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"Apoyate muy cerca de mi,
cuenta hasta tres y pierde
el control, si te gusta
házmelo saber"
-Tokio Hotel.

Todo el vuelo había llorado, no llore de tristeza o decepción, en el fondo sabía que esto estaba pasando, llore de ira, al ser tan estúpida, llore por creerle a Daniel, llore porque la chica era estúpidamente hermosa, y yo era una simple universitaria, llore porque se veían felices, llore porque Daniel nunca sería así conmigo.

Al bajar del avión subí directamente al auto que me llevaría al hotel que Max me había indicado, tenía una especie de pasaporte diplomático, así que no tenía que pasar por migración, mi teléfono vibro, tenía un mensaje en instagram.

maxverstappen1: Hola Bells, la habitación es la 4307.

Con Max sobre el 2017 habíamos intentado una relación, la cual había sido fallida, razón: El tenía que dedicar su tiempo a RedBull y yo a terminar el colegio, casi no nos podíamos ver, yo era muy joven y tenía un esquema muy complejo de seguridad.

Después de eso habíamos terminado por lo sano, y tuvimos una linda amistad por un tiempo, luego empecé mi relación con Daniel y eso a Max no le gusto, ya que en su cabeza, el regresaría por mi cuando logrará ser campeón mundial, pero cuando eso sucedió, yo ya estaba en una relación y a punto de comprometerme con Daniel, por tal razón habíamos dejado de hablar, hasta hace un par de horas cuando en medio de mi ataque de ira, decidí aceptar la invitación del joven ojiazul y ahora estaba en Mykonos.

itsbellaricciardo: Ya llegué a Grecia.

maxverstappen1: Vale, ponte algo hermoso iremos a cenar y luego a bailar.

itsbellaricciardo: Okiiii

No sabía si estaba bien al aceptar, pero necesitaba salir con urgencia de Turquía, y en medio de todo quería cobrar venganza, por lo menos una vez cobrarsela a Daniel.

Llegué al hotel era hermoso, moderno pero con el toque mediterráneo, caminé a la recepción seguida de Boris, respire hondo antes de hablar.

—Hola —salude a la chica de la recepción— Tengo reservación.

—Si claro, dame tu nombre.

Madelainne Salvatore —con Max habíamos acordado que la reservación sería a nombre de mi mejor amiga, con el fin de que si los reporteros llegaban a saber algo, creyeran que era Maddy y no Isabella.

—Señorita Salvatore, su habitación es la 4307 en el edificio antiguo, Nassim la guiará.

Seguí al chico junto con Boris, al llegar a la habitación deje mi bolso sobre la mesa.

—¿Se le ofrece algo más Isabella? —pregunto Boris.

—No, gracias —sonreí suavemente— Ya te puedes ir a descansar, esta noche saldré, no es necesario que vengas, no quiero llamar la atención.

—Vale —asintió.

—Una última cosa Boris —tome un sobre blanco de mi bolso— Si llama Sam, o Daniel, no respondas el llamado, nadie se puede enterar de mi paradero —le entregué el sobre a Boris— Tu bonificación extra.

Aparte de bonificación, era una forma de comprar el silencio de Boris, si por un berrinche mío Boris llegaba a decir alguna de las cosas que hice o estoy haciendo, estaria acabada.

—No es necesaria la bonificación Isabella —intento devolverme el sobre— Soy fiel a la familia.

—Lo sé —sonreí— ¿Pero que vas a hacer cuatro días libres en Mykonos sin dinero?

—No la puedo dejar sola tanto tiempo.

—Si puedes —me encogí de hombros— Por algo estan los escoltas de Max —Max había contratado un escolta adicional en cuanto le avise que me uniría con el en Grecia, para que así tuviéramos más privacidad, Boris en medio de todo siempre le informaba mis movimientos a papá.

—Vendre en las noches a verificar que todo esté bien.

—Esta bien —rode los ojos— Puedes buscarme aquí o en la habitación de Max.

Boris asintió y salió de la habitación, corrí a prepararme, primero me duche y luego cepille y peine mi cabello, lo ate en una cola alta, me maquille levemente, y por último puse mi vestido y tacones.

A las 21:23 mi puerta fue tocada, abrí la puerta con manos temblorosas, al otro lado estaba Max, con una camisa blanca y unos jeans, casi parece que íbamos haciendo match.

—Hola Bells —sonrió.

—Hola Maxi —me acerque a darle un beso en la mejilla, pero giro su rostro y terminé besando sus labios.

—¿Estas lista? —pregunto en cuanto entre a la habitación.

—Tomo mi bolso y salimos.

Tome la bolsa Dior blanca, retoque mi gloss, al mirar a Max este extendió su mano, dude unos segundos en tomarla, pero termine entrelazando su mano con la mía, salimos de la habitación y luego del hotel.

—¿Te llamo Bells o Maddy? —bromeo.

—Llamame como quieras, amore —guiñe mi ojo.

—Me veo en la obligación, de decirte que ese vestido te queda muy bien, y que el estar casada te hace jodidamente sexy e irresistible.

Solté una carcajada.

—Es en serio —dijo— Ese maldito anillo en tu dedo —lo señalo— Me recuerda que eres prohibida, pero el tenerte aquí conmigo me hace ver que lo prohibido es lo mejor.

•••

Llegamos al restaurante, reservado esa noche solo para nosotros dos, cenamos, charlamos, y por primera vez en mucho tiempo, sentí que era prioridad de mi acompañante, Max estuvo pendiente de que mis alimentos fueran los indicados, y que siempre tuviera bebida.

Un par de gin-tonic después, salimos del restaurante a una de las discotecas más exclusiva de Mykonos, a pesar de que al joven piloto no le gustará bailar o el contacto con la gente, me había prometido que esta noche haríamos lo que yo quisiera, y yo quería bailar, quería olvidarme de todo por una noche.

La discoteca estaba a reventar, y era exactamente lo que Max y yo queríamos, así podríamos pasar desapercibidos, estuvimos bailando y bebiendo en la zona VIP de la discoteca.

—Esta canción me encanta —dijo Max en mi oído cuando empezó a sonar Love Who Loves You Back de Tokio Hotel.

—Pues vamos a bailarla.

Max me tomo de la mano y me guío por la pista, puso su mano en mi cintura y la apretó levemente, y al ritmo de la canción empezamos a movernos, ocasionalmente nos besábamos y otra veces solamente soltabamos un par de risas llenas de picardía, estaba mal, yo estaba traicionando a mi esposo y Max a uno de sus mejores amigos, pero me sentía muy cómoda, y por primera vez en catorce meses no estuve pensando en si al final de la noche, mi acompañante me dejaría con una excusa barata, porque sabía que en la mañana, Max estaría a mi lado.

Happiness is a Butterfly || Daniel Ricciardo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora