c a t o r c e

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"Éramos dos niños tratando
de huir, viviendo en el lado oscuro
del sueño americano"
-Without you; Lana del Rey.

L

a mañana siguiente desperté al lado de Daniel, mi garganta y cabeza dolían, probablemente por todo el llanto que había derramado la noche anterior, en cuanto Daniel había caído profundamente dormido, yo había llorado en silencio y tristemente recordé todas esas noches en las que lloraba a causa de las infinitas infidelidades de Daniel.

Tal vez había ido muy lejos está vez, me convertí en lo que aborrecí por meses, en lo que tanto le reproche a Daniel, tal vez no debí huir esos días con Max, y solo tal vez debí quedarme con Daniel y terminar nuestra luna de miel.

Según mi fuente, Sam, el piloto había terminado su relación con Alessia el día que yo salí de Turquía y no me lo habían podido comunicar antes ya que mi orden fue clara: no contactarme hasta nuevo aviso, había sido esclava de mis impulsos y eso me estaba costando y pesando, estaba en una encrucijada.

Mire a Daniel, estaba despierto mirando fijamente el techo; ¿que hora es?.

-Hola -saludo agotado.

-Buenos días -trate de sonreír pero salió más una mueca.

Trate de mirar el reloj que estaba colgado en la pared, pero mi miopía no lo permitía.

-Son las once de la mañana -dijo al ver que yo me estaba sobre esforzando por ver la hora, la visión de Daniel era 20/20, el siempre sería mis ojos.

-Creo que tenemos una conversación pendiente-dijo nuevamente pero esta vez mirándome.

-Creo que sí -busque mis lentes en el cajón de la mesita de noche y me los puse- Debemos hablar con más calma Dani -entrelace nuestras manos- Que situación tan complicada tenemos, ¿no te parece?

-Lo es, Izzy -me miro con sus ojos avellana, maldita sea como amaba esos ojos- Tu sabes que yo te amo Isabella, eres el amor de mi vida, hemos pasado por mucha mierda -dijo refiriéndose a mis trastornos alimenticios y a todos los comentarios que la prensa y conocidos habian hecho cuando iniciamos nuestra relación, yo tenía 18 y Daniel 30 años, la diferencia era abismal, se fueron encima de él, juzgandolo e incluso cuando fui internada por mis trastornos, lo habían culpado a el- Pero siempre hemos podido salir adelante Isabella, ahora eres Isabella Ricciardo y no sabes cuánto me enorgullece ver mi maldito apellido siendo usado por la mujer más inteligente y valiente que he conocido, mierda te conozco desde que estabas terminando el colegio, y ahora ver cómo haces tu propio camino en el mundo me hace querer estar contigo todos los días de mi vida.

Las lágrimas que había tratado de contener finalmente salieron al escuchar las últimas palabras de Daniel, amaba a este hombre y escuchar de el mismo lo orgulloso que se sentía de mi, hizo que mi corazón se acelerará.

Suspiré, mire nuevamente el reloj, esta vez ví claramente la hora 11:07.

-¿No sientes que a veces la diferencia de edad nos juega una mala pasada? -juguetee con su mano.

-Probablemente amor -suspiro- Son doce años de diferencia, tú estás viviendo la mejor etapa de tu vida, la universidad, los viajes, las salidas al club, eres amada en Italia, no tienes literal ningún límite aquí, vives el maldito sueño americano -sonrió- Ahora estoy yo, pensando en mi retiro de la Fórmula 1, teniendo una vida controlada por varias personas, entrenando todo el tiempo, asistiendo a eventos con gente importante, en realidad no se como funcionamos tan bien amor.

Tenía razón, cuando se anunció mi compromiso con Daniel, Italia se regocijo de felicidad, era lo más cercano a una boda real que habría en el país, aparte de ello, desde pequeña habia estado en el ojo público, me habían visto nacer, crecer, casarme y probablemente Italia sería el lugar de nacimiento de mi primogénito.

Por su parte Daniel, manejaba todo con más cautela, era más preciso en sus movimientos, los lugares y personas que frecuentaba los usaba para hacer negocios, Daniel siempre lo repetía, un movimiento en falso y todo estaría acabado para el; por mi parte yo hacia una simple aparición y en Italia lo halagaban como si hubiera curado la hambruna mundial.

-Los polos opuestos se atraen -sonreí- Yo soy muy insegura Daniel -suspire- Y para mi no ha sido nada fácil el llevar nuestra relación tan pública, si tú lo quieres y deseas tienes a cualquier modelo a tus pies, o una chica más acordé a ti, no una universitaria promedio como lo soy yo.

-Izzy tu jamás serás una chica promedio, eres jodidamente espectacular, yo no quiero ninguna modelo, no debes sentir inseguridad por eso, te quiero y te amo a ti Isabella Marie Cornelia Ricciardo.

Tenía que preguntarle por ella, en toda mi estadía en Mykonos no deje de pensar en ella, tenía que preguntarle a Daniel realmente que había pasado con Alessia Messer.

-Pregunta Izzy -dijo como si leyera mis pensamientos.

Cada vez que iba a pronunciar el nombre de ella se me hacia un nudo en la garganta, y esta vez no era la excepción, trague el nudo, me llene de valor y hablé.

-¿Que paso en Turquía con Alessia Messer?

Él suspiró, y sabía que mentalmente estaba contando hasta diez, estaba organizando sus ideas.

-El día que huiste a Mykonos, esa mañana cuando despertaste y no me viste, estaba con ella -cerre mis ojos, probablemente las siguientes palabras que pronunciara causaría dolor a todas mis fibras- Y ese día le puse fin a lo que sea que tuve con ella, ya no podía ni quería seguir con ella, quería y quiero dedicar mi tiempo y ser solo a ti.

No había notado que estaba aguantando la respiración, hasta que inconscientemente solté una bocanada de aire al escuchar esas últimas palabras de la boca de Daniel, sabía de antemano que el ya no tenía nada con Messer, pero escucharlo de la boca de el, me había quitado un peso de encima. Pero que Alessia Messer no estuviera más, significaba que probablemente podía llegar una mujer nueva, una aventura nueva, y en cierto punto temía eso, porque sabía los alcances de Alessia Messer, pero no los de una mujer nueva.

-¿Y con Max? -pregunto el.

-¿Ah? -estaba sumida en mis pensamientos.

-¿Que paso con Max en Mykonos? -pregunto.

La verdad era que los cuatro días que estuve con Max en Mykonos nos habíamos dedicado a salir a todos los restaurantes que nos recomendaban, habíamos ido a la playa, y a un par de discotecas, en Mykonos la fiesta no paraba, realmente las cosas con Max no habían pasado de un beso o una caricia subida de tono.

-Nada -hice un ademán.

-¿Nada? -arqueo una ceja- ¿Cuatro días con Max sola en otro pais y no paso "nada"?, Verstappen es un estúpido.

-La verdad Daniel, solo salimos de fiesta o a comer, creo que subí de peso -mire a Daniel- Tan solo fueron besos o una que otra caricia, pero nunca tuvimos un acoston, dormíamos en habitaciones separadas.

-Debo admitir que eso me deja un poco más tranquilo -beso mi mano, toda la conversación estuvimos con las manos entrelazadas- No soportaría la idea de saber que otro acarició tu cuerpo, Izzy.

Nuestro matrimonio estaba jodido, habíamos roto los únicos votos que no debíamos romper, en mi caso por un impulso y Daniel porque quería probar lo que se sentía tener libertad, lo entendía, yo había sido criada para tomar mis propias decisiones, Daniel por su parte a pesar de haber sido criado de la misma forma, en algún momento había perdido el control total de su vida, y se lo había otorgado a otras personas, Alessia era el escape que el necesitaba, mientras yo hacia parte de la vida controlada que él tenía.

No quería, no permitiría que nuestra unión finalizará de una forma tan vana, no lo merecíamos, habíamos luchado por esto, y la recompensa sería un matrimonio tranquilo, lleno de amor, así que eso le daría a Daniel, así tenga que soportar sus infidelidades, al final de todo, yo siempre sería su esposa, y así Alessia Messer no esté más en nuestras vidas, la probabilidad de que llegara otra mujer aún existía, pero yo seguiría siendo la gran Señora Ricciardo, a fin de cuentas esas mujeres siempre serán una aventura para el y yo seguiría luchando por nuestro matrimonio, porque tenía suficiente amor para mantener la alianza unida.

Happiness is a Butterfly || Daniel Ricciardo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora