XLV

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¡ESPECIAL SAN VALENTÍN! 💝🌻

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³ meses después.


—¡Marti, ya me voy! —anunció mientras agarraba su bolso, haciendo que la de rastas levantara la cabeza de su cuaderno de garabatos para mirarla—. No me acostumbro a esta nueva moda tuya, te juro.

Se acercó a la pelirroja y le dio un beso en la frente, lo que provocó un quejido de incomodidad de parte de la chica, quien se apartó de ella.

—Basta, te pones re azúcar —se quejó mirando a la mayor—. Mis rastas son re lindas igual.

—¿Vos decís? —se burló, haciendo que Martina frunciera el ceño confundida—. Estoy jodiendo, nos vemos. Hoy llego tarde, ya sabés, si salís volvés antes de que oscurezca —cuando vio que Martina rodaba los ojos, suspiró—. Aunque salgas con Danilo, volvé pronto, haceme caso una vez.

—Dale, dale —asintió—. Dejá de romper las pelotas, vuelvo temprano... listo, joya —cuando notó que su tía se acercaba nuevamente, levantó ambas manos frente a su rostro—. Sin besos, medio grande ya estás, me parece.

—¡Es San Valentín! —exclamó—. Dale, dejame darte un besito —al ver cómo Martina evitaba que eso sucediera, suspiró derrotada—. ¿Solo dejás que Danilo te dé besos a vos?

—No —respondió rápidamente—. Ese boludo ni se acerca, siempre estamos a un metro de distancia.

—Bueno —rió ante la afirmación de su sobrina y empezó a alejarse—. Después nos vemos, dormí temprano.

—Sí, sí —asintió, volviendo la mirada a su cuaderno y continuando con sus garabatos.

Martina continuó garabateando en su cuaderno mientras su tía se alejaba. La luz del sol se filtraba por la ventana de la habitación, iluminando las páginas llenas de dibujos y palabras sueltas. De vez en cuando, levantaba la mirada para ver a la nada pensando en que añadir a su arte.

De repente, una sombra se interpuso en su luz. Martina levantó la mirada para encontrarse con Danilo, quien salía de su habitación con una sonrisa en el rostro. Seguramente había entrado por la ventana al ver a su tía salir.

—¡Eh, Marti! ¿Qué onda? —saludó Danilo, apoyado contra la pared junto a la puerta—. ¿Listos para arrancar?

—¿Qué tenés planeado? —preguntó Martina, intrigada por la expresión pícara en el rostro de Danilo.

—Es una sorpresa —respondió Danilo con una sonrisa ladina—. Pero te juro que te va a encantar.

Martina rodó los ojos ante la falta de detalles en su respuesta, pero decidió jugar junto a él. Después de todo, cualquier cosa con Danilo siempre resultaba interesante.

—Dale, dejáme ponerme las zapatillas —añadió mientras entraba a su habitación.

—Apurate —insistió Danilo desde afuera—. Ni aunque te tires un balde de maquillaje vas a ser más linda.

—¿Tan romántico sos justo en San Valentín? —bromeó Martina al abrir la puerta y encontrarse con Danilo—. ¿Por qué esa mirada?

—Porque sos la piba más linda que vi —confesó él.

Después de unos minutos, salieron del edificio y se encontraron con el resplandeciente sol de la tarde. Martina ajustó sus rastas y observó a su alrededor, tratando de adivinar adónde la llevaría Danilo, mientras daban vueltas por las calles.

RESCATATE | Danilo Sánchez | Matías RecaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora