuda, pero si la primera vez en la que él y yo teníamos relaciones, y estaba nerviosa, no sabía que hacer, yo era tan inexperta y el, bueno el sabía más que yo.

Jugueteó con mis pechos, los beso y chupo a su antojo, se sentía tan exquisito el toque de Daniel sobre mi, que quería más, mucho más, lo quería todo de el.

Volví a unir nuestros labios cuando él se levantó de la cama alzandome, y rodee sus caderas con mis piernas, me acostó suavemente sobre la cama, en un acto de instinto, abrí mis piernas y el se posó en el medio de ellas.

-Eres el amor de mi vida -me miro fijamente- Maldición Izzy, estoy completamente enamorado de ti.

Lo agarre de la camisa que tenía puesta, y agresivamente lo acerque a mi, volví a besarlo, Daniel quitó mi boxer y cuando empujó sus caderas levemente hacia las mías, entendí que quería que quitará su boxer, tome el elástico, juguetee un poco, y luego lo retire completamente, sabía lo que seguía, y mis nervios me estaban consumiendo, era completamente virgen y el cliché hecho mujer.

-Esto te puede doler un poco -dijo Daniel mirándome- Se que estás hecha un manojo de nervios, pero seré lo más cuidadoso posible, si te llegó a lastimar -acaricio mi cabello- Dímelo y me detendré.

Pase saliva, asentí y lo bese, Daniel se introdujo dentro de mi, y mierda si que era doloroso, a pesar de haber preparo mi suelo pélvico, dolía, pero lo podía tolerar; Daniel se quedó completamente quieto unos segundos y luego empezó a mover sus caderas levemente, me gustaba, se sentía extremadamente delicioso, enrolle mis piernas alrededor y alce levemente mis caderas invitándolo a que se moviera más rápido, y lo hizo.

-Izzy -gruño, esta vez el gruñido tenía mi nombre, su desesperado movimiento era a causa mía, y esta noche borraría cualquier rastro de Alessia Messer.

Toda la noche y madrugada transcurrió así, el y yo unidos en uno solo, explorandonos por completo, teniendo pequeñas pausas para recuperar el aliento, pero al volver a tocarnos lo hacíamos con más desesperación que la vez anterior.

Happiness is a Butterfly || Daniel Ricciardo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora