Happiness is a Butterfly || Daniel Ricciardo.

d i e c i s i e t e

"Puedo ver una ciudad dormir
Puedo ver una ola en el océano
Todo está cambiando y está escrito en mi cara"

-Write on me; Fifth Harmony

Llegue a la habitación del hotel, estaba cansada, la noche había sido un caos, Daniel casi no pudo descansar y por lo tanto yo tampoco, ya que se quejaba mucho de dolor, y según el "era demasiado incomodo dormir con un brazo inmovilizado", lo entendía, de pequeña me había fracturado un brazo y hacer cualquier actividad era un caos.

Me recosté cinco minutos en la cama, necesitaba descansar un poco, hoy sería un día largo, operarían en cualquier momento a Daniel.

A lo lejos escuche el sonido de mi celular, masculle una maldición en italiano había dormido solo treinta minutos, me levanté y tome mi celular de encima de la mesita en la que estaba cargando.

- ¿alo? -respondí.

- ¿Isabella? -dijo una voz masculina al otro lado, me retiré el teléfono de la oreja para ver el nombre, "Dani" aparecía en la pantalla del celular, pero esa no era la voz de mi esposo.

- ¿Quién habla?

-Soy James, el preparador físico de Daniel.

-Hola James, ¿Sucedió algo?

-Ya nos dijeron a qué hora operan a Daniel -dijo- A las once de la mañana lo van a operar.

-Mierda -mire el reloj, eran las 9:15 de la mañana- En cuarenta minutos estoy allí.

Colgué la llamada y corrí al baño a ducharme, tenía que alistarme en tiempo récord para poder llegar al hospital a tiempo, cuando salí del baño llame a Boris para avisarle que teníamos que salir pronto y así mismo para que llamara al conductor del auto.

Dos pequeños golpes en la puerta me hicieron cortar la llamada con Boris, corrí a abrir la puerta aún con la toalla cubriendo mi cuerpo.

Maddy apareció en mi campo de visión en cuanto abrí la puerta, con dos vasos de café y una bolsa grande de comida.

-Bella -dijo abrazándome- ¿Puedo pasar?

Me hice a un lado para que pudiera entrar a la habitación.

-Vaya -dijo mirando la habitación- ¿Es la presidencial?

-Si, Daniel siempre pide la presidencial cuando viajo con el -respondí sonriendo.

- ¿Cómo está Daniel? -dijo sacando un recipiente de plástico.

-Bien, lo operan a las once de la mañana.

-Diablos -me entrego un café- Debe estar desanimado.

- Lo está -bebí un poco del café.

Tomé la ropa de encima de la cama y empecé a cambiarme.

-Ahorita voy para el hospital -dije atando los cordones de los tenis- ¿Para dónde vas? -pregunté viendo que Maddy ya estaba completamente arreglada.

-Iré un rato al Paddock, veré la qualy y luego te acompaño en el hospital.

- ¿Por qué vas al Paddock? -mire a mi amiga, Maddy no era muy fan de la fórmula 1.

-Digamos, que ayer después del accidente de Daniel un joven de veinticuatro años me invitó a ver la carrera en su box.

Arquee una ceja.

- ¿Lando Norris?

-Si -respondió Maddy mientras sus mejillas tomaban un tomo carmesí.