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Roma, Italia.

—Isabella, no te atragantes así —alego mi madre.

Suspiré y deje el tenedor de lado.

—Entonces —Gigi se aclaró la garganta— ¿Te vienes del todo a Italia?

—Si, voy a estar acompañando a papá a todos los eventos, aparte con Daniel vamos a vivir aquí.

—¿En donde está tu prometido? —pregunto mamá —Llevan dos semanas en Italia y no ha sido capaz de venir a saludar a sus suegros.

—Esta muy ocupado —le excuse la falta al piloto—Se está acoplando al equipo nuevo.

—Equipo al que tu padre le ayudo a entrar, y ni siquiera ha sido capaz de agradecer —golpeó sus palmas sobre la mesa— Bella, hija, dile a Daniel que le exigimos que venga.

—Lo haré mamá —no, no lo haría, yo no le podía exigir nada a Daniel.

—Bueno —Gigi aclaró su garganta— ¿Cuando te entregan el vestido?

—En dos semanas —respondi sonriendo ampliamente, a medida que se acercaba la fecha de la boda, una pizca de seguridad se instalaba en mi, por fin Daniel sería totalmente mío.

•••

El asesor de imagen que mamá había contratado para que se hiciera cargo de mi imagen, era extremadamente profesional, estábamos realizando los últimos ajustes a mi vestido de novia.

—Si bajas un par de kilos este vestido queda perfecto —comento David.

—Pero que dices David —dijo mamá aterrada— No bajará de peso, se debe mantener —me miro fijamente— Así que solo es hacer ejercicio.

Asentí, tras todo el desastre de mi bulimia, mamá trataba de mantenerme en un peso estable sin hacerme sentir mal, ya que cuando inicie mi relación con Daniel, el se había encargado de decirme en cada oportunidad lo subida de peso que estaba.

El resto de la tarde transcurrió en el cambio de imagen, cortaron un poco mi cabello y le aplicaron unos cuantos tratamientos, y se crearon todos los atuendos que usaría en el último mes previo a la boda.

•••

—Hija, ven —llamo papá en cuanto me vio cruzar la puerta principal— Al despacho

Caminé en dirección al despacho que papá tenía en casa, de pequeña ese era mi lugar favorito, papá ahí me contaba cuentos cuando llegaba de la escuela, sin embargo al crecer y volverse un hombre importante eso había cambiado, y mamá había tomado el control de mi educación.

—Te ves hermosa Bella —dijo mirándome— Cierra la puerta y acércate.

Me senté en el cómodo sofá del despacho y escuche atentamente a papá.

—Quiero que seas la primera en saber esto, porque eres la que mas entiende del tema, no solo por tus estudios, sino porque eres astuta —asentí— Para este periodo electoral me retiraré —lo mire sorprendida, ¿papá retirarse de la política?— Estoy agotado —soltó el nudo de su corbata— Definitivamente 30 años de política son muchos años de política, aún recuerdo cuando gane como gobernador, tu madre estaba orgullosa y no estaba obsesionada con las porcelanas.

Sonreí ante el comentario de papá, en sus ojos podía ver el agotamiento.

—Que vueltas da la vida Marco —bromee— Hace unas semanas estabas como loco porque no podia ir contigo a Maranello y hoy te retirás.

—Sabes como cambia uno de opinión en la política.

—Te entiendo papá —sonrei, extrañaría el estrés de las campañas políticas— Pero, ¿por qué me lo dices primero a mi?

Happiness is a Butterfly || Daniel Ricciardo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora