v e i n t i t r e s

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"Y por una quincena fuimos eternos"
  ~Fortnight; Taylor Swift.


Una semana después...

Entre en la hermosa casa estilo mediterráneo que se había convertido en mi hogar hace un par de días, había dejado todo en Roma, tome la palabra de Nicolò y huí con el a Milán, estaría dos semanas en Milán y luego iría a Mónaco con mi abuelo.

—Ya en casa —grite cerrando la puerta a mis espaldas.

Dolcezza —dijo Nicolò saliendo de la cocina— ¿Como te fue?

—Muy bien —le enseñe el celular rosa— Ya tengo celular otra vez.

Cuando dije que había dejado todo en Roma, era todo, incluido mi celular y antiguo número.

—Guarda tu número en mi celular —dijo Nicolò haciendo una seña para que tomara su celular de encima de la mesa del comedor, ya que el tenía las manos llenas de masa— Guardate como: Isabella, l'amore della mia vita.

Rode los ojos.

—No me voy a agendar como Isabella amor de mi vida —dije desbloqueando su celular y guardando mi número— Solo sere Isabella B.

—Igualmente después lo editare —se encogió de hombros.

Sonreí.

—¿Que estás cocinando? —pregunte.

—Pizza —respondio enseñándome sus manos— La tuya será de espinacas y champiñones.

—Suena delicioso.

—Y lo está —dijo regresando a la cocina, lo seguí.

Serví vino en un par de copas y corte un poco de queso para Nicolò, le dí un trozo en la boca.

—Amo el queso —dijo Nicolò sonriendo— Pero no tanto como amo a...

Lo interrumpí.

—Cuidado con lo que vas a decir Nicolò Barella Cavaliere —lo apunte con mi dedo.

Sonrió.

—Segun tu, ¿que iba a decir?

Pero no tanto como amo a Isabella Ricciardo, que ya no es Ricciardo porque se la quité a ese estúpido piloto de Fórmula 1 —repetí las palabras que había dicho hace unos días cuando insinuó amarme.

—Es una broma.

—Cuidado con tus bromas —sentencie.

Nicolò sonrió divertido y continuó con la pizza.

—Maddy llamo —dijo cortando las espinacas— No entendí muy bien, habla demasiado rápido y me aturde, pero, dijo algo del bebé de Ricciardo, la prensa en tu ex casa y el divorcio.

—Voy a llamarle —dije saliendo a la terraza de la casa.

Marque el número de mi amiga, me lo sabía de memoria, al cuarto pitido ella respondió.

—¿Quien es? —pregunto.

Maddy, mi amor —bromee.

—¡Isa! ¡estas viva! —grito— No te imaginas lo que me costó sacarle información a Gigi, parecía una tumba, ¡nadie me quería decir dónde estabas! y eso me tiene muy molesta.

—Estoy bien, estoy con Nicolò en Milán —Maddy soltó un chillido.

—Lo sé, con Nicolò Barella, que atrevida—respondio— ¿Estas bien?

Happiness is a Butterfly || Daniel Ricciardo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora